miércoles, 1 de septiembre de 2010

"Sexo y Espiritualidad"



Durante siglos la iglesias se han encargado de hacer parecer estos dos términos como antagónicos, haciéndonos creer que si se quiere ser espiritual, hay que practicar la castidad, la cual no es más que una ignominiosa represión de un sentimiento y una emoción como es el deseo sexual, que nos fue dada por nuestro Creador de una manera especial, ya que el ser humano es el único animal, que no tiene una época de celo, porque su deseo sexual es permanente, sólo necesita del estímulo. "El instinto de apareamiento es una de las fuerzas impulsoras físicas dominantes en los seres humanos. "

En las más antiguas tradiciones herméticas, se hablaba con toda propiedad de la magia sexual, pues todos los sereshumanos poseemos fuerzas eléctricas y magnéticas, que actúan como una fuerza de atracción y entre un hombre y una mujer estas polaridades se manifiestan y se potencian con fuerza en la unión sexual, dando vida al erotismo y a la vida creadora del pensamiento y transformando al sexo en el mediador entre la fuerza instintiva inconsciente y la moderación y conciencia de nuestro espíritu residente. Es una lástima que estos conceptos hayan sido acallados por la mojigatería de las religiones. La magia sexual no está en reprimir la energía sexual, sino en saber encauzarla.

El sexo, ha sido tildado de pecado si no va unido a la procreación, pero han limitado esta procreación a la vida humana, ignorando que el sexo es algo realmente sagrado, porque siempre es portador de vida y un acumulador de energía etérica, que nosotros podemos transformar en positivas o negativas, dependiendo no del sexo mismo, sino de nuestras vibraciones. El sexo trasciende lo biológico “el acto sexual no impone consecuencias biológicas sobre él." por tanto lo verdaderamente puro o pecaminoso, no está en el acto mismo, sino en la intención y en la conciencia que tengamos al hacerlo. Nuestro cuerpo no puede ser pecaminoso porque es el templo de Dios, por tanto lo corporal no debe ser mirado como algo negativo, somos mente cuerpo y espíritu y esta trilogía debe estar presente en el acto sexual para hacer de él una experiencia maravillosa, como debería ser siempre un acto de amor, y que no se piense que esta espiritualización del sexo disminuye el placer y la pasión, muy por el contrario la intensifica al dar conciencia a lo que estamos sintiendo.

El tabú por el sexo se remonta a muchos siglos. “ El culto de la continencia se originó como rito entre los soldados antes de emprender batalla; en épocas posteriores se tornó en la práctica de los "santos". Este culto toleraba el matrimonio tan sólo como un mal menor que la fornicación. Muchas de las grandes religiones mundiales, han sido influidas adversamente por este culto antiguo, pero ninguna tanto como el cristianismo" Quien hasta el día de hoy exige a los sacerdotes una castidad, que en la práctica hemos visto que se convierte en una aberración contra menores indefensos.

Es preciso dar al sexo el lugar que le corresponde y para quienes deseamos realmente ser perfectos como lo es nuestro Padre, debería ser una prioridad el saber usar la pasión no como un pecado, sino como un trampolín para aprender la ciencia del amor, para aprender a dar y también a recibir, con conciencia de lo que hacemos, porque es un gran error el desterrar la presencia de nuestro Espiritu residente, en un acto en el cual él debería estar más presente que nunca, para bendecir nuestros cuerpos que son templos de Dios y que la unión de dos seres unidos por el amor pueden consagrar.

Para que el sexo sea una manifestación cocreadora con Dios, debe ser hecho con amor y conciencia. El amor es un ingrediente sutil de nuestra conciencia que es capaz de mostrar la parte más bella de nosotros mismos, porque “ el amor es el deseo de hacer el bien a los demás.” 648 “Algún día el hombre debería aprender a gozar de la libertad sin licencia, de la alimentación sin glotonería y del placer sin libertinaje. El autocontrol es la mejor política humana para reglamentar la conducta de la auto negación extrema.”

En todo acto sexual hay un gran intercambio de magnetismo, las personas lo quieran o no, dan al otro lo que ellas están irradiando y de esos momentos nacen los hijos etéricos que nos acompañaran más adelante, porque el sexo es siempre eminentemente creador, por tanto puede ser empleado sin remordimiento alguno, como la unión física, emocional y espiritual entre dos personas. “Dejad que el hombre se divierta, dejad que la raza humana encuentre placer de una y mil maneras, dejad que la humanidad evolucionaria explore todos los tipos de auto gratificación legítima."

¡Qué lejos están estas exhortaciones equilibradas, a la beatería y al pecado que se nos ha enseñado.! El sexo es eminentemente creador, siempre nacerán de él hijos energéticos, cuya calidad dependerá del estado espiritual de los participantes, de allí que la presencia de Dios no puede estar excluido de él, si en verdad queremos evolucionar como sus hijos, porque "un buscador de los placeres, debe tratar siempre de ser tanto productor como consumidor." La espiritualidad debería estar siempre presente en el acto sexual, teniendo en cuenta que la espiritualidad no es más que la manifestación de la divinidad en nosotros y ella debiera expresarse siempre, sin importar lo que estemos haciendo, porque la espiritualidad es la actitud con que la persona encara cualquier situación de su existencia desde lo profundo de su ser, por eso, el único “pecado” del sexo, reside en la inconciencia con la cual se realiza. No solamente debe existir la unión de los cuerpos sino también la de las almas y los espíritus.

En las últimas décadas se ha ido desmitificando el sexo, pero desgraciadamente se le ha puesto en el otro extremo, transformándolo en algo sin importancia, buscando solamente el placer por el placer. La liberación sexual ha traído muchos beneficios, pero también muchas dificultades, porque al despojarlo del amor se le prostituye y deforma, “ninguna emoción o impulso humano puede producir tanto daño, como cuando se le da rienda suelta al impulso sexual” 914 convirtiéndolo muchas veces en un verdadero acto animal, aún cuando esta expresión está muy mal empleada, pues los animales demuestran un comportamiento muy tierno al aparearse, no obligan sino que el macho conquista a la hembra con sus mejores técnicas de seducción. En los animales no existe la violación.

Hay que hablar de sexualidad, hay que ver donde perdió su carácter sagrado y se volvió mercancía Lo sagrado de la sexualidad es lo que la hace una fuerza de vida, de gozo y de crecimiento. Lo sagrado en nuestra vida se da a través del rito y hemos perdido la capacidad de ritualizar nuestros actos con el significado, porque la rutina cotidiana ha perneado todos los rincones de nuestra vida...

Mucho se habla de la educación sexual que se debe dar a la juventud, pero ella está enfocada a como prevenir el embarazo o las enfermedades sexuales, pero nadie, ni siquiera los colegios cristianos hablan de la santificación del sexo, que es algo muy diferente a la castidad o la abstinencia. Nuestra responsabilidad es crear en la juventud una conciencia de lo que realmente es el deseo sexual y cómo es posible disfrutarlo plenamente con una conciencia despierta, porque para su realización también cuenta la cita, que dice que: aislar parte de la vida y llamarla religión es desintegrar la vida y distorcionar la religión." Hay que hablar de sexualidad, hay que ver donde perdió su carácter sagrado y se volvió mercancía Lo sagrado de la sexualidad es lo que la hace una fuerza de vida, de gozo y de crecimiento, cuando ella es consciente.

El gran culpable de esta distorción del deseo sexual es el apóstol Pablo, quien con sus opiniones personales influyó mucho en la teología cristiana al decir : "Bueno le sería al hombre no tocar mujer". "Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo". "Digo pues, a los solteros y las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo". Pablo bien sabía que estas enseñanzas no eran parte del evangelio de Jesús, cosa que queda demostrada en su declaración: "Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento." Este culto condujo a Pablo a despreciar a las mujeres y a marginarlas, lo cual hasta el día de hoy es practicado por la iglesia católica, que impide a la mujer ejercer el sacerdocio y la margina de las tareas de importancia.

“ Es una pena que todas sus opiniones personales hayan influido tan prolongadamente sobre las enseñanzas de una gran religión mundial. Si se hubieran tomado literalmente y obedecido universalmente los consejos de este discípulo, la raza humana habría llegado a un fin repentino e ignominioso. Además, la participación de una religión en el antiguo culto de la continencia conduce directamente a la guerra contra el matrimonio y el hogar, la verdadera piedra angular de la sociedad y la institución básica del progreso humano. No es de sorprender que todas estas creencias fomentaran la formación de sacerdocios célibes en muchas religiones de muchos pueblos." con las consecuencias por todos conocidas por los casos no aislados, sino desgraciadamente profusos, de sacerdotes de todo el mundo, que han cambiado la castidad por la pedofilia.

Si hacemos historia nos daremos cuenta que “el matrimonio no se fundó en las relaciones sexuales, estas fueron incidentales. El matrimonio no era una necesidad en el hombre primitivo, quien satisfacía su apetito sexual libremente, sin cargarse con las responsabilidades de una esposa, hijos y hogar” claro que entonces lo que pensara o sintiera la mujer no tenía la más mínima importancia.

“Muchas tradiciones tribales y raciales culpaban a Eva o a otra representante femenina de todas las dificultades de la humanidad. Estas narrativas siempre fueron distorsionadas a fin de indicar que la mujer traía el mal al hombre. El hecho de que la mayoría de las supuestas brujas eran mujeres, empeoró la antigua reputación del sexo femenino. Entre los motivos citados a favor del sacerdocio célibe, el principal era la bajeza de la mujer, hasta llegaron a dudar que la mujer tuviese alma. Durante los tiempos primitivos existía gran temor de la primera relación sexual con una mujer, de allí se volvió costumbre que el sacerdote tuviera la relación inicial con una virgen.”

El hombre primitivo nunca titubeó en esclavizar a sus semejantes y la mujer fue su primera esclava familiar. El hombre pastoral esclavizó a la mujer a manera de pareja sexual inferior. Este tipo de esclavitud sexual, nació directamente del hecho de que el hombre dependiera menos de la mujer” “La mujer se convirtió en proveedora de alimentos, bestia de carga y compañera capaz de soportar malos tratos sin resentimientos violentos y además de todas estas características, era un medio de gratificación sexual siempre a disposición”765. Cada vez menos, pero aún quedan muchos trogloditas que pretenden seguir dando el mismo trato a la mujer, aunque estemos en el siglo XXI

¡Cuanta agua ha debido pasar por el río para que las mujeres empezáramos a ser consideras relativamente como iguales.! Jesús fue nuestro gran precursor al reconocer nuestra dignidad y nuestros derechos. “La mujer es socia del hombre a igual nivel en la reproducción de la raza y por tanto es igualmente importante en el desarrollo de la evolución racial, por ello la evolución ha contribuido cada vez más, a la realización de los derechos de la mujer."

Jesús no dudó en hablar con una mujer samaritana, en tener como amigas a las hermanas de Lázaro y aún fue mucho más lejos cuando decidió seleccionar a “diez mujeres para trabajar en el ministerio del reino”. Estos hechos son sorprendentes considerando que “en esa época, las mujeres no podían ni siquiera ser admitidas en el atrio principal de la sinagoga. El cometido que Jesús dio a estas mujeres al seleccionarlas para enseñar el evangelio y ministrar, fue la proclamación de emancipación, lo cual liberó a las mujeres para todos los tiempos, ya que no debían los hombres considerar inferiores a las mujeres."

En una educación sexual real y positiva, también deberíamos enseñárseles a nuestros niños que el hombre y la mujer son completamente diferentes física y sicologicamente, pero totalmente iguales en cuanto a derechos y obligaciones. "La mujer es la socia del hombre a igual nivel en la reproducción de la raza, por lo tanto es igualmente importante en el desarrollo de la evolución, por eso ha contribuido cada vez más, a la realización de los derechos de la mujer. Pero los derechos de la mujer, no son de ninguna manera los derechos del hombre. La mujer no puede florecer con los derechos del hombre, ni puede el hombre prosperar con los derechos de la mujer. Cada sexo tiene su esfera de existencia propia y distinta, juntamente con sus propios derechos dentro de esa esfera. Si la mujer aspira literalmente a disfrutar de todos los derechos del hombre, entonces, más pronto o más tarde, la competencia cruel y sin emociones reemplazará con seguridad al machismo y a la consideración especial de que muchas mujeres disfrutan hoy en día, y que tan recientemente han ganado de los hombres."

Como hijos de Dios, démosle al sexo el lugar sagrado que le corresponde, enseñemos a nuestros hijos y nietos a verlo con naturalidad, lejos del pecado pero no por ello prostituído al sólo placer momentáneo, insitado por el alcohol o las drogas. Creemos una manera más pura y más sana de ver y encauzar el deseo sexual, para que el placer obtenido eleve nuestras vibraciones positivas y jamás nos haga sentir culpables. Utilicemos nuestra energía sexual, no luchemos contra ella ni la neguemos, sino que utilicémosla para crecer espiritual y moralmente. Seamos amigables con ella, porque en sí misma no es maligna ni nociva. Como toda energía es neutral y todo depende del uso que hagamos de ella. Si somos conscientes de lo que estamos haciendo y sintiendo, ella trascenderá y nos servirá para la vida eterna, porque recordemos que "nada de lo que haga un hijo de Dios es ordinario" cuando somos capaces de unir nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, en un sólo placer consciente y volitivo, éste se multiplica llenándonos de sensaciones difíciles de describir por su intensidad, porque cuando nos encontramos con el cuerpo de la pareja y somos capaces de entregarnos y entregar, de dar y recibir, podemos percibir ese rincón sagrado que nos habita y nos revela a Dios en nosotros

No temamos hablar de sexualidad, busquemos un nuevo lenguage que sea capaz de integrarla a nuestra vida con todo su poder creador. La transformación del mundo depende mucho de la calidad de las relaciones sexuales, porque las vibraciones pasan a través de nuestros pensamientos y también de nuestra piel, que es la que nos provoca las sensaciones que podemos encauzar y santificar, para recuperar así el espacio espiritual del sexo y volvamos tomar conciencia de su energía, para poder así tener una vida sexual sana y libre, que nos haga más responsables y nos dé la capacidad de amar y ser amados con plenitud.

Basado en las enseñanzas del Libro de Urantia
Yolanda Silva Solano.

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