No sé ustedes, pero yo soy muy ansiosa y me estreso con muchísima facilidad, a veces he llegado a pensar que podría dedicarme a cultivar ciruelas en mi jardín y de todas formas viviría estresada y con gastritis.
De cualquier forma no pienso seguir igual, así que traté de buscar formas de controlar mis niveles de tensión, primero con una psicóloga y después con mi mejor amiga, que es maestra de yoga.
Estos son algunos de los consejos que me dieron y que comparto con todos los que tengan en común conmigo el estrés, estoy segura que les serán muy útiles, a mi me han resultado estupendamente.
La psicóloga Gloria Vázquez recomienda:
1. Tener una actitud optimista; en vez de correr a la ducha al despertar, tomarte 1 minuto (literal, 60 segundos) para respirar hondo e imaginarte el tipo de día que quieres tener.
2. Organiza una agenda. Aunque al principio puede costar acostumbrarse, después notarás que te hace la vida mucho más fácil al no tener que depender todo el tiempo de tu memoria para los pendientes y tomándote el tiempo necesario para no dejar las cosas a último momento.
3. Aprende a delegar funciones en el trabajo, no tienes que hacer todo, recuerda que “el que mucho abarca, poco aprieta”.
4. Acostúmbrate a disfrutar de las cosas pequeñas, recupera tu capacidad de asombro deja fluir tu sonrisa; mira los árboles de camino al trabajo, saluda amablemente a los demás y muy importante, no comas con prisa, saborea cada bocado.
5. Reduce el consumo de estimulantes como el café, el té o cualquier bebida con cafeína o alcohol; ya que provocan un efecto rebote que te altera durante poco tiempo pero te hace sentir más decaído después.
6. Trata de comer saludablemente, eso también ayuda a reducir los problemas gástricos relacionados con la ansiedad y el estrés. Practica algún deporte o haz algo de ejercicio, aunque sea poco, no dejes que tus músculos se atrofien.
7. ¿Te están colmando la paciencia? Desconéctate por un par de minutos y recurre a tu imaginación, piensa en la gente que amas, en aquellas grandiosas vacaciones, en tu mascota, en todo aquello que te hace feliz; tu cerebro secretará endorfinas y te hará recobrar la paz.
8. No lleves a la casa tu trabajo, ni a tu cama las preocupaciones. Aprende a estar 100 por ciento en el lugar donde estés. En la oficina concéntrate y da lo mejor de ti, pero en casa, dedícate totalmente a ti y a tu familia.
9. Duerme de siete a ocho horas diarias. No le robes tiempo a tu sueño por hacer algún trabajo, al día siguiente rendirás menos y se convertirá en un círculo vicioso. Además, dormir poco… ¡engorda!
10. Si no puedes ir a un spa para recibir un masaje, pídeselo a tu pareja y hagan sesión mutua; si tampoco es opción, tus propias manos pueden consentir tu cuerpo y liberarte de mucha tensión, masajea tu cuello, tus hombros y tus pies y notarás el cambio.
Y, la maestra de yoga, Tere Hernández recomienda estos 5 ejercicios básicos que harán la diferencia en tu cuerpo y tu estado emocional:
1. Coloca tu dedo índice sobre el orificio nasal derecho y respira profunda y tranquilamente por el izquierdo, haz lo mismo con el lado contrario. Repítelo un par de minutos. Ayuda a enfocar la mente, volver a lo básico: respirar. Con este ejercicio oxigenas tu cerebro para que piense mejor ante problemas de último momento.
* Ideal después de comer, cuando la digestión te hace sentir atontada o con somnolencia.
2. Mira a un punto fijo inicial, después a extremo superior derecho, vuelve al mismo punto inicial, y después al extremo superior izquierdo, haz lo mismo con cada lado: superior, medio e inferior, izquierdos y derechos. Sigue con círculos a cada lado. Cierra tus ojos, cubre suavemente con las palmas de tus manos, respira profundamente y mantente así durante por lo menos 30 segundos. Sirve para descansar tus ojos del estrés ocular.
* Hazlo cada 1 ó 2 horas, no esperes a sentir cansancio visual. Descansa tus ojos después de haberlos fijado mucho tiempo en la computadora, leyendo o revisando cuentas.
3. Entrelaza los dedos y ponlos detrás de la cabeza, ligeramente encima de la nuca. Relájate, respira profundamente y estira tus codos hacia atrás. Repite el ejercicio las veces que lo necesites. Este movimiento sirve para relajar los hombros, bíceps y tríceps.
* Es perfecto para cuando sientas agresividad y enojo, en esos momentos en que insultas a la computadora por ser demasiado “lenta”.
4. Siéntate en la orilla de tu silla con los pies bien puestos sobre el piso, sostente del respaldo con los brazos estirados y hacia abajo; usando la fuerza de tus brazos curva tu espalda y echa la cabeza hacia atrás -con control-, endereza tu espalda y repite el ejercicio las veces que sea necesario. Sirve para descansar la zona lumbar por pasar mucho tiempo sentada.
* Lo mejor es hacerlo cada 1 ó 2 horas mientras trabajas para evitar dolores crónicos de espalda.
5. Sentada en tu silla, rota los hombros hacia delante, luego hacia arriba, hacia atrás y finalmente hacia abajo. Es un excelente ejercicio para evitar la tortícolis, pues relaja la zona de los hombros y el cuello, donde se acumula gran parte de la tensión.
* Ideal para esos momentos en los que llevas 10 minutos escuchando la odiosa musiquita de espera de la contestadora.
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