lunes, 1 de noviembre de 2010

ANOREXIA:



Mi hija tenia en ese entonces, 19 frescos y bulliciosos años. El mundo era todo suyo. Un buen trabajo (ni bien terminó la secundaria) en una de las cadenas de hoteles internacionales, buenos modales, excelente presencia, y por sobre todo ganas de crecer.

No se dió cuenta - no nos dimos cuenta- que tanto crecimiento dentro de su trabajo no era más que una explotación, gracias a que era buena en lo suyo.


Llego a trabajar 18 hs. de corrido.
Estress, mala alimentación y un amor no correspondido (tipico de su edad), terminaron en una anorexia nerviosa que la llevo a apenas 40 kilos. ¿Cómo no me di cuenta?, ¿donde estaba mi instinto de madre? .


No sé.
Nos cuesta reconocer, inconcientemente nos negamos a ver aquello que no queremos o nos duele demasiado. Pensamos que solas podemos contra todo. ¿Cómo no voy a poder si soy su madre?. No, no se puede.


Llevo dos, no, llevamos dos años de lucha. Hemos aprendido que debemos salir de esto en familia. Que uno solo sufre las consecuencias de esta enfermedad, pero todos estamos enfermos, y la vivimos y la sufrimos.

Aprendimos que esta enfermedad puede tener muchos origenes, pero un solo modo de curarla, con apoyo y mucho, mucho amor.
Con un equipo médico seguimos aprendiendo y acompañandola. Repunta, cae. La depresión se suma.


Pero seguimos por más duro que sea el camino.


Mi hija no buscó la figura ideal, pero se sumó a ese modelo que pide que sobresalgas a costa de todo, incluso de la salud, incluso de la vida en muchos casos.
Se ha estereotipado un estilo de jóven, y hacia él corren los adolescentes, sin darse cuenta que se trata de un modelo irreal en el que sólo son moneda de cambio.


Te uso, te exploto mientras sirves, y luego adios.


Yo tambien fui parte, miré su éxito laboral y me sentía orgullosa, quizás porque con su poca edad había conseguido ser independiente como yo no lo fui nunca.
No me perdono, creo que solo lo haré cuando la vea recuperada y feliz. Es una enfermedad que te llena de culpas, pero tambien se aprende que con las culpas no solucionas nada.


Bueno solo quería contarles esto...quizás pueda servir.

Por supuesto, el hotel Hilton, luego de dos años de trabajo, se lavó las manos dejandola hasta sin obra social. Hoy es IOMA, la obra Social que se niega a pagar su tratamiento. La mayoría son pagos (hace 5 años que me obligan a manejarme de manera particular) y en aquellos que no se abonan nunca pude conseguir un cupo.

La lucha sigue, nosotros tambien y no vamos a dejar de darle batalla, tanto a la enfermedad como a quienes deben ocuparse de la misma.
Adriana
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Este relato verídico pertenece a una compañera de una página literaria, a quien le pedí permiso para subirla y agradezco. Considero que es un tema preocupante y que debemos estar alertas ante el mismo. Aclaro que la foto no pertenece a la hija de Adriana.

2 comentarios:

  1. Muy bien por hacerlo, creo que es de gran ayuda que la juventud lea y también los padres, es la única manera de controlar este atroz abuso.

    Besos

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  2. muy bien hecho ! la anorexia es muy mala y ya no la puedes controlar , pero una como madre debe proteger a sus hijos o hijas y darles la alimentacion que deben de llevar en su edad

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