07-04-2013
Científicos independientes, de organismos internacionales y de la Universidad de la República coinciden en sus denuncias: el agua potable que surte a Montevideo y parte de Canelones está contaminada, no es buena para la salud humana. Ante ello, las autoridades de OSE se limitan a desmentir la denuncia, mientras el gobierno prefiere ignorar el tema por completo, la Universidad de la República y la Facultad de Ciencias “nombran una comisión”, y organizaciones como el sindicato de OSE o la tan activa en su momento Comisión del Agua y de la Vida, miran para el costado.
A las preocupantes informaciones que saltaron a la opinión pública hace poco menos de un mes a raíz del mal olor y peor gusto del agua “potable” en Montevideo, se agregan ahora noticias provenientes de una zona rural de Canelones, donde precisamente se genera parte del líquido elemento que se consume en la capital.
Ante aquellas primeras noticias, el Directorio de OSE sostuvo todo era un problema transitorio, mientras el catedrático Grado 5 Daniel Panario del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales criticó la capacidad de filtrado de OSE en el proceso de potabilización del agua y otros investigadores de la Facultad de Ciencias advirtieron que si no se controla la contaminación por exceso de nutrientes (nitrógeno y fósforo) en un futuro cercano podrían detectarse toxinas en acuíferos que podrían comprometer la potabilidad. Las denuncias fueron respaldadas por el científico Diego Martino, exrepresentante del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En las últimas horas el tema volvió al tapete por las graves denuncias formuladas por vecinos del arroyo Canelón Chico, un pequeño afluente del río Santa Lucía, ubicado a 10 kilómetros de la planta de OSE de Aguas Corrientes. Los habitantes de la zona advierten a diario extrañas situaciones que aparentemente se originan en los vertidos de una planta de OSE destinada al tratamiento de aguas residuales, un frigorífico próximo, las fumigaciones con glifosato en campos linderos y la basura que arrastra el agua desde Canelones.
Las vacas tienen diarrea, una película marrón espesa se extiende en el espejo de agua de los cursos y los tajamares, los alambrados se pudren y resquebrajan, un penetrante olor fétido se instaló en la zona, cuando hay viento se irritan los ojos, y algas raras que al secarse parecen mallas de seda aparecen en el fondo de las piletas o cuando baja el agua de los cursos tras las leves crecientes que deja la lluvia.
Emanuel Machín, magíster en Ciencias Biológicas, impulsa la creación de una reserva ecológica de 400 hectáreas a la altura de la cercana estación François Margat debido a su biodiversidad y para filtrar naturalmente el agua que, por la corriente, termina en las canillas del 60% de la población.
Machín y su equipo vieron más de 50 bogas en uno de los desagües de OSE en el Canelón Chico. Las bogas comen heces. Otros peces y las 123 variedades de aves que no hace mucho tiempo fueron identificadas en la zona prácticamente desaparecieron. El biólogo afirmó que “mucha agua que se toma en Montevideo viene de este rincón. Si se protegiera sería un filtro para los contaminantes que vienen de Canelones”.
©La Libertad Portal
No hay comentarios:
Publicar un comentario