La agresiva promoción que Monsanto realiza de sus productos biotecnológicos, desde la hormona recombinante del crecimiento bovino (rBGH) a la soja “Roundup Ready” y a sus variedades de algodón resistentes a los insectos, resulta a ojos de cualquier observador como una continuación de sus largas décadas de prácticas éticamente discutibles. Argentina y Estados Unidos son dos de los pocos países donde todavía se permite el uso de la hormona recombinante del crecimiento bovino, rBGH. Y los tambos mas grandes de Argentina siguen utilizandola pese a que, desde el año 1996 (National Press Club Washington D.C., January 23, 1996) se sabe que causa cáncer de colon, prostata y mamas. Más tarde, científicos canadienses (en 1998) descubrieron que, las vacas tratadas con rBGH sufren mastitis, infertilidad y agotamiento. Incluso Monsanto reconoció que las vacas inyectadas con rBGH “pueden sufrir en mayor medida estos efectos”, además de ovarios quísticos, trastornos uterinos y digestivos y úlceras (por lo cual la leche es bombardeada con antibióticos). Lo más grave son las consecuencias sobre la salud humana ya que el factor de crecimiento-1, IGF-1, humano es químicamente idéntico al bovino. Concretamente:Investigaciones europeas concluyeron que la rBGH y produce cáncer de mama y próstata en los seres humanos.
¿Usted tiene conocidos que murieron de cáncer? ¿Ha notado el aumento en casos de cáncer en los últimos años?. Múltiples estudios realizados en todo el mundo, muchos de los cuales fueron llevados a la justicia donde investigadores independientes derrotaron a Monsanto, hallaron que la Hormona de Crecimiento Bovino ocasiona niveles de IGF-1 en extremo superiores al rango normal, influyendo directamente en el desarrollo de tumores.
Los científicos comprobaron que la Hormona de Crecimiento Bovino produce cáncer de próstata, mamas, colorrectal (colon) y otros tipos de cáncer.
El uso del rBGH está permitido en Estados Unidos y Argentina. En cambio, está prohibido en Canadá, en la Unión Europea , Japón , Australia y Nueva Zelanda. Pero los empresarios argentinos continúan envenenando a la gente.La Serenísima de Mastellone Hnos.(Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Sancor (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Milkaut (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Williner / Ilolay (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Cooperativa de Tamberos (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Cooperativa tambera Paraná (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
DVH Productos Alimenticios (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Distribuidora San Lorenzo (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Establecimiento La Paulina (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Lácteos Conosur (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Lácteos D’Agovac (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Lácteos Verónica (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Manfrey Cooperativa de Tamberos (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Molfino Hnos (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Nestle Argentina (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Parmalat Argentina, quebró en Argentina pero es una transnacional, por lo cual podemos estar consumiendo sus productos aún. (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Vauquita (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)Aunque la mayoría de estas compañías siguen trabajando en nuestro país, algunas de ellas (las menos) pueden haber presentado quiebra y seguir operando bajo otro nombre de fantasía.
“¡Después de mucha investigación estoy segura de haber estado bebiendo pus durante 35 años!”, relata Dani Walker, experta en nutrición regenerativa de Estados Unidos.
EN ARGENTINA NO SOLO LA LECHE PRODUCE CÁNCER DE COLON, MAMAS O PRÓSTATA: TAMBIÉN LO HACEN SUS PRODUCTOS DERIVADOS: Como el queso, el helado, la crema, el chocolate, el Yoghurt, la manteca, etc.¿Cuanto pus estamos consumiendo? Desde 1 millón hasta 1.5 millones de glóbulos blancos (pus no-biológico o natural) en cada mililitro de leche, para ser exactos, hay 3785ml en 1 galón ( 3,8 litros ). Eso significa que los tambos nos están inyectando desde unos 3.78 a 5.67 MIL MILLONES de glóbulos blancos (pus) por galón de leche. ¿Esto no le produce asco todavía?
Genetically engineered Recombinant Bovine Growth Hormone (rBGH) de Monsanto.
La Hormona Recombinante de Crecimiento Bovino es una copia genética de una hormona natural producida por las vacas, pero con ingredientes adicionales.Este producto es fabricado por la Corporación Monsanto (sorpresa), el fármaco es comprado ansiosamente por los productores de leche argentinos bajo los nombres POSILAC, o BGH, o rBGH, o BST o rBST.Cuando las vacas lecheras son inyectadas con rBGH, los animales aumentan su producción de leche hasta en un 10-15% (cuando no existe escacez de leche). El uso de la rBGH en las vacas lecheras fue aprobado por la Food and Drug Administration de EEUU a finales de 1993 y fue bien recibida por los productores agropecuarios argentinos.La Hormona está prohibida en Canadá, en la Unión Europea , Japón, Australia y Nueva Zelanda, pero la FDA , la Agencia de Protección Ambiental y el Departamento de Agricultura de EEUU, así como el Gobierno Argentino, continúan aprobando la droga (y otros nuevos alimentos genéticamente modificados) sin los ensayos de seguridad científico-médicos requeridos. Y esto ocurre por la presión económica de la industria sobre funcionarios corruptos que ni siquiera solicitan a los productores que pongan una etiqueta a sus alimentos transgénicos.
Y ¿qué pasa con las vacas? El uso de esta hormona transgenica causa sufrimiento a millones de animales “revolucionando” sus sistemas biológicos.
La rBGH obliga a las vacas a producir 100 litros de leche por día (cualquier chacarero sabe que 10 galones al día es una cantidad increíble). Incluso la FDA admitió que las vacas inyectadas con rBGH sufren infecciones en las ubres (mastitis), graves problemas reproductivos, desórdenes digestivos, enfermedades en las patas y piernas, además de úlceras persistentes y laceraciones.Así que por causa del pus y las enfermedades que sufren los animales y que terminan en la leche, la leche “es inoculada” con cantidades masivas de antibióticos. Y estos antibióticos, mas los residuos químicos de Monsanto. persisten en los productos lácteos que encontramos en las góndolas del supermercado.¿Alguna vez se preguntó por qué, de pronto, nuestras hijas alcanzan la pubertad a la edad de 10? Tal vez un desayuno con leche ya no es una buena idea, ni la merienda. El brocoli podría ser un buen sustituto.Además de las enfermedades terribles que detallaremos mas abajo, existe una enorme cantidad de personas que toman medicamentos por problemas estomacales, como la acidez. ¿La intolerancia a la lactosa podría ocasionar esto? ¿Y entonces porque existe un incremento acelerado de enfermos? Indigestión, constipación, obesidad, diabetes…Todos esto es producido por el consumo de productos lácteos corrompidos por Monsanto y como evidencia, actualmente tenemos al 90% de la población asiática con un diagnostico de intolerancia a la lactosa.
“Desde 1986, los científicos independientes expresan su preocupación por la falta de investigación sobre los efectos adversos potenciales para la salud de IGF-1 en la leche rBGH”.Años más tarde el doctor Samuel Samuel Epstein profesor honorario de medicina ambiental de la Universidad de Illinois en la escuela de Chicago de salud pública y autor renombrado mundialmente, expuso los peligros de la leche genéticamente modificada (rBGH) de Monsanto, y la conspiración de las compañías para suprimir esta información.Monsanto, apoyado por la Administración de Comida y Drogas (FDA), insiste que la leche rBGH es indistinguible de la leche natural, y que es segura para los consumidores. Esto es evidentemente falso:La leche rBGH está contaminada por pus, debido a la mastitis comúnmente inducida por el rBGH y antibióticos usados para tratar la mastitis.
La leche rBGH es químicamente y nutricionalmente diferente a la leche natural.
La leche de las vacas inyectadas con rBGH está contaminada con la hormona, vestigios de ésta son absorbidos a través el intestino en la sangre.
La leche rBGH está sobrecargada con altos niveles de factor de crecimiento natural (IGF-1), que es rápidamente absorbido por a través del intestino.
Niveles excesivos de IGF-1 causan cáncer de mamas, colon y próstata.¿Que es el IGF-1?* IGF-1 bloquea los mecanismos de defensa natural en contra de cánceres submicroscopios.
* Las granjas productoras de rBGH tienen un mejor trato de viabilidad que las pequeñas granjas lecheras.
* rBGH hace más rico a Monsanto, mientras presenta peligros, sin ningún beneficio, para los consumidores, especialmente en vista del actual exceso nacional de leche.Definición en Wikipedia: El factor de crecimiento insulínico tipo 1 (también conocido como insulin-like growth factor-1 o IGF-1) es un polipéptido de 70 aminoácidos cuyo peso molecular es de 7650 daltons, que forma parte de un grupo de factores de crecimiento parecidos a la insulina presentes en el cuerpo humano. La molécula presenta aproximadamente un 50 % de similitud en la secuencia de aminoácidos con la proinsulina, y tiene un número de funciones biológicas similares a las de la insulina. Aunque el péptido presenta una elevada dependencia de la hormona de crecimiento (GH), un número cada vez mayor de estudios informan de una secreción independiente de la GH. Leer más en Wikipedia.
Argentina , y los ratones de laboratorio de Monsanto (¿Pionera o genocida?):
En el 2003, Argentina fue después de Estados Unidos el país de mayor desarrollo agrícola basado en semillas transgénicas. Sólo en soja transgénica se sembraron en ese país entre el 2001 y 2002 cerca de 13 millones de hectáreas. Para el 2003 pasaron a ser 14 millones, las mismas que representan el 52% de la cosecha total de granos: 38 millones de toneladas, de un total de 70 millones.
En consecuencia, miles de hectáreas que se dedicaban antes a la variada producción de alimentos tradicionales, y a la producción lechera y de carne, han sido desplazadas y desaparecidas, y con ellas 200.000 productores entre 1990 y 2001 han sido expulsados a las ciudades, principalmente Buenos Aires.
Sancor (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Milkaut (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Williner / Ilolay (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Cooperativa de Tamberos (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Cooperativa tambera Paraná (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
DVH Productos Alimenticios (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Distribuidora San Lorenzo (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Establecimiento La Paulina (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Lácteos Conosur (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Lácteos D’Agovac (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Lácteos Verónica (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Manfrey Cooperativa de Tamberos (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Molfino Hnos (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Nestle Argentina (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Parmalat Argentina, quebró en Argentina pero es una transnacional, por lo cual podemos estar consumiendo sus productos aún. (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
Vauquita (Utiliza leche de tambos industriales que aplican a las vacas lecheras rBGH)
“¡Después de mucha investigación estoy segura de haber estado bebiendo pus durante 35 años!”, relata Dani Walker, experta en nutrición regenerativa de Estados Unidos.
EN ARGENTINA NO SOLO LA LECHE PRODUCE CÁNCER DE COLON, MAMAS O PRÓSTATA: TAMBIÉN LO HACEN SUS PRODUCTOS DERIVADOS: Como el queso, el helado, la crema, el chocolate, el Yoghurt, la manteca, etc.
Genetically engineered Recombinant Bovine Growth Hormone (rBGH) de Monsanto.
La Hormona Recombinante de Crecimiento Bovino es una copia genética de una hormona natural producida por las vacas, pero con ingredientes adicionales.
Y ¿qué pasa con las vacas? El uso de esta hormona transgenica causa sufrimiento a millones de animales “revolucionando” sus sistemas biológicos.
La rBGH obliga a las vacas a producir 100 litros de leche por día (cualquier chacarero sabe que 10 galones al día es una cantidad increíble). Incluso la FDA admitió que las vacas inyectadas con rBGH sufren infecciones en las ubres (mastitis), graves problemas reproductivos, desórdenes digestivos, enfermedades en las patas y piernas, además de úlceras persistentes y laceraciones.
“Desde 1986, los científicos independientes expresan su preocupación por la falta de investigación sobre los efectos adversos potenciales para la salud de IGF-1 en la leche rBGH”.
La leche rBGH es químicamente y nutricionalmente diferente a la leche natural.
La leche de las vacas inyectadas con rBGH está contaminada con la hormona, vestigios de ésta son absorbidos a través el intestino en la sangre.
La leche rBGH está sobrecargada con altos niveles de factor de crecimiento natural (IGF-1), que es rápidamente absorbido por a través del intestino.
Niveles excesivos de IGF-1 causan cáncer de mamas, colon y próstata.
* Las granjas productoras de rBGH tienen un mejor trato de viabilidad que las pequeñas granjas lecheras.
* rBGH hace más rico a Monsanto, mientras presenta peligros, sin ningún beneficio, para los consumidores, especialmente en vista del actual exceso nacional de leche.
Argentina , y los ratones de laboratorio de Monsanto (¿Pionera o genocida?):
En el 2003, Argentina fue después de Estados Unidos el país de mayor desarrollo agrícola basado en semillas transgénicas. Sólo en soja transgénica se sembraron en ese país entre el 2001 y 2002 cerca de 13 millones de hectáreas. Para el 2003 pasaron a ser 14 millones, las mismas que representan el 52% de la cosecha total de granos: 38 millones de toneladas, de un total de 70 millones.
En consecuencia, miles de hectáreas que se dedicaban antes a la variada producción de alimentos tradicionales, y a la producción lechera y de carne, han sido desplazadas y desaparecidas, y con ellas 200.000 productores entre 1990 y 2001 han sido expulsados a las ciudades, principalmente Buenos Aires.
no, producida por la bacteria E. coli, manipulada genéticamente para producir la proteína bovina. El esfuerzo de Monsanto, que duró 14 años, para lograr la aprobación de la FDA (EEUU) a la comercialización de la BGH recombinante, estuvo lleno de controversias, llegándose a denunciar un esfuerzo coordinado para suprimir información sobre los efectos perjudiciales de la hormona.
Pero por supuesto, las semillas transgenicas y el glifosato (Round Up Ready) no fueron los únicos productos que Argentina importó y sigue utilizando.
Originalmente, Monsanto fue una de las cuatro empresas que querían introducir en el mercado una hormona sintética del crecimiento bovi
Originalmente, Monsanto fue una de las cuatro empresas que querían introducir en el mercado una hormona sintética del crecimiento bovi
Repito por si no está claro:
La BST puede ser producida sintéticamente, utilizando la tecnología de ADN recombinado. El producto resultante se llama somatotropina bovina recombinante (rBST), hormona de crecimiento bovino recombinada (rBGH), o la hormona de crecimiento artificial. Se administra a la vaca por inyección y se utiliza para aumentar la producción de leche. Actualmente, Monsanto es la única empresa del mercado que comercializa la somatotropina bovina recombinante, bajo el nombre comercial Posilac.Monsanto sigue con una agresiva política de adquisiciones de empresas y de venta de productos. Por otro lado, son conocidas las denuncias de importación ilegal de soja transgénica provenientes de la filial argentina de Monsanto.Y ya hablaremos del linfoma causado por los herbicidas como Round Up Ready.Diego Ignacio Mur
BWN Patagonia________________________________________________________________
La BST puede ser producida sintéticamente, utilizando la tecnología de ADN recombinado. El producto resultante se llama somatotropina bovina recombinante (rBST), hormona de crecimiento bovino recombinada (rBGH), o la hormona de crecimiento artificial. Se administra a la vaca por inyección y se utiliza para aumentar la producción de leche. Actualmente, Monsanto es la única empresa del mercado que comercializa la somatotropina bovina recombinante, bajo el nombre comercial Posilac.
BWN Patagonia
YA EN EL 2OO3 SE SABÍA ESTO!!! ES INCONCEBIBLE, DE HABERLO SABIDO JAMÁS HUBIESE PERMITIDO QUE MIS HIJOS, MI ESPOSO, YO MISMA Y TODA LA GENTE CONOCIDA LA TOMÁSEMOS!!!
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Pus en la Leche por Carmelo Ruiz Marrero
No todos los productos de la biotecnología son para consumo humano. La rBGH, por ejemplo, es una versión sintética de una hormona natural que produce la vaca. Esta hormona creada mediante ingeniería genética, se le administra a la vaca lechera para que produzca más leche.
No todos los productos de la biotecnología son para consumo humano. La rBGH, por ejemplo, es una versión sintética de una hormona natural que produce la vaca.
Esta hormona creada mediante ingeniería genética, conocida como hormona recombinante de crecimiento bovino, se le administra a la vaca lechera mediante inyección para que produzca más leche.
¿Realmente hace falta más leche? Estados Unidos tiene desde la década de 1950 un excedente de leche tan enorme que el gobierno federal ha tenido que comprarlo a un costo total de $2,100 millones entre 1980 y 1985
para que su precio no baje a niveles catastróficos. Por lo tanto ni el consumidor ni el ganadero se benefician de un aumento en la oferta de la leche. Por el contrario, aumentar la cantidad de leche en el mercado bajaría su precio, lo cual sería desastroso para las pequeñas fincas lecheras operadas por familias. Las grandes fincas lecheras, mecanizadas y controladas por corporaciones agroindustriales, saldrían ganando ya que poseen la influencia política y las economías de escala necesarias para sobrevivir. El cierre de pequeñas fincas familiares y el crecimiento de la agricultura industrializada son dos fenómenos íntimamente ligados, y llevan al desempleo rural y la desestabilización de las comunidades rurales.
Independientemente de su impacto económico y social, la rBGH sigue siendo un problema, ya que presenta riesgos a la salud de las vacas y los seres humanos. La estructura molecular de la rBGH es distinta a la de su versión natural y la leche que se produce con su uso también es distinta.
Quien dude de los riesgos de esta hormona sintética sólo tiene que leer las contraindicaciones que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) obligó a Monsanto a ponerle al producto. Estas mencionan 21 efectos adversos sobre las vacas, incluyendo quistes en los ovarios, desórdenes uterinos, anomalías en los embarazos y problemas con
la placenta. En 1994, la National Farmers Union de Estados Unidos (NFU) estableció una línea telefónica para que los ganaderos informen problemas con la rBGH.
En los primeros meses, cientos de ganaderos llamaron para reportar, entre otras cosas, abortos espontáneos, novillos deformes y muertes de vacas. Algunos informaron que sus gastos en servicios veterinarios aumentaron de manera precipitada y otro estimó pérdidas de $100,000 por usar la hormona. Para 1995, la NFU anunció que, 60% a 90% de los ganaderos que usaban rBGH la habían dejado de usar en algunas regiones del país.
Muchos de los ganaderos reportaron un aumento en la incidencia de infecciones en las ubres de las vacas, condición conocida como mastitis. Esta infección no afecta solamente a los animales sino también a los humanos, ya que la leche de la vaca que sufre de mastitis contiene pus. Muchos ganaderos responden a la situación aumentando la cantidad de antibióticos que administran, y residuos de éstos acaban en la leche. Estos residuos pueden causar daños a la salud humana debido a que los antibióticos son químicos de gran potencia que sólo se deben usar con prescripción. Cuando el cuerpo consume antibióticos constantemente, como por ejemplo mediante residuos en la leche, estos pierden su efectividad, lo cual significa que en caso de que uno se enferme y realmente los necesite, no tendrán efecto.
Otro riesgo a la salud humana relacionado con la leche producida con rBGH es el cáncer. La FDA alega que no hay diferencia entre la leche rBGH y la leche normal, pero la leche rBGH tiene niveles elevados de la hormona de crecimiento IGF-1, la cual promueve la división celular y ha sido vinculada con el cáncer.
Los propios datos de la FDA demuestran que los niveles de IGF-1 en leche rBGH oscilan entre 25% y 70% por encima de lo normal.
La FDA y la industria lechera sostienen que no hay razón para preocuparse, ya que la IGF-1 se descompone en el sistema digestivo humano. Esta afirmación se basa en estudios científicos realizados por Monsanto y Eli Lilly, pero científicos independientes han criticado esos estudios y cuestionado su metodología. Un estudio publicado en el ejemplar de agosto de 1995 del Endocrinology Journal concluye que la IGF-1 sí puede existir en el sistema digestivo humano si viene acompañada de caseína, que es la proteína principal de la leche de vaca.
Mientras tanto, la evidencia de la carcinogenicidad de la IGF-1 va en aumento. Hombres con niveles elevados de IGF-1 tienen cuatro veces más probabilidad de contraer cáncer de la próstata, según un estudio publicado por la revista Science en 1998; y en mayo de ese mismo año, la revista médica inglesa Lancet publicó un estudio que sostiene que las mujeres en
premenopausia con niveles elevados de IGF-1 tienen siete veces más probabilidad de desarrollar cáncer en el seno. Tras llevar a cabo un estudio sobre los efectos de la IGF-1 sobre la salud humana, el doctor Samuel Epstein, profesor de la Universidad de Illinois, declaró que Estados Unidos, con la complicidad de la FDA, es sujeto de un experimento masivo con adulteración de la leche, el cual pone en riesgo a la totalidad de la población del país.
La campaña contra esta hormona comenzó cuando John Kinsman, un ganadero de Wisconsin, descubrió que en el Centro de Estudiantes de la Universidad de Wisconsin, recinto de Madison, estaban sirviendo helado hecho con leche de vacas que habían sido inyectadas con rBGH. Los estudiantes estaban siendo usados como conejillos de indias sin su conocimiento, ya que rBGH no había sido aprobada para consumo humano aún. Kinsman viajó a Madison en medio del invierno y realizó un piquete
solitario con una pancarta en la que le explicaba a los estudiantes lo que estaban consumiendo.
Agrupaciones como la Foundation on Economic Trends, la Pure Food Campaign, Food and Water y Rural Vermont se unieron a la lucha y pusieron a trabajar juntos agricultores, consumidores y defensores de derechos de animales contra la hormona rBGH. Pero la gesta de Kinsman fue clave. "La campaña de una sola persona que realizó Kinsman fue la chispa que ayudó a poner en pie una alianza a nivel nacional de agricultores y ciudadanos que retrasaría por varios años la aprobación del gobierno para el uso comercial de la hormona", según Brian Tokar.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó la rBGH para uso comercial en 1994, pero la campaña de oposición se intensificó como resultado. Cuando ganaderos comenzaron a reportar vacas con problemas de salud como resultado de la hormona, se realizaron protestas de ganaderos y consumidores, que obtuvieron cobertura periodística a nivel nacional. Ni
siquiera los ganaderos y procesadores de leche que no usaban la hormona se salvaron de la controversia, ya que Monsanto amenazó con demandarlos si le informaban al consumidor que su producto estaba libre de rBGH.
En Canadá la historia fue distinta. Cuando los medios noticiosos de ese país anunciaron en noviembre de 1988 que la hormona estaba siendo probada con rebaños cuya leche estaba siendo secretamente mezclada con la leche que iba a los supermercados, la reacción del público fue fúrica e inmediata. Una procesadora en la provincia de Columbia Británica recibió sobre seicientas llamadas de protesta en una sola mañana, paralizando 17 líneas telefónicas. Ese fue solo el comienzo de una poderosa y determinada campaña popular
que duró once años. Entre los agricultores, activistas y ciudadanos de todas las profesiones y sectores de la sociedad que participaron en esta lucha, se destacaron la ganadera Lorraine Laponte y el autor y activista Brewster Kneen, quienes juntos fundaron la Pure Milk Campaign, el primer esfuerzo organizado para informar al público canadiense sobre la rBGH.
La campaña resultó en un triunfo para el pueblo canadiense y una apabullante derrota para Monsanto. En 1999 el gobierno de Canadá denegó permiso para vender leche de vacas tratadas con la hormona, convirtiendo así al país entero en una zona libre de rBGH. "La resistencia a la rBGH en Canadá fue un movimiento de base que persistió y creció por sobre diez años", comentó Lucy Sharratt, activista que participó de la campaña. "La diversidad de la oposición fue su mayor fuerza." -EcoPortal.net
Carmelo Ruiz Marrero
San Juan, Puerto Rico - Julio 2003
No todos los productos de la biotecnología son para consumo humano. La rBGH, por ejemplo, es una versión sintética de una hormona natural que produce la vaca.
Esta hormona creada mediante ingeniería genética, conocida como hormona recombinante de crecimiento bovino, se le administra a la vaca lechera mediante inyección para que produzca más leche.
¿Realmente hace falta más leche? Estados Unidos tiene desde la década de 1950 un excedente de leche tan enorme que el gobierno federal ha tenido que comprarlo a un costo total de $2,100 millones entre 1980 y 1985
para que su precio no baje a niveles catastróficos. Por lo tanto ni el consumidor ni el ganadero se benefician de un aumento en la oferta de la leche. Por el contrario, aumentar la cantidad de leche en el mercado bajaría su precio, lo cual sería desastroso para las pequeñas fincas lecheras operadas por familias. Las grandes fincas lecheras, mecanizadas y controladas por corporaciones agroindustriales, saldrían ganando ya que poseen la influencia política y las economías de escala necesarias para sobrevivir. El cierre de pequeñas fincas familiares y el crecimiento de la agricultura industrializada son dos fenómenos íntimamente ligados, y llevan al desempleo rural y la desestabilización de las comunidades rurales.
Independientemente de su impacto económico y social, la rBGH sigue siendo un problema, ya que presenta riesgos a la salud de las vacas y los seres humanos. La estructura molecular de la rBGH es distinta a la de su versión natural y la leche que se produce con su uso también es distinta.
Quien dude de los riesgos de esta hormona sintética sólo tiene que leer las contraindicaciones que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) obligó a Monsanto a ponerle al producto. Estas mencionan 21 efectos adversos sobre las vacas, incluyendo quistes en los ovarios, desórdenes uterinos, anomalías en los embarazos y problemas con
la placenta. En 1994, la National Farmers Union de Estados Unidos (NFU) estableció una línea telefónica para que los ganaderos informen problemas con la rBGH.
En los primeros meses, cientos de ganaderos llamaron para reportar, entre otras cosas, abortos espontáneos, novillos deformes y muertes de vacas. Algunos informaron que sus gastos en servicios veterinarios aumentaron de manera precipitada y otro estimó pérdidas de $100,000 por usar la hormona. Para 1995, la NFU anunció que, 60% a 90% de los ganaderos que usaban rBGH la habían dejado de usar en algunas regiones del país.
Muchos de los ganaderos reportaron un aumento en la incidencia de infecciones en las ubres de las vacas, condición conocida como mastitis. Esta infección no afecta solamente a los animales sino también a los humanos, ya que la leche de la vaca que sufre de mastitis contiene pus. Muchos ganaderos responden a la situación aumentando la cantidad de antibióticos que administran, y residuos de éstos acaban en la leche. Estos residuos pueden causar daños a la salud humana debido a que los antibióticos son químicos de gran potencia que sólo se deben usar con prescripción. Cuando el cuerpo consume antibióticos constantemente, como por ejemplo mediante residuos en la leche, estos pierden su efectividad, lo cual significa que en caso de que uno se enferme y realmente los necesite, no tendrán efecto.
Otro riesgo a la salud humana relacionado con la leche producida con rBGH es el cáncer. La FDA alega que no hay diferencia entre la leche rBGH y la leche normal, pero la leche rBGH tiene niveles elevados de la hormona de crecimiento IGF-1, la cual promueve la división celular y ha sido vinculada con el cáncer.
Los propios datos de la FDA demuestran que los niveles de IGF-1 en leche rBGH oscilan entre 25% y 70% por encima de lo normal.
La FDA y la industria lechera sostienen que no hay razón para preocuparse, ya que la IGF-1 se descompone en el sistema digestivo humano. Esta afirmación se basa en estudios científicos realizados por Monsanto y Eli Lilly, pero científicos independientes han criticado esos estudios y cuestionado su metodología. Un estudio publicado en el ejemplar de agosto de 1995 del Endocrinology Journal concluye que la IGF-1 sí puede existir en el sistema digestivo humano si viene acompañada de caseína, que es la proteína principal de la leche de vaca.
Mientras tanto, la evidencia de la carcinogenicidad de la IGF-1 va en aumento. Hombres con niveles elevados de IGF-1 tienen cuatro veces más probabilidad de contraer cáncer de la próstata, según un estudio publicado por la revista Science en 1998; y en mayo de ese mismo año, la revista médica inglesa Lancet publicó un estudio que sostiene que las mujeres en
premenopausia con niveles elevados de IGF-1 tienen siete veces más probabilidad de desarrollar cáncer en el seno. Tras llevar a cabo un estudio sobre los efectos de la IGF-1 sobre la salud humana, el doctor Samuel Epstein, profesor de la Universidad de Illinois, declaró que Estados Unidos, con la complicidad de la FDA, es sujeto de un experimento masivo con adulteración de la leche, el cual pone en riesgo a la totalidad de la población del país.
La campaña contra esta hormona comenzó cuando John Kinsman, un ganadero de Wisconsin, descubrió que en el Centro de Estudiantes de la Universidad de Wisconsin, recinto de Madison, estaban sirviendo helado hecho con leche de vacas que habían sido inyectadas con rBGH. Los estudiantes estaban siendo usados como conejillos de indias sin su conocimiento, ya que rBGH no había sido aprobada para consumo humano aún. Kinsman viajó a Madison en medio del invierno y realizó un piquete
solitario con una pancarta en la que le explicaba a los estudiantes lo que estaban consumiendo.
Agrupaciones como la Foundation on Economic Trends, la Pure Food Campaign, Food and Water y Rural Vermont se unieron a la lucha y pusieron a trabajar juntos agricultores, consumidores y defensores de derechos de animales contra la hormona rBGH. Pero la gesta de Kinsman fue clave. "La campaña de una sola persona que realizó Kinsman fue la chispa que ayudó a poner en pie una alianza a nivel nacional de agricultores y ciudadanos que retrasaría por varios años la aprobación del gobierno para el uso comercial de la hormona", según Brian Tokar.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó la rBGH para uso comercial en 1994, pero la campaña de oposición se intensificó como resultado. Cuando ganaderos comenzaron a reportar vacas con problemas de salud como resultado de la hormona, se realizaron protestas de ganaderos y consumidores, que obtuvieron cobertura periodística a nivel nacional. Ni
siquiera los ganaderos y procesadores de leche que no usaban la hormona se salvaron de la controversia, ya que Monsanto amenazó con demandarlos si le informaban al consumidor que su producto estaba libre de rBGH.
En Canadá la historia fue distinta. Cuando los medios noticiosos de ese país anunciaron en noviembre de 1988 que la hormona estaba siendo probada con rebaños cuya leche estaba siendo secretamente mezclada con la leche que iba a los supermercados, la reacción del público fue fúrica e inmediata. Una procesadora en la provincia de Columbia Británica recibió sobre seicientas llamadas de protesta en una sola mañana, paralizando 17 líneas telefónicas. Ese fue solo el comienzo de una poderosa y determinada campaña popular
que duró once años. Entre los agricultores, activistas y ciudadanos de todas las profesiones y sectores de la sociedad que participaron en esta lucha, se destacaron la ganadera Lorraine Laponte y el autor y activista Brewster Kneen, quienes juntos fundaron la Pure Milk Campaign, el primer esfuerzo organizado para informar al público canadiense sobre la rBGH.
La campaña resultó en un triunfo para el pueblo canadiense y una apabullante derrota para Monsanto. En 1999 el gobierno de Canadá denegó permiso para vender leche de vacas tratadas con la hormona, convirtiendo así al país entero en una zona libre de rBGH. "La resistencia a la rBGH en Canadá fue un movimiento de base que persistió y creció por sobre diez años", comentó Lucy Sharratt, activista que participó de la campaña. "La diversidad de la oposición fue su mayor fuerza." -EcoPortal.net
Carmelo Ruiz Marrero
Me podrían decir cual es la marca que no utiliza leche de vacas con RBGH en Agentina? Por favor. Desde ya gracias. cristian_alonsosisini@yahoo.com
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