viernes, 26 de abril de 2013


La vuelta a casa de un soldado, a vista de perro
  • Llevan meses, en ocasiones años sin verse y la memoria afectiva del mejor amigo del hombre permanece intacta.
    Foto
    Cuenta la madre de un soldado estadounidense destinado a Afganistánque su perro -un precioso labrador negro- lleva varios días muy nervioso. ¿Por qué? Porque ve a la mujer limpiar y ordenar la habitación de su dueño, al que no ve desde hace más de un año. Siente que algo pasa y, cuando una semana después se abre la puerta y es su adorado dueño el que aparece bajo el marco, el joven labrador enloquece de alegría. Da saltos, llora, gira sobre sí mismo, salta para lamer a su dueño, vuelver a gimotear, vuelve a correr...
    Esta escena se repite de forma casi idéntica con cada regreso. No hace falta ser soldado ni haberse jugado la vida en Iraq o Afganistán -basta casi con ir a por el pan para ser recibidos con alfombra roja por nuestra mascota- pero, no hay duda, la estampa es más bonita. 
    Llevan meses, en ocasiones años, sin verse y la memoria afectiva del mejor amigo del hombre permanece intacta. Tanto, que antes de ver a su dueño ya lo han sentido, olido, y esperado. 
    El resultado, recopilado en el siguiente vídeo por la asociación de soldados veteranos Welcome Home, es emocionante, dulce, tierno, lleno de gimoteos caninos... Digno, al fin y al cabo, de una tarde de viernes. 
  • El blog de la selva

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