lunes, 28 de febrero de 2011



Estoy bebiendo Agua de Mar. Talasoterapia.

Queridos Amigos. Comparto con ustedes mi experiencia reciente con Talasoterapia, que es la terapia que utiliza el Agua de Mar como herramienta de sanación y nutrición.
Hace unas semanas atrás, de "casualidad" vi en el canal local (canal 2 de Villa Gesell) una entrevista a una periodista española que hablaba sobre el tema.
Ella decía que el Agua de Mar no está siendo aprovechada en su gran potencial, ya que la misma puede no solo aplicarse a través de baños para diferentes dolencias (de piel por ejemplo) sino también bebiéndola. Incluso para el riego.
A través de la bebida del Agua de Mar nuestro cuerpo se nutre, ya que por sus componentes físicos y químicos, el  Agua de Mar posee importantes nutrientes y minerales (fósforo, magnesio en gran cantidad, sodio, potacio, calcio).
La periodista (llamada Bienvenida Morales) decía que descubriò por vivir en su pais de orígen en una localidad próxima al mar sus propiedades y comenzó a aplicarlas en ella misma con muy buenos resultados.
Manifestó que como en el Mar se originó la vida, sus Aguas contenian la información del orígen y esencia de la vida y al beberla, aportamos a nuestras células toda esta información.
Esto me hizo pensar enseguida que hace mas de un año y medio que vivo a 8 cuadras del mar y esta información jamás habia cruzado en mi camino, pero ahora que la conocia no debia dejar de probar en mi persona si ésto era cierto.
Me dirigí a la playa, a una zona mas alejada de la concurrencia (a pesar que las playas de Mar Azul son muy puras en todos sus sectores) ingresé al agua y llené una botella habia llevado a tal fin.
Volvi a casa con el Agua de Mar y la utilicé de la siguiente manera: una parte de agua de mar y tres partes de agua del grifo (que aqui en Mar Azul es apta para consumo humano), colocadas en una botella bien limpia. 
Y comencé a beberla, de a sorbitos hasta que me acostumbre a su sabor y dede ese momento llego a tomar de esta manera hasta medio litro diario de la mezcla.
Le cuento los beneficios que en estas 3 semanas ya he notado:
1) Reducción de la ansiedad y el apetito. El Agua de Mar equilibra el sistema nervioso reduciendo el stress y la ansiedad, con lo cual esas ganas de comer entre comidas en mi caso ha desaparecido.
2) Dejé atrás el cansancio que a mediodia en general me impide aprovechar bien la tarde. En efecto, luego de levantarme temprano y hacer los quehaceres domésticos, preparar a la nena para la colonia o la escuela, etc, etc. al mediodía  ya sentía las huellas de esta actividad con cansancio y lentitud mental y esto por completo desapareció.
3) Descanso mejor al dormir, me levanto por las mañanas sin el cansancio que muchas veces hacía que me costara iniciar las actividades del día.
4) Desaparecieron contracturas y dolores de cabeza que se reiteraban con bastante frecuencia. Regula la actividad intestinal, evitando constipación y sin producir diarreas.
5) Energéticamente me encuentro fortalecida. He tenido bastante trabajo terapeutico con personas de problemáticas graves (cancer y depresión sobre todo) y desde que comencé a beber Agua de Mar mi energía se mantiene en alto durante los tratamientos y luego de ellos, pudiendo brindarme por completo a la terapia sin absorver  las energías de mi paciente que siempre en algún grado me afectaban.
6) Mi ánimo ha mejorado, si bien era bueno, siento una Alegria que puedo vivenciar desde las células de mi cuerpo, que siento están siendo nutridas con un alimento bendecido por la naturaleza y por Dios.
7) La cantidad de alimentos que necesito ingerir en cada comida es menor y no necesito mas alimentos  pesados como antes para sentirme saciada (ej. pastas, pan, galletitas, etc.). Ello me ha permitido eliminar por completo y sin sufrir su ausencia todas las harinas refinadas. Complementar mi dieta con Agua de Mar me permite consumir  frutas, verduras, legumbres y cereales sin sentir hambre, pudiendo dejar de lado casi por completo la proteína animal  que en mi caso aporto mediante lácteos y huevos. 
Esta es mi experiencia, comparto porque a muchos tal vez les pueda servir.
Por favor entiende bien, estos beneficios son personales, debes discernir tú mism@ si esto se aplica a tu persona o no. No soy médica y no puedo aconsejarte sobre incumbencias de esta profesión, consulta a un profesional de la salud si posees cualquier dolencia.
Utiliza siempre tu discerniento y libre albedrío antes de utilizar esta o cualquier otra terapia natural de sanación. No interrumpas tratamientos médicos y consulta si tomas cualquier tipo de medicación.
 Mail de Morales para consultarla directamente a ellaaguademar_05@yahoo.es
Video relacionado:

SERES VIVOS






Animales asombrosos. 


Para que vean que los animales también son seres vivos.

toro de vega 3.jpg
   
Un animal llamado hombre 
Si tuviera uno solo de esos tipos duros que suben a un caballo cargados de testosterona primitiva, excitados ante el olor a la muerte, felices de ser los portadores del dolor, si los tuviera delante, quizás sería incapaz de hacerles una sola pregunta. ¿Habrá mirado a los ojos del toro que desean lancear en una larga agonía, hasta que su cuerpo no pueda más, quebrado por los golpes?
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La Real Academia define la palabra salvaje en estos términos: "Se dice del animal que no es doméstico, y generalmente de los animales feroces". Pregunta fácil: en el caso del toro de la Vega, que es enviado a correr enloquecido, mientras decenas de lanceros lo persiguen por el monte, lo golpean brutalmente hasta la muerte y celebran su gesta como una gran fiesta, ¿quién responde a esa definición? Por supuesto, no es el pobre toro, animal pacífico cuya primera salida, en cualquier contienda, nunca es atacar, sino huir, y cuya capacidad de sufrimiento es exactamente igual a la de un ser humano. No. Sin ninguna duda, en pleno siglo XXI, cuando ya sabemos que los humanos dominamos el mundo, que somos capaces de una voracidad imparable que está acabando con los recursos del planeta, y que la grandeza de nuestro paso por la tierra no radica en la brutalidad, sino en el respeto a la vida, cuando todo ello lo sabemos, lo que ocurre en Tordesillas sólo puede calificarse de cruento salvajismo.

Año tras año, con cada hombre subido a un caballo para intentar pegar el golpe más brutal, con cada toro lanceado hasta la muerte, con cada ciudadano que aplaude esta brutal tortura, Tordesillas se convierte en la metáfora del animal salvaje que el hombre lleva dentro. Cualquier intento de justificar esta innecesaria bestialidad apelando a la tradición únicamente sirve para hundir aún más a este pueblo en el primitivismo. Si tuviera uno solo de esos tipos duros que suben a un caballo cargados de testosterona primitiva, excitados ante el olor a la muerte, felices de ser los portadores del dolor, si los tuviera delante, quizás sería incapaz de hacerles una sola pregunta. ¿Habrá mirado a los ojos del toro que desean lancear en una larga agonía, hasta que su cuerpo no pueda más, quebrado por los golpes? ¿Habrá recordado que, en algún lugar de la memoria, un día aprendió la definición de la palabra caridad? ¿Podrá acariciar a sus hijos y mirarlos con ternura, besar a la mujer, saludar a los amigos, hacer una ronda, comentar el partido, y convertirse en un ser humano, después de haber gozado siendo un bárbaro? Y, ¿en qué momento decidió abandonar su condición humana? ¿En qué momento un hombre deja de ser un individuo sensible y se pierde en una masa informe de salvajes? La mirada del toro…, que ni uno solo de esos machotes aguantarían ni un solo segundo. Porque la valentía nunca habita en el territorio de la crueldad, sino en el terreno mucho más sutil –y para algunos, más indescifrable– de la sensibilidad. Desde luego, estos tipos de Tordesillas son un ejército de cobardes a lomos de una tradición infernal. No hay honor, no hay fiesta, no hay respeto a la tradición, no hay nada en la tortura. Sólo existe el hombre enfrentado a su propia miseria, convertido en una mueca, embrutecido en su maldad, retornado a los tiempos de la oscuridad. 

Pilar Rahola
La Vanguardia. Barcelona.
16/09/2010 




El toro asustado y herido 


No tengo ninguna duda de que los Sanfermines son unas fiestas salvajes, primarias, más vinculadas a la adrenalina rupestre y a la alineación de alcohol y masa, que no al sentido elaborado del ocio.


Soy una zapeadora compulsiva. Cuando estoy haciendo alguna actividad que permite, a la vez, ver la televisión -deporte al que solo le pido pasar el rato-, soy de los que reinan sobre el mando a distancia. Hace poco murió su inventor -con más de 90 años- y en casa le hicimos el homenaje pertinente. La persona que ha conseguido que el sofing no se vea perturbado por ningún deseo de cambiar de canal, es un icono de nuestros tiempos. Sin embargo, estos días, mi deporte zapeador se ha visto golpeado por la obsesiva presencia de imágenes de sanfermines, como si fuera una plaga bíblica, que ha inundado mañanas, tardes y noches con profusión de famosos con pañuelitos rojos, comentaristas improvisados y una dosis ingente de imágenes de toros corriendo enloquecidos, sin entender nada de lo que pasaba. Me he ido escapando, con cuidadosa celeridad, de cada imagen que atacaba mi serenidad veraniega, pero, como era de temer, no siempre he sido suficientemente diligente. El otro día, por ejemplo, cuando menos me lo esperaba, en un programa de tardes sin ton ni son -es decir, ideal-, entraron sin previo aviso, unas imágenes de Pamplona. Me quedé clavada, no solo por la fuerza de lo que veía, sino por la falta de piedad que respiraba todo aquello. Mientras los comentaristas reían las gracias de los corredores, y llenaban la atmósfera con todo tipo de imbecilidades verbales -a la categoría de palabra no llegaba aquello-, yo solo veía a un pobre toro caído sobre el asfalto, intentando desesperadamente ponerse derecho, excitado y asustado por un escenario de miles de personas gritando, decenas de ella a bocajarro, y con unos cuántos energúmenos picándole con palos. Era una escena de una tristeza profunda, tanto que acaba llorando allá, sola en medio de la estancia, herida por el dolor innecesario, gratuito y cruel de un animal inocente y condenado. Y todo el mundo reía, todo el mundo hablaba alegremente, la fiesta continuaba, en la televisión hacían jarana mayor, y nadie mostró ni un ápice de piedad. El animal vivo, que respiraba sus últimos tiempos de vida, condenado a morir en una plaza, rodeado de centenares de bárbaros que gozaban de su sufrimiento, no interesaba a nadie. Entonces me formulé la pregunta: ¿en qué momento, el mecanismo emotivo que nos humaniza más allá de nuestras miserias, y que nos activa la piedad, queda neutralizado a favor de un espectáculo sórdido, de una adrenalina bárbara y de una masificación de los gustos? ¿Tan extraño, heterodoxo y libertario tiene que ser un personaje, para opinar y sentir más allá de la pura masa? ¿Realmente es igual qué ser vivo muera, como muera, por qué motivo muera, si se ha decidido que eso es fiesta mayor? Me veo incapaz de entenderlo, y solo repetiré lo que decía Nietzsche: “El individuo siempre ha luchado para no ser absorbido por la tribu. Cuando lo hace, se siente solo y quizás asustado. Pero ningún precio no es suficientemente alto para al privilegio de ser uno mismo”. O, mejor aún, la famosa reflexión, cuya autoría desconozco: “Creer es más fácil que pensar. Por eso hay tantos creyentes”. La perplejidad, pues, y el dolor… me nace de ese hecho tangible: de la desactivación del sentido de la piedad, ante la tortura de un animal noble.

No tengo ninguna duda de que los Sanfermines son unas fiestas salvajes, primarias, más vinculadas a la adrenalina rupestre y a la alineación de alcohol y masa, que no al sentido elaborado del ocio. Obviamente, el color, la tradición, las músicas, la desinhibición, el ritual nocturno, hacen de esta fiesta mayor, una de las grandes, y su popularidad es la consecuencia de ello. Pero mezclarlo con la tortura a los toros, obligados a correr por calles inundadas de gente gritando, detrás de unos tipos sobrecargados de adrenalina -y, a veces, de alguna otra cosa-, con la única finalidad de llegar a una plaza donde morirán, ¿qué tiene que ver con el placer, la diversión, la alegría? La tortura es tortura, tanto si la aplica una persona, como si la jalean, aplauden y animan miles de ellas. Lo es tanto si se practica en un agujero clandestino, como si se hace ante las cámaras de televisión. Por eso mismo repito lo que he dicho y siento. Me resulta igual que sea popular y masiva. La fiesta de los sanfermines se basa en la pura testosterona, el sentido primario del poder y la tortura de los animales. El resto, es la liturgia que lo acompaña. 

Pilar Rahola
Diari Avui. Barcelona
12/07/2007 

MANDALA: Otra forma de acercarnos al conocimiento interno

El mandala, palabra que proviene del sánscrito, significa centro, circunferencia o círculo mágico. Se compone de MANDA, que significa esencia, y LA, concreción.
Los diseños de los mandalas varían, pueden ser muy simples o extremadamente complejos, pero siempre mantienen similares características: un centro, puntos cardinales que pueden ser contenidos dentro de un círculo y cierta simetría.
Los podemos encontrar en moléculas, átomos y células de nuestro cuerpo y en elementos de la naturaleza: en las telas de araña, en las flores, caracoles, en los círculos concéntricos que forma el agua cuando tiramos una piedra, en los erizos, al cortar una fruta, etc.
Incluso en la arquitectura y en distintos objetos podemos hallar Mandalas: como escudos, ventanas y cúpulas.
Es por ser tan habitual que se lo ha encontrado en distintas culturas alrededor del mundo. Si bien se cree que surgió en la India, debido a que se impuso la palabra sánscrita que lo denomina y a que son los pueblos de ese país y del Tíbet quienes más honores le rinden como herramienta sagrada en el camino de la sabiduría, la presencia del Mandala es constante a lo largo de la historia de la humanidad en todas las culturas y religiones.
El motivo del círculo aparece muy temprano en la historia humana. Hay antiquísimos bajorrelieves en rocas de África, Europa y América del Norte que utilizan el círculo, la espiral y otros diseños semejantes.
Ningún símbolo se encuentra tan compartido como este. En efecto, se encuentran Mandalas de distinto tipo no solo en el hinduismo y en el budismo, sino también entre los antiguos griegos y romanos, en las cofradías de godos y sajones, en la cultura celta, entre los aborígenes australianos y también entre africanos y los pueblos originarios de América.
Monjes tibetanos diseñando y trabajando en un Mandala de arena que al terminar barrerán como muestra de la impermanencia de las cosas y en señal de desapego.
El mandala y el desarrollo psicológico:
Conforme las habilidades gráficas de un niño se van desarrollando mientras dibuja (desde el garabato, al dibujo de círculos y luego a dibujos más elaborados y plenos de sentido), también se va desarrollando el sentido de yo como agente activo en lugar de un recipiente pasivo de las acciones ajenas.
Dibujar en círculos es una parte integral del proceso madurativo. Dibujar mandalas puede incluso ser necesario para el desarrollo de un sentido psicológico del yo.
Desde el momento del nacimiento el círculo es asociado a un desarrollo físico y psíquico saludable. Dibujar Mandalas nos retrae a nuestra natural afinidad por los círculos y nos recuerda algunas de nuestras experiencias más tempranas, ya que respondemos al círculo desde el mismo momento en que miramos la cara redonda de nuestros padres.
El lenguaje es un medio universal de expresión, con él nos podemos contar nuestras experiencias y pensamientos, incluso sirve para clasificar objetos. A través del uso del lenguaje damos sentido a nuestras experiencias de una manera muy elaborada y estructurada. A medida que el niño desarrolla habilidades lingüísticas emergen usos más complejos del lenguaje, como la metáfora. Normalmente asociamos la metáfora al lenguaje hablado, no obstante los dibujos pueden operar a un nivel metafórico y expresar aquellas cosas que no podemos o no sabemos decir con palabras. Es común ver cuando un niño dibuja a su familia, que al hermano/a por el que siente cierta rivalidad lo haga pequeño y alejado de sus padres, mientras él o ella seguramente estará en una posición y tamaño preponderante.
Cuando, como adultos, pintamos Mandalas retornamos a esos descubrimientos infantiles. Cuando crecemos y desarrollamos incluso ideas más complejas sobre quienes somos, crear Mandalas circulares es un camino atrás hacia nuestro primer sentido de Yo. El Mandala que creamos funciona como una clase de hogar, un continente donde creamos y re-creamos nuestro sentido de quien somos.
Dibujar Mandalas nos ayuda a centrarnos psicológicamente. El círculo es una calmada prueba en los procesos de crecimiento y cambio a lo largo de toda nuestra vida. Crear o colorear Mandalas ayuda a orientarnos, a integrar nueva información sobre nosotros mismos y a reformular nuestra identidad. Esta es la continuación del proceso que comienza cuando somos niños dibujando círculos y creando Mandalas.
La experiencia en Escuelas muestra que el simple coloreado de una de estas imágenes tiene un efecto calmante y reequilibrante.
Mandalas en la terapia:
Carl Gustave Jung, médico y psiquiatra suizo,  introdujo la idea del Mandala en la psicología moderna. Observó que los dibujos cambiaban como reflejo de su estado de ánimo y descubrió el rol reequilibrante de estas imágenes soñadas o creadas espontáneamente por pacientes en vías de curación.
Jung fue un profundo conocedor del papel que juegan los símbolos en la psique humana, no pasó por alto la presencia espontánea de diseños circulares con contenidos arquetípicos en los dibujos que realizaban algunos pacientes que atravesaban situaciones de caos mental agudo. De ahí, dedujo que, en ciertos casos de grave desequilibrio, el dibujo de mandalas surge naturalmente como un intento de recuperar un estado integrado de conciencia, algo que él mismo comprobó durante sus crisis personales.
Se trabaja con el Mandala como eje en torno al cual se organizan todos los contenidos dispersos de la conciencia, tendiendo al logro de la integridad de la persona. El dibujo de Mandalas es parte de un ordenado patrón natural de maduración psicológica; esta actividad parece acompañar al proceso mediante el cual los niños adquieren conciencia de sí mismos.
En Europa, durante los últimos 20 años, destacados pedagogos,  psicólogos y neurólogos han profundizado sobre el sentido que puede  aportar a nuestra vida diaria el dibujo centrado, en un marco estrictamente pedagógico y psicológico.
En las instituciones psiquiátricas se puede utilizar el Mandala permitiendo que se puedan desarrollar sus capacidades creativas y expresivas. No solo como herramienta que facilita el centramiento de la persona sino como ordenador en tanto el borde del Mandala actúa como límite.
Dentro de la clínica psicológica la utilización del Mandala permite la expresión de conflictos y necesidades, como así también favorece ampliamente el desarrollo de aptitudes y el conocimiento interior. Normalmente creamos un patrón dentro de nuestra vida interior y los Mandalas nos van a revelar esa dinámica y crearán una matriz en la que se reflejará el carácter o condición de nuestro yo. En el Mandala encuentran su expresión los motivos del pasado común a todos los seres humanos y los símbolos de la experiencia individual.
Cuando creamos Mandalas producimos un símbolo personal que revela quiénes somos en ese momento. El círculo que dibujamos contiene partes conflictivas de nuestra naturaleza, no obstante ayuda a liberar la tensión que las acompañaba dentro de un marco seguro y controlado, como dice Ma. Beatriz Junghans “dibujar un círculo puede tener cierto parecido a dibujar un límite protector en torno al espacio físico y psíquico que cada uno de nosotros identifica como uno mismo”. Se puede alcanzar una sensación de unidad simplemente mediante el acto mismo de trazar un círculo.
Jung decía así: “… el hecho de que imágenes de este tipo tengan, bajo ciertas circunstancias, un considerable efecto terapéutico sobre sus autores está probado empíricamente y es también fácilmente comprensible, puesto que a menudo representan un avezado esfuerzo por ver y componer opuestos aparentemente irreconciliables y, tender un puente por sobre nuestras divisiones aparentemente sin esperanzas de unión. El mero intento en esta dirección tiene ya un efecto curativo…”
En países como Francia e Inglaterra el uso del Mandala se está extendiendo en los hospitales, centros sociales, residencias de tercera edad; todos aquellos lugares donde se encuentran personas que buscan un nuevo equilibrio.
Conclusión:
El Mandala representa al ser humano. Interactuar con ellos ayuda a curar la fragmentación psíquica y espiritual, a manifestar la creatividad y a reconectarse con lo esencial. El trabajo con Mandalas ayuda entre otras cosas a:
-         sanarnos
-         descubrirnos a nosotros mismos
-         crecer en lo personal
-         profundizar en el significado de quiénes somos realmente
-         concentrarnos
-         desarrollar la creatividad
Es como comenzar un viaje hacia la esencia, abre puertas hasta ahora desconocidas y hace que brote la sabiduría interior. Integrarlas a la vida brindará un centro y la sensación de calma en medio de las tormentas.
 Verónica Sabattini – Artículo publicado en la Revista Genoma

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domingo, 27 de febrero de 2011

No importa qué difícil situación atraviese el pueblo chino, la magia de reunirse con la familia siempre estará en el centro de las celebraciones del Año Nuevo
Por You Lan La Gran Época
El Año Nuevo es la celebración más importante para el pueblo chino, porque es el momento que la familia se une para esperar un nuevo año con renovadas esperanzas. Es una fiesta cargada de significados que augura paz, prosperidad y buena fortuna.
El Año Nuevo Lunar comienza con el principio de la primavera y, según el calendario lunar, comienza con la segunda luna nueva después del solsticio de invierno. Este año cae el 3 de febrero y corresponde al Año del Conejo número 4709.
La víspera de Año Nuevo es considerada el día más importante del año. Debido a que China está muy ligada a la agricultura, los quehaceres del campo como arar en primavera, deshierbar en verano y cosechar en otoño, no dejan mucho tiempo para el reposo, por eso cuando llega el invierno queda más tiempo libre, y la gente aprovecha para celebrar diversas ceremonias como venerar al cielo, ofrendar a los antepasados, agradecer a los dioses del cielo y de la tierra por su protección y abundante cosecha, orar por la paz, buena salud y fortuna para la familia en el año entrante.
A la víspera de Año Nuevo también se la llaman “la gran noche del año”, porque marca el final del año viejo y el comienzo de un nuevo año, y toda la familia se encuentra unida para celebrar una cena especial alrededor de la estufa. Esa noche se espera el año despierto, se regala dinero a los niños en sobres rojos, se venera a Dios, y se pegan escritos de buenos deseos en papel rojo a ambos lados de las puertas.
Cómo son las costumbres
- Veneración y ofrendas
En la víspera de Año Nuevo, la gente prepara desde temprano flores naturales y frutas para hacer ofrendas al Emperador de Jade. Le dan las gracias por la misericordia que trae al mundo humano y por el clima favorable para la cosecha, además de permitir que se mantenga la paz y prosperidad en la nación. También le rezan para que la familia esté en armonía, tenga buena salud, felicidad y riqueza.
El Emperador de Jade fue conocido como el Rey Celestial que velaba por los tres mundos (cielo, tierra e inframundo). Los mitos dicen que el Emperador de Jade caminó por la tierra para cuidar y ayudar a la gente en épocas de mucho sufrimiento.
- Pegar y escribir coplas con buenos deseos sobre papeles rojos
Después de una limpieza profunda de la casa, toda la familia acostumbra a pegar papeles rojos escritos con buenos deseos con el fin de aumentar el espíritu festivo del Año Nuevo y pedir buena suerte.
Las coplas de primavera originalmente eran hechas en madera de durazno de seis pulgadas de largo y tres pulgadas de ancho, en ellas está pintada la imagen del “Dios de la puerta”. En los libros antiguos se dice que este amuleto se hace con madera de durazno para colocar en la puerta para la víspera del Año Nuevo pues se pensaba que tenía poder y que todos los diablos le temen.
Cuando llego la dinastía Wudai, después de la dinastía Tang, hubo una persona que escribió una copla sobre un amuleto de madera, ésta fue la primera copla de primavera. En la dinastía Song, el amuleto de madera de durazno fue cambiado por uno de papel, y lo llamaron “papel para pegar en primavera”. Durante la dinastía Ming los amuletos de madera de durazno fueron llamados “coplas de primavera”.
Actualmente, en China continental, aún se usan estos dibujos y coplas relacionadas con el Año Nuevo. Las coplas de primavera son parte de la cultura del pueblo, es un arte popular, una combinación de literatura y caligrafía, las cuales reflejan la posición social o la profesión de la familia, por ejemplo puede verse si es una familia de académicos, comerciantes, o agricultores.
Además de las largas coplas pegadas a ambos lados de la puerta, también hay palabras con frases cortas que se pegan en las diferentes partes de las casas. Actualmente hay coplas tridimensionales, que son muy populares y agradables para las nuevas generaciones, y no sólo son colocadas en Año Nuevo para aumentar el espíritu festivo, también son colocadas a menudo durante el año como decoración. En los últimos años, con la aparición de nuevos edificios de departamentos, la costumbre de pegar las coplas ha ido disminuyendo gradualmente, ahora solamente pegan pequeños papeles rojos con frases cortas.
- Despedir el año
La tarde previa a la víspera de Año Nuevo, cada familia realiza ofrendas para los dioses y los antepasados, agradeciendo por las bendiciones del año que pasó. También rezan por paz y felicidad para el nuevo año que comienza.
Cada familia china decora su casa y prende todas las luces; preparan comida con arroz, pan, y vinos para la ofrenda. Es una gran ofrenda popular, y las familias que tienen pequeñas salitas con altares colocan las fotos o los nombres de sus ancestros, abren la puerta y prenden grandes velas rojas. Las coplas de la puerta o el amuleto de madera de durazno y el dibujo del dios de puerta, tienen que renovarse cada año, y deben colocarse en forma muy cuidadosa.
Todos los integrantes de la familia, ordenados de mayor a menor, llevan incienso en las manos y hacen una reverencia para recordar el trabajo duro de los ancestros, agradeciendo por haberles abierto el camino y dejado la herencia con su enorme esfuerzo.
- Cenar en familia rodeando la estufa
Como en todas las reuniones tradicionales chinas, la comida juega un rol muy importante, pero en la víspera de Año Nuevo se reúne toda la familia, no debe faltar ni un solo miembro. La tradición manda que el viejo año debe encontrar a la familia unida, toda junta alrededor de la estufa, por eso también se conoce como la cena del año.
Se estila que esta cena se realice en la casa paterna, en una mesa redonda, ya que esto significa perfección y eternidad. En el centro de la mesa se coloca una estufa, donde se va cocinando la comida que se sirve calentita. Esto simboliza la reunificación familiar, compartir la felicidad de la vida en familia. Mientras más vivo esté el fuego es mejor, porque muestra que la familia ha conservado la tradición del Tao (el camino de la ley del cosmos).  Si existe algún miembro de la familia que está fuera de la casa en esa fecha, tiene que llegar a la casa para cenar, y hasta que no llegue no se puede comenzar la cena, si finalmente no puede llegar, entonces se colocan los cubiertos que le corresponden, esto es un símbolo de que está presente, aunque no lo esté físicamente.
Alrededor de la estufa se colocan varias monedas, que representan la prosperidad. Mientras se cena, se charla y se disfruta lentamente de la exquisitez de los platillos dulces y salados; mientras más dure el tiempo de la cena mejor, porque es una representación del perdurar y permanecer.
De acuerdo con la tradición popular, los diferentes platillos típicos de Año Nuevo tienen su propio significado, algunos referidos a la prosperidad, la tranquilidad y la buena fortuna. Por ejemplo en chino “pescado” se pronuncia “yu”, y la palabra “sobrar” también se pronuncia “yu”, entonces a fin de año siempre se come pescado para que el nuevo año nunca falte nada. Otro punto es que no se debe comer todo este platillo, tiene que sobrar un para asegurar que la familia tenga un extra de buena fortuna durante todo el año.
Tampoco pueden faltar vegetales en la mesa, pues implican la frescura de lo “perenne” y guardan buena fortuna en sus raíces. Un vegetal que no puede faltar es puerro el cual se pronuncia “jiu cai” ya que hay una frase que tiene igual pronunciación y que significa “largo tiempo”.
Las bolas de pescado (yu wan) y las de carne (jou wan) simbolizan “reunión”. La forma redonda de las bolas simboliza la “unión”. Siempre se aseguran de servir un número de platos par, para otorgar “doble felicidad” a la familia.
El otro plato es el de tallarín largo, también conocido como el tallarín de la longevidad, pues representa “la longevidad y los cien años”, y cuando se comen estos fideos, se tiene que comer desde la punta hasta el final sin cortarlos, para poder obtener larga vida.
Como su pronunciación es muy similar al sonido del ideograma de “buena suerte” o “buena fortuna” el rábano blanco no puede faltar en la mesa.
También se preparan albóndigas de camarón, carne de cerdo y pescado. Las tres albóndigas se pronuncian “san yuan” y hace alusión a que los hijos puedan lograr ser altos funcionarios.
Otro platillo es el ostión con algas, en chino se pronuncia “haoshi facai”, facai significa lograr un buen negocio que produzca riqueza.
Otro platillo es el “hundon”, una empanada rellena de carne en caldo que significa “llenar el almacén de cereales”.
Una tradición del norte de China para el Año Nuevo son los dumplings, “jiao zi”, que parecen los lingotes de oro yuan bao utilizados durante la Dinastía Ming como dinero y el nombre suena igual que la palabra para el primer papel moneda, así que servirlos brinda la promesa de riqueza y prosperidad. Muchas familias los comen a la medianoche para tener dinero con los cambios de año. Algunos cocineros esconden una moneda en uno de ellos que traerá suerte al que la encuentre.
También se come “nian gao”, una torta de arroz glutinoso que según se dice favorece el progreso y la prosperidad.
Otro es el muffin chino que representa crecimiento. También se sirven manzanas para representar la paz y mandarinas para la buena suerte.
En muchos hogares, se sirve una fuente con cinco comidas con carne o cinco comidas con vegetales. Sea que se incluya comida con carne o con vegetales, este plato se llama “las cinco bendiciones del Año Nuevo”, que se refieren a la longevidad, la riqueza, la paz, la sabiduría y la virtud.
Para asegurarse plenitud y evitar desgracias, la mayoría de los platos de Año Nuevo se preparan con ingredientes enteros o sin cortar. Probablemente hayan visto patos o pollos servidos con cabeza y patas. Al cocinar, los chinos generalmente evitan cortar el pescado, los vegetales con hojas y otras comidas como pueden ser los fideos. De hecho, se considera de mal agüero usar cuchillos, cuchillas u objetos filosos durante la festividad porque se puede cortar la buena suerte de la familia. Si las recetas llevan ingredientes cortados, éstos se preparan antes del Año Nuevo para evitar la posibilidad de la mala suerte. ¡Y esto hace que los preparativos para las fiestas sean más fáciles!
- Regalar dinero a los niños en un sobre rojo para protección
Después de la cena familiar, los padres recogen las monedas de alrededor de la estufa y toman otras 100 monedas de cobre y les pasan un hilo rojo por el centro para formar collares que se los entregan a los niños con el fin de que sean bendecidos y puedan vivir una larga vida, esto es llamado dar dinero de protección.
Según la leyenda, hay un espíritu o fantasma llamado Sui, que en la víspera de Año Nuevo toca la cabeza de los niños cuando están dormidos, entonces se despiertan asustados y llorando. Después les da fiebre, dolor de cabeza y quedan atontados. Por eso esa noche los padres tienen hacer guardia a lado de los niños hasta que amanezca.
Se dice que una vez, una pareja estuvo toda la noche junto a su niño que jugaba con 8 monedas de cobre enlazadas, hasta que el niño se cansó y se durmió, entonces colocaron las 8 monedas en un sobre rojo y lo pusieron debajo de la almohada. Cuando llego el fantasma Sui y quiso tocar la cabeza del niño, salió una luz debajo de la almohada del niño, así el fantasma se asustó y se fue. Al día siguiente la pareja contó a la gente que envolviendo 8 monedas en papel rojo se puede asustar al fantasma Sui, a partir de allí toda la gente lo imita y los niños fueron protegidos de esa manera. Se dice que las 8 monedas de cobre se transforman en 8 ángeles que vienen a proteger a los niños, por eso es llamado dinero de protección.
- Esperar despiertos la llegada de Año Nuevo
Después de regalar dinero a los niños, toda la familia continúa unida y despierta comiendo dulces y otros tentempiés, bebiendo y charlando; a este momento se lo llama aguardar el año.
Cuando llega la medianoche, la gente empieza a tirar cohetes para recibir el año con nueva esperanza.
La celebración día por día
El primer día del Año Nuevo Lunar es la “bienvenida a los dioses de los Cielos y la Tierra”. La gente viste ropa nueva y les desean a los mayores de la familia un feliz Año Nuevo. Cuando los niños les desean un feliz Año Nuevo a sus mayores, reciben dinero en un tradicional sobre rojo. Muchas personas se abstienen de la carne en este día porque se cree que esto les asegurará una vida larga y feliz.
El segundo día, veneran a sus ancestros y a todos los dioses. También son muy cariñosos con los perros y los alimentan bien ¡porque se cree que el segundo día del año es el cumpleaños de todos los perros!
Los días tercero y cuarto son para que los yernos y nueras muestren sus respetos a sus suegros.
El quinto día se llama “Po Wu”, y la gente se queda en casa para recibir al dios de la riqueza. Nadie visita a su familia ni a sus amigos este día porque eso traería mala suerte a ambas partes.
Del sexto al décimo día, los chinos visitan a sus familiares y a sus amigos. También visitan los templos en busca de buena fortuna y salud.
En el séptimo día del Año Nuevo, los campesinos muestran lo que produjeron y preparan una bebida con siete tipos de vegetales para celebrar la ocasión. El séptimo día también se considera el cumpleaños de los seres humanos. Comen fideos para promover la longevidad, y pescado para favorecer el éxito.
El octavo día, la gente de Fujian tiene otra cena familiar y a la medianoche rezan a Tian Gong, el Dios de los Cielos.
El noveno día se realizan ofrendas al Emperador de Jade.
Del décimo al decimosegundo día se invita a amigos y familiares a cenar; y después de tanta comida,
El décimo tercer día se come liviano para limpiar el cuerpo.
El décimo cuarto día se dedica a preparar la celebración del Festival de la Linterna, que se realiza en la quinceava noche.
El término del decimoquinto día del primer mes lunar, cuando se celebra el Festival de la Linterna, se considera el fin de las celebraciones de Año Nuevo chino.
Otras curiosidades del Año Nuevo Chino
¿Por qué se espera el año despierto?
Hasta hace unos 5.000 años atrás, cada año, en la segunda luna nueva después del solsticio de invierno -día que marca el cambio de la primavera al verano en el hemisferio sur- una especie de monstruo sumamente feroz con una cabeza larga y un cuerno punzante hacía su aparición en las costas de la naciente China.
“Nian”–como lo llamaron los primeros pobladores de la zona– vivía durante todo el año en la profundidad del océano, pero ese día atravesaba la costa para devorar ganado y seres humanos, devastando año tras año al pueblo. Para evitar la tragedia, el día anterior, todos en el pueblo abandonaban sus hogares y se refugiaban en las montañas para esconderse del temible Nian.
Una vez, justo antes del día que Nian iba a subir a tierra y la gente en un pueblo se disponía a buscar consuelo en las montañas, un viejo mendigo llegó al pueblo. El anciano, aun con bastón y pelo blanco, parecía más bien un joven; estaba lleno de vigor y mostraba un notorio temperamento.
Algunos aldeanos estaban ocupados guardando sus cosas, mientras otros trataban de organizar sus vacas y ovejas. El pueblo entero era un caos. Nadie le prestaba atención al viejo mendigo. Sólo una amable anciana le ofreció algo de comer y lo urgió a ir a la montaña para evadir al monstruo.
El anciano le dijo, “Si usted me permite quedarme en su casa esta noche, espantaré a la bestia”. La vieja señora pensó que el hombre sólo bromeaba y le aconsejó ir a la montaña a esconderse con el resto de la gente, pero el anciano simplemente sacudía su cabeza. La señora, al ver que no podría persuadirlo, se fue a la montaña dejando al viejo mendigo solo en su casa.
Cerca de la medianoche, el monstruo Nian irrumpió en el pueblo. De repente, una luz muy brillante que salía de una casa atrajo su atención, y Nian se dirigió hacia ella. Cuando llegó vio varios pedazos grandes de papel rojo en la puerta. El monstruo contempló la casa por un momento y luego se lanzó contra la puerta. En ese instante, se oyeron grandes explosiones como fuertes truenos, la puerta se abrió, y entre luces incandescentes apareció un hombre de traje rojo riendo a carcajadas.
Nian, desconcertado, comenzó a temblar y, aterrorizado por el ruido de las explosiones, las llamas y el color rojo, volvió corriendo al agua.
A la mañana siguiente, cuando los aldeanos bajaron de la montaña preparados para lo peor, encontraron que el pueblo estaba intacto. Una gran felicidad invadió a toda la gente. Sorprendida, la vieja señora sospechó que el anciano debió haber cumplido su palabra, entonces contó a los aldeanos la historia del viejo mendigo.
Toda la gente del pueblo, curiosa por conocer al anciano, se apiñó en la casa de la vieja señora; pero el mendigo ya no estaba, sólo encontraron papel rojo en la puerta, trozos de petardos desparramados por el patio y muchas velas rojas aún encendidas dentro de la casa.
Con esos tres elementos –luces, petardos y color rojo- la gente finalmente aprendió a espantar a Nian. Emocionados por este descubrimiento, los aldeanos vistieron sus mejores ropas y sombreros para visitar a sus amigos y parientes, y celebrar juntos la derrota del monstruo.
La palabra Nian empezó a significar “Año” en chino, y el día que Nian solía aparecer en la costa se convirtió en el día “Guo Nian” –“sobrevivir a Nian” o “el paso de Nian”–, que hoy significa Año Nuevo.
La costumbre se propagó a lo largo y a lo ancho del país, y como la primavera es la primera estación del año, estas celebraciones tomaron el nombre de “Festival de la Primavera”, convirtiéndose así en los días de fiesta más tradicionales e importantes de China.
Los rituales y las creencias que marcan estas fiestas tienen una connotación espiritual, por eso las celebraciones que los acompañan son insuperables en significado. No importa qué cambios ocurran a través del tiempo o qué difícil situación atraviese el pueblo chino, la magia de reunirse con la familia siempre estará en el centro de los festejos del Año Nuevo chino.