viernes, 12 de abril de 2013


Coloquio

La cultura y la calidad de la democracia, según Vargas Llosa

El premio Nobel de Literatura fue el principal orador del encuentro con Magdalena Ruiz Guiñazú y Juan José Sebreli, organizado por el Ministerio de Cultura porteño en La Boca
Por María Elena Polack  | Para LA NACION








"El populismo es el camino de la autodestrucción de la democracia. Hay que evitar que un déspota se disfrace de demócrata cada tantos años para hacerse elegir". Sin dar nombres propios, y a horas de que Venezuela vaya a elecciones para definir al sucesor de Hugo Chávez, la frase del escritor Mario Vargas Llosa sonó ante el auditorio como una advertencia para América latina.
Ante más de mil personas que de manera espontánea y gratuita se acercaron a la Usina del Arte, en La Boca, a escuchar al premio Nobel de Literatura 2010, el autor de Conversación en La Catedral, entre muchos éxitos, intercaló definiciones sobre política y sobre cultura durante casi una hora de conversación con el sociólogo Juan José Sebreli y la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú.
El encuentro, moderado por el periodista de LA NACION Pablo Sirvén, y del que participó el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, formó parte del ciclo Democracia 30+30 una mirada al futuro, con el que esa dependencia de la ciudad procura celebrar los 30 años de democracia en la Argentina.
Cuidadoso de reiterar la confrontación con el gobierno nacional, tras el episodio de 2010 cuando el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, intentó evitar que brindara una conferencia en la Feria del Libro, Vargas Llosa habló sobre el populismo en América latina con firmeza, pero con sutileza y el magnetismo verbal que lo caracteriza.
"No hay que caer en el pesimismo. Hay muchas razones para ser optimistas en América latina. Cuando éramos jóvenes había dictaduras y guerras civiles. Hoy la democracia funciona, a pesar de la maldición del populismo, y los golpes militares son cada vez más exóticos. Centroamérica no tiene guerras, sus gobiernos han sido elegidos democráticamente. Es un progreso muy notable", reflexionó.
Vargas Llosa desgranó los avances en Perú, en Chile, en Uruguay y en México y hasta recordó que Lula da Silva en Brasil, "que parecía un Chávez brasileño, no tuvo nada que ver con ese estilo". Suficiente para dejar en evidencia que hay otros países de la región cuyos sistemas no lo convencen. "En Perú, en 2000 acabamos con las dictaduras. Fujimori ha sido el presidente más ladrón y asesino que ha tenido Perú y miren que hemos tenidos desgracias", afirmó con una sonrisa irónica.
"Los populismos que quedan son pocos y están trayendo caos y desastre económico. Estoy seguro que va a ver una reacción inteligente del electorado y van a retroceder como las dictaduras", añadió sin dar nombres.
Mezclados entre el público, se vieron a la embajadora de los Estados Unidos en la Argentina, Vilma Martínez; al ex embajador de nuestro país en Washington Diego Guelar; al ex fiscal federal del juicio a las juntas militares Julio César Strassera, y al hijo del escritor, Álvaro Vargas Llosa.
Casi la hora de conversación, lógicamente acaparada por Vargas Llosa, giró en torno del papel de la cultura, aunque convergió inevitablemente en la política y las instituciones democráticas.
Vargas Llosa ha publicado recientemente Civilización del espectáculo , ensayo en el cual plantea la metamorfosis que ha experimentado la cultura desde los días de su juventud hasta la actualidad. Y fue la preocupación por el deterioro cultural la que motivó la conversación con Sebreli y Ruiz Guiñazú.
"Nunca hubo tanta gente alfabetizada como en la actualidad, pero la diferencia era la importancia que se tenía de la lectura en el pasado. Las imágenes hoy son más importantes que las palabras e, incluso, que las ideas. Esto significa por primera vez la democratización de la cultura, que llega a todo el mundo y a todas las clases sociales", expresó el autor de La guerra del fin del mundo .
"La cultura es necesaria pero no es suficiente. Hay elementos irracionales en los humanos que la cultura no puede frenar. Las instituciones de la democracia son las que deben frenar esas situaciones. El poder tiene un elemento maligno. Los que defendemos la democracia somos un grupo cada vez menor. Los intelectuales y los artistas apoyan las peores causas", advirtió Sebreli.
Vargas Llosa adhirió a esa visión: "Hoy los intelectuales juegan un papel muy marginal en la vida de un político. Los políticos prefieren rodearse de artistas, de músicos, de deportistas. Con un intelectual no se ganan muchos votos". Y añadió: "En política se han equivocado. Han defendido las peores políticas. Sartre defendió la revolución china moísta, Foucault defendió el régimen de Khomeini y Heidegger se murió sin romper el carnet nazi".
Y concluyó con una humorada que hizo reír al auditorio: "Los intelectuales hoy están más resignados a aceptar las ideas democráticas. El grueso del público no los sigue. No les cree. Es triste esta conclusión aquí tratándose de una conversación entre intelectuales".
Para recuperar el ánimo, hizo alusión a que no sólo los intelectuales se han equivocado, sino también "los economistas" y las recetas aplicadas en distintos países que no siempre tuvieron resultados exitosos.
Tras considerar que la cultura "se transmite en la familia", el escritor peruano dijo que "la enseñanza, el colegio, la universidad, no son los factores únicos ni primordiales para mantener la cultura". Y advirtió: "Es muy peligroso que la cultura pase a ser un simple entretenimiento a pesar de que la ciencia y la técnica avancen".
"El mundo está hecho y lleno de imperfecciones. La cultura nos ha permitido salir de las cavernas y llegar a las estrellas, pero también nos ha llevado a la barbarie, al nazismo, al comunismo. Puede que se retroceda a la barbarie, hay técnicas que permiten embaucar a la gente para su manipulación. Es lo que hacen las dictaduras", manifestó Vargas Llosa.

DEFINICIONES SOBRE CULTURA

El laureado escritor habló en la Usina del Arte
  • "La cultura nos hizo entender los derechos humanos y que la esclavitud no era tolerable "
  • "Hoy los intelectuales juegan un papel muy marginal en la vida de un político; el público no les cree"
    Mario Vargas Llosa / Premio Nobel de literatura

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