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La tremenda fuerza de voluntad de este atleta
No podía con su alma, pero su fuerza de voluntad obró el milagro. Christian Bergeron, este joven deportista, terminó el cross de St. Paul a pesar de que ya no le quedaban fuerzas ni para caminar. En la meta les esperaba su hermano, quien vio impotente todo lo que tuvo que sufrir.
La historia de Christian Bergeron es el mejor ejemplo de que el que la sigue la consigue y nunca mejor dicho. Este joven atleta se derrumbó una y otra vez en los últimos metros de la carrera que disputaba representando a su colegio, pero nunca se dio por vencido y, aunque fuera gateando, consiguió llegar a la meta.
Tan pronto como Bergeron cruzó la meta, se desplomó en los brazos de su hermano mayor, Joey Bergeron, quien fue el encargado de ver la última carrera de su hermano. "Yo estaba tratando de mover las piernas, pero simplemente no estaba funcionando". "Traté de que seguir de pie, pero no era capaz así que fue cuando se me ocurrió gatear. Yo no recuerdo haber escuchado nada. Cuando crucé la línea, vi a mi hermano, y él me recogió y me llevó al banco", señala el protagonista de esta historia.
Determinar con exactitud cuántas veces Bergeron se derrumbó en los últimos metros de la prueba es una tarea difícil. Sin embargo, su desfallecimiento en los últimos metros de la prueba no impidió al corredor de terminar la carrera y, aunque ya había perdido unos 30 segundos de su tiempo de llegada previsto y pasó de la posición 13 a la 39, logró su objetivo de llegar a la meta pese a las condiciones nada favorables en las que se disputó la prueba.
Este compromiso de Bergeron por terminar la carrera para su equipo no ha sorprendido a sus compañeros de colegio. Uno de ellos, Albright estudiante de segundo año de St. Paul Zachary dijo que "Cristiano es todo corazón". "Haría cualquier cosa por este equipo. Parecía que estaba bien justo antes de la carrera, pero todos estábamos muriendo allí".
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