miércoles, 17 de noviembre de 2010

Escucha el tic tac de tu cuerpo

Opacados por el ruido, la luz eléctrica y otros estímulos artificiales, nuestros ciclos naturales están en desequilibrio. Hoy vamos deprisa, seguimos horarios y ritmos impuestos por la vida laboral y las exigencias del medio social. Vivimos a destiempo, en un desajuste con respecto a los ciclos de la naturaleza, y esto ha repercutido negativamente en nuestra salud y bienestar.

Hoy se sabe que forzar los ciclos naturales de nuestro organismo puede provocar trastornos de sueño, temperatura, alimentación, peso y apetito sexual, así como una serie de desequilibrios que pueden derivar en enfermedades. En busca de una mejor forma de vida, la ciencia actual ha retomado postulados ancestrales para aplicarlos a la terapéutica moderna. Ejemplo de ello es la cronobiología, disciplina que estudia los ritmos biológicos en todos sus niveles de organización.

Cuerpo, máquina perfecta

El reloj biológico es inmutable e irrepetible; se le puede engañar con estimulantes, pero no se puede reprogramar, y es tan particular como una huella digital. Pongamos como ejemplo la temperatura corporal: hay parejas cuya actividad sexual se complica debido a que uno tiene la temperatura alta por la noche mientras que el otro está prácticamente hecho un hielo, lo más seguro es que, por la mañana, esta diferencia se invierta. Contra estas diferencias en el ritmo circadiano no se puede hacer nada, lo mejor es fluir con ellas.

Las investigaciones de la cronobiología han podido descifrar cómo funciona la maquinaria de nuestro reloj interno. Los investigadores han encontrado no uno sino cuatro ritmos básicos:


1) circadiano, abarca lo que ocurre en el transcurso de un día según las variaciones de luz y oscuridad

2) ultradiano, puede durar días o semanas (como la menstruación o el embarazo)


3) infradiano, dura milisegundos o minutos (transmisión neuronal)


4) estacional, determinado por los ciclos solares o estacionales
No hay duda de que el cuerpo es una máquina perfecta, pues los investigadores han identificado que, además, tenemos sensores específicos para cada ciclo.

Los ritmos son de tal trascendencia que incluso se ha desarrollado la llamada cronofarmacología o cronoterapia, capaz de determinar, según el reloj biológico del paciente, en qué momento del día el organismo es más sensible a la acción de ciertos medicamentos. Médicos franceses hicieron un estudio en el tratamiento de tumores cancerosos, y encontraron que el 51% de los pacientes cuyo tratamiento se hizo de acuerdo a su reloj biológico, respondió favorablemente a la quimioterapia con menos efectos secundarios.

El tic tac personal

Para vivir de acuerdo a nuestro reloj biológico, primero hay que observarlo. Los terapeutas recomiendan que, durante algunos días, anotes en una libreta la hora en la que sientes hambre, repentino cansancio mental, disminución de la vitalidad, intenso deseo de dormir, sensación incontrolable de estrés, apetito sexual, etc. Al cabo de una semana, haz una gráfica en la que se desprendan líneas, horas pico y horas valle. Repite este ciclo durante 28 días y revisa el patrón que sigue tu cuerpo.
Organizar tu vida con base en esos ritmos puede ayudarte a reducir, de manera inmediata, el nivel de ansiedad, angustia, estrés y oxidación en el cuerpo, trayendo a tu vida un sinfín de beneficios además de la salud.
Luza Alvarado

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