Las niñas que India no quiere
Redacción
BBC Mundo
En India, activistas temen que 8 millones de fetos de mujeres fueron abortados en la última década. Denuncian que India "no quiere niñas", asegura la periodista de la BBC en Nueva Delhi, Geeta Pandey.
El censo de 2011 refleja un declive de población infantil femenina que pone al país en primer lugar de disparidad niñas/niños del mundo, después de China.
La tendencia tiene una consecuencia social para muchos hombres de algunos estados, quienes están batallando para encontrar esposa.
En 1961, en India por cada 1.000 niños menores de siete años, había 976 niñas. Ahora, la cifra ha caído a 914.
Y las madres viven ese drama en su propio cuerpo.
Historias de abusos
Kulwant tiene tres hijas de 24, 23 y 20 años, y un hijo de 16.
Entre el nacimiento de su tercera hija y su hijo, Kulwant se embarazó otras tres veces.
Y cada vez, cuenta ella, fue forzada por su familia a abortar luego de que las pruebas de ultrasonido confirmaran que eran niñas.
El primer aborto le dejó recuerdo vívidos.
"La bebé tenía casi cinco meses. Era hermosa. La extraño, y también a las otras que matamos", afirma, doblándose, limpiándose las lágrimas.
Hasta que nació su hijo varón, la vida diaria de Kulwant consistía de golpes y abuso de parte de su esposo, su suegra y su cuñado. Una vez, dice, incluso intentaron prenderme fuego.
"Estaban enojados. No querían niñas en la familia. Querían niños, para que así pudieran obtener buenas dotes", afirma.
India declaró ilegales las dotes en 1961, pero la práctica se mantiene rampante y el valor de las dotes crece constantemente, afectando a ricos y pobres por igual.
Kulwant vive en Sagarpur, un área de clase media baja en el suroeste de la ciudad de Delhi.
Su historia es muy común y se repite en millones de hogares en todo India. La tecnología sólo ha empeorado la situación.
Tecnología
El descenso del número de niñas indias que reflejan los censos se explica por varios factores: infanticidio, abuso y negligencia con las niñas, asegura nuestra corresponsal.
Pero los activistas dicen que el declive se debe en su mayor parte a la disponibilidad cada vez más extendida de exámenes prenatales para determinar el sexo del feto. Y hablan de genocidio.
Hace 30 años, señala Sabu George, el activista mejor conocido por su campaña sobre el tema, la paridad de sexos en India era "razonable".
Pero, en 1974, un prestigioso organismo de Nueva Delhi, el All India Institute of Medical Sciences, publicó un estudio que decía que las pruebas para determinar el sexo eran una bendición para las mujeres indias.
El estudio señalaba que las mujeres ya no necesitaban producir infante tras infante hasta tener el número correcto de hijos varones, y animaba a determinar y eliminar fetos femeninos como una herramienta efectiva de control demográfico.
Hoy en día en India, hay 40.000 clínicas de ultrasonidos registradas, y muchas más existen sin registro.
El aborto de hijas indeseadas en India tiene una consecuencia para los mismos hombres, sobre todo en los estados donde la disparidad de sexos ha ido empeorando.
Sin mujeres
Con menos mujeres, algunos de los hombres se topan con un problema: no encuentran novia.
En Haryana existe el peor desequilibrio, con 877 mujeres por cada 1.000 hombres. Entre la población de menores de 7 años, esa tasa cae aún más, a sólo 830 niñas por cada 1.000 niños, señala Soutik Biswas, de la BBC.
Birbal Singh no encontró mujer en Haryana.
La tuvo que buscar en Kerala, en el sur, donde hay 1.084 mujeres por cada 1.000 hombres, una tasa más alta que el promedio nacional de 940 mujeres por cada 1.000 hombres.
Su mujer, Sreeja, tuvo que viajar más de 2.000 km desde la casa de sus padres en Kerala para establecerse con su esposo en Haryana.
Ahora los hombres de Haryana están dispuestos a pagar más de US$2.000 para casarse con una mujer "importada" de estados como Bengala Occidental, Jharkhand, Bihar o Madhya Pradesh.
Los matrimonios "interestatales" son raros en el campo indio. Las diferencias son enormes en lenguaje, alimentación, hábitos culturales, clima, actitud hacia las mujeres e incluso nombres y todo eso conspira para que tales alianzas fracasen.
Ajit Singh, un granjero basado en Sorkhi, distrito de Hissar en el noroeste de India, dice que pasó 12 años buscando novia sin éxito, antes de casarse con Omna, una mujer de 35 años originaria de Kerala.
Rambir, un mecánico también de Sorkhi, también se casó con una mujer de Kerala de nombre Thangkamma, que él nunca aprendió a pronunciar.
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