jueves, 7 de julio de 2011

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La tragedia de Chile / Relatos sobre las zonas más afectadas

Historias de solidaridad

Martes 02 de marzo de 2010 | Publicado en edición impresa

La chica que dio la alerta
SANTIAGO, Chile (EFE).- Una chica de 12 años salvó la vida de buena parte de los habitantes del archipiélago Juan Fernández, a 600 kilómetros de la costa chilena, en medio del océano Pacífico, al alertar sobre las olas gigantes que se dirigían a las islas tras el terremoto que había asolado el centro y el sur de Chile.
Según publicó ayer el diario La Tercera , Martina Maturana se enteró del fuerte sismo a través de su abuelo, residente en Valparaíso, y corrió hasta una céntrica plaza de Robinson Crusoe, la principal isla del archipiélago, e hizo sonar un gong, que es la alarma del pueblo para estos casos.
La señal despertó a varios habitantes de la isla, quienes también empezaron a tocar campanas y a huir hacia las alturas, minutos antes de que una ola de 15 metros destruyera buena parte del territorio, donde hasta el momento se han registrado ocho víctimas fatales y 13 desaparecidos. Los edificios estatales, el cementerio, las iglesias, los centros deportivos y el único colegio del pueblo se desplomaron por la fuerza de las olas.
La chica, hija de un carabinero destinado en Robinson Crusoe, percibió el terremoto como un leve temblor, pero avisó a su padre, que llamó a Valparaíso para conocer el estado de su familia.
Al escuchar la magnitud del movimiento telúrico, la chica vio por la ventana cómo los botes en la bahía saltaban y chocaban entre sí. Inmediatamente, corrió a la plaza del pueblo para hacer sonar la alarma y salvar muchas vidas entre los cerca de 700 habitantes de la isla.
La alerta oficial del tsunami que debería haberse oído antes del aviso de la pequeña no llegó. La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) chilena dijo que había recibido la información de que no habría tsunami después del terremoto.
El gobernador de Valparaíso, Ricardo Bravo, viajó anteayer al archipiélago. "No quedó nada", contó, y describió el panorama desolador en Juan Fernández. Según explicó, las olas entraron 300 metros en el territorio de la isla y destrozaron las viviendas de unos 200 habitantes, que fueron albergados en casas vecinas.
Un guía en la oscuridad
PAINE, Chile ( El Mercurio /GDA).- Al observar cómo miles de chilenos sufren por el impacto del terremoto, la familia de José Anabalón Miranda decidió ayudar en medio de la tragedia.
Sin esperar nada a cambio, pasan las noches junto a una fogata para indicar a los conductores que se dirigen hacia el Sur, la zona más afectada por el devastador terremoto, la mejor forma de tomar el desvío hacia esa zona. La familia inicialmente tomó un carbón y pintó una flecha en un cartel, con esta leyenda: "Al Sur".
Anabalón señaló que mucha gente se perdió en la ruta, debido al desvío de emergencia que se trazó por los graves daños que había sufrido el asfalto. En el camino para llegar hasta Concepción, una de las ciudades más perjudicadas, hay numerosos desvíos, tramos de asfalto quebrados, hundimientos y postes de luz derribados. Incluso algunos cruces alternativos están habilitados sólo para vehículos livianos.
Por eso, a la altura del kilómetro 52 del cruce Los Pinos, comuna de Paine, Anabalón, de 59 años, decidió encender una fogata y, armado con una linterna, indicó cómo tomar la ruta para dirigirse al Sur.
"Mucha gente se ha perdido porque la carretera sufrió daños y no sabe cómo tomar el desvío. Por eso yo, con mis hijos, mis nietos y mi mamá, quisimos aportar un granito de arena para ayudar a los chilenos", dijo Anabalón, que planea mantenerse firme en su puesto durante varias horas.
PARIS (AFP).- Una decena de arqueólogos franceses y sus colegas chilenos, que se encontraban en la isla Robinson Crusoe del archipiélago Juan Fernández cuando se produjo el sismo, escaparon milagrosamente del maremoto que arrasó el único poblado de la isla, San Juan Bautista.
Según un correo electrónico que consiguieron enviar a sus familiares, todos los miembros de la misión Robinson 2010 están sanos y salvos.
"El pueblo de San Juan Bautista fue arrasado por el tsunami. Perdimos todos nuestros equipos de trabajo", precisaron los arqueólogos franceses.
"Hoy [por ayer] comienza la llegada de los equipos de rescate desde el continente y participamos con ellos en la búsqueda de desaparecidos", concluyó el mensaje, enviado desde la fragata Almirante Condell, de la marina chilena, que llegó anteayer a Robinson Crusoe.
"Se salvaron por milagro", dijo desde París la hermana de uno de los arqueólogos. "Estaban durmiendo en su hotel, la hostería El Pangal, una construcción de un piso, situada unos metros sobre el nivel del mar, en las faldas de una colina frente a la bahía Cumberland, cuando vino el tsunami", agregó.
"Tuvieron suerte porque fueron despertados una hora antes de la catástrofe por algunos pescadores que notaron el mal estado del mar y dieron la alerta en el poblado", dijo la mujer. La mayoría de las familias de la isla Robinson Crusoe se dirigió hacia la parte alta del lugar para protegerse de la llegada de las gigantescas olas.
"Las olas cubrieron todo el poblado", dijo un piloto de la marina chilena. "El agua arrasó con todo cuando se retiró, incluso el pequeño hotel donde estaba mi hermano con su esposa y su hijo", relató.
Los arqueólogos franceses de la Sociedad de Estudios en Arqueología Subacuática participaban con sus colegas chilenos de la Fundación del Archipiélago Juan Fernández, en busca de un galeón español que se hundió en la bahía Cumberland en 1634.

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