martes, 8 de noviembre de 2011

"Ella negaba todo y decía que era feliz"
      Por Andrea y José



Nuestra hija Inés empezó a tener problemas a los 15, justo después de su cumpleaños. Me acuerdo que no le gustaba verse en el álbum de fotos de su fiesta porque decía que había salido gorda cuando hubo que reducirle el traje para que le quede bien ya que le quedaba grande. Tenía un cuerpo normal, pesaba alrededor de 45 kilos.Ese fue el primer indicio que tuvimos, ya que por suerte nosotros estábamos alertas a estos temas porque salían notas al respecto en los medios.Con el tiempo ocurrió que encontrábamos que Inés no comía, o comía apenas una porción de comida. Simplemente no decía nada y manifestaba estar cansada y se iba a dormir. Muchas veces se iba a lo de sus amigas, donde con el tiempo nos enteramos que siempre decía no sentirse bien del estómago y no quería comer.De hecho fueron sus amigas las que nos vinieron a decir que Inés tenía un problema, que la veían cada vez mas flaca y que no quería comer. Esto confirmaba nuestras sospechas ya que su comportamiento había cambiado en el último tiempo: se la notaba cansada, deprimida, no dormía y pasaba horas encerrada en su cuarto. Todo esto acompañado de su aspecto pálido y delgado, aunque Inés siempre fue delgada.Entonces fue ahí que decidimos consultar a un especialista en nutrición que no dudó en advertirnos un cuadro de anorexia ni bien vio a Inés y nos dio una dieta que ella debía cumplir para no enfermarse.Ella negaba todo y decía que la dejásemos de perseguir, que era feliz así, que no le pasaba nada y que todo eran cosas nuestras. Igualmente empezó un tratamiento aunque con cierta resistencia.El problema fue cuando llegó el invierno, porque ya arrancó con poco peso y para peor se agarró varias gripes y resfríos sucesivos. A final del año, Inés llegó a los 38 kilos y se desmayó en el colegio.Pero ese año fue crítico porque también notamos un cambio en su forma de ser, dejó de ver a sus amigas de siempre y las cambió por otras que eran del mismo colegio. Ella buscaba disimular lo que le pasaba estando fuera de casa, encerrándose, usando más ropa de lo habitual o ropa holgada y haciendo de cuenta que gastaba dinero en comer afuera. Esto llevó a que se volviera a descompensarse y al ir a la clínica descubrieron que estaba pesando 33 kilos.Después de esa internación tuvimos varias charlas con ella y decidimos que iba a empezar un tratamiento en Manantiales.veces sucede que una paciente empieza con una anorexia y con el pasar del tiempo, al no poder controlar los atracones de comida, llega a la bulimia. "Si la chica adelgazó en un corto período, menor a 3 meses, más del 10% de su peso corporal , es porque tiene que ir al médico porque tiene anorexia. En el caso de la bulimia, es más silenciosa", dice Szlazer.Entonces, ¿a qué señales deben estar atentos los padres? "A cualquier tipo de conducta que de alguna manera se torne obsesiva, se repita constantemente y esto afecte la vida normal de la persona, como que deje de querer ver a sus amigas, o deje de salir porque no le gusta su aspecto, tenga conflictos a la hora de vestirse o comprarse ropa o al momento de sentarse a comer", explica Carmen Strucelj, terapeuta familiar de la Fundación Manantiales..
ARGENTINA

No hay comentarios:

Publicar un comentario