sábado, 26 de febrero de 2011

Peligro: mercurio en casa

PILAR, Diciembre 04, (MECOM Producciones-webpilar) Paradójicamente, algo aparentemente tan inocente como el termómetro para medir la fiebre, puede convertirse en un riesgo para la salud. Debido a esta situación, la Academia Americana de Pediatría solicitó que se dejen de usar todos los termómetros que contengan mercurio. Desde 2002 en el Estado de California se prohibió la venta de este producto.

Por más pequeña que sea la cantidad de mercurio debe tratarse como algo serio: la cantidad de mercurio que contiene un termómetro puede contaminar los peces de un lago de 8 has. Imagínese qué producen 400 toneladas, que es lo que estaría enterrado cerca del Parque Industrial de Pilar.
El mercurio es un metal que se utiliza dentro de las viviendas en termómetros y otros instrumentos médicos, en tratamientos dentales, en los focos fluorescentes y en las pilas o baterías y fundamentalmente en el pescado.

El mercurio ingresa al cuerpo principalmente por el pescado, se encuentra en la carne no en la grasa y es peligroso fundamentalmente para las mujeres embarazadas y los niños pequeños. El atún enlatado también contiene algo de mercurio.

En las luces fluorescentes también hay mercurio, por lo que se recomienda enviarlas a un lugar donde se reciclen, lo cual es difícil de encontrar o enviarlos a un centro de desechos peligrosos, lo mismo con las pilas.
En el atún

El atún tiene facilidad para absorber mercurio.

Desde hace años, la OMS, Organización Mundial de la Salud, se preocupa por los riesgos del mercurio y su influencia en la salud humana, ya que la cadena alimentaria es uno de los puntos en que se concentra este mercurio indeseadamente presente en el ambiente. Al ir remontando las cadenas alimentarias, el mercurio pasa de unos predadores a otros y buena parte de él acaba en el ser humano, esencialmente por el consumo de pescados como el atún y el pez espada, que tienen una especial facilidad para absorberlo. Según los especialistas en el tema, la contaminación atmosférica global del hemisferio Norte acaba depositándose en el mar y por ello se encuentra en cantidades relativamente elevadas en la pesca de alta mar. El mercurio se acumula en los seres vivos que lo absorben fácilmente pero no consiguen excretarlo. La cantidad que normalmente recibe una persona no es mayor que un tercio de lo que la OMS estima como umbral de la peligrosidad. Sin embargo, y sobre todo para reducir el riesgo en ciertos colectivos, niños, ancianos, enfermos, etc., es deseable y prudente evitar estos niveles.
Otra fuente contaminante de mercurio son las centrales térmicas de carbón.

Efectos en humanos:

El mercurio es dañino para el cerebro en desarrollo y puede causar problemas de aprendizaje, afecta el cerebro humano, la médula espinal, los riñones y el hígado. También afecta el sentido del gusto, la vista, la habilidad de sentir y de movimiento.

En las mujeres embarazadas afecta el desarrollo normal del feto haciendo que el cerebro y el sistema nervioso no se desarrollen correctamente. En los niños se evidencia disminución de la inteligencia, dificultad para oír y una coordinación muscular inadecuada, necesitan más tiempo para desarrollar sus habilidades verbales y motrices.

El Mercurio (ionizado) se acumula en los riñones, la médula ósea, el bazo, el hígado, los pulmones, la piel, el cabello y los eritrocitos.

El ión mercúrico atraviesa la placenta y puede afectar el feto (el cerebro del feto es 5 a 10 veces más vulnerable que la de un adulto).

Los niños expuestos al vapor mercúrico pueden desarrollar la llamada "enfermedad rosada". Este raro síndrome causa severos calambres en las piernas, irritabilidad y dedos rosados y dolorosos, resultando a veces en la exfoliación de la piel de las manos.

Los vapores del Mercurio metálico son fácilmente absorbibles a través del parénquima pulmonar.
En el tracto gastrointestinal se absorbe menos del 0.01 % del total de una dosis de Mercurio líquido ingerido. El Mercurio y sus derivados se distribuye por todo el organismo y se acumula en el sistema nervioso central.

La intoxicación aguda, no severa, por Mercurio inorgánico produce: dolor abdominal, náuseas, diarrea, dificultad para respirar e insuficiencia renal.

Si la intoxicación es severa, pueden aparecer signos y síntomas neurológicos, tales como: incoordinación en la actividad muscular voluntaria, disminución de la agudeza visual, que puede llegar a la ceguera, retardo mental, espasmos mioclónicos y patrones encefalográficos anormales. (MECOM Producciones-webpilar).
¿Qué hacer con el agua?
Vecinos de la zona se comunicaron con WebPilar.com para pedir asesoramiento acerca de qué hacer con el agua. Según indicó Garat, «agua que no se extraiga de más de 60 metros no es apta para el consumo, porque más allá que haya mercurio o no, tiene cromo que es tanto o más peligroso».

El Ing. Hugo Moreno, del Laboratorio de Bromatología de Pilar, nos acercó algunas recomendaciones para el consumo de agua potable:
1) Contratar personas o empresas de confianza para realizar la perforación
2) Eliminar toda perforación que se encuentre en la primer napa ya que se encuentra generalmente contaminada. En lo posible no hacer perforaciones de menos de 40 metros de profundidad que deben estar encamisada y con filtro, y a más de 10 metros del pozo ciego más cercano (propio o del vecino)
3) Proteger las perforaciones de posibles filtraciones del exterior, como agua de lluvia, aceite de la bomba, etc.
4) Ante cambios de color, olor y/o sabor no consumir y solicitar su análisis
5) Si por algún motivo se deja de utilizar la perforación de agua, una vez extraída la bomba, se deberá sellar, para evitar que se introduzcan contaminantes que pueden perjudicar a otros usuarios
6) Desconfíe de presupuestos mágicos, donde hacen perforaciones de mala calidad y a pocos metros de profundidad donde extraerá seguramente agua no potable y generalmente sin factura o remitos que los identifique
7) Realice un análisis de agua en forma periódica, especialmente si hay niños menores de 5 años. En el caso de haber lactantes solicite una determinación de nitratos
Si por algún motivo se debe realizar la desinfección del pozo de agua proceda así:
1) Verter 5 litros de lavandina concentrada (60g/l) o cloro para piletas en el espacio entre el caño camisa y el caño chupador. Dejar 30 minutos para que difunda y encender el la bomba
2) Abrir la canilla de la bomba hasta que perciba olor a cloro y cerrar. Apagar la bomba y no utilizar por 24 horas
3) A Las 24 horas encender la bomba y dejar salir el agua por la canilla del mismo hasta que no se perciba olor a cloro. (MECOM Producciones-webpilar).

Fuente: Punto Cero - Boletín Digital
Diciembre 04, 2003
----------------------------------------------------------------
Con más razón tratándose de una noticia de hace unos años, me doy cuenta que todavía no se encontró una solución real, concreta, para este tema. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario