Cinco años después, un perro sigue llorando a su dueño muerto
Todos los días, va a la esquina donde su amo falleció en un accidente de tránsito y aúlla.
13/01/14
En Cochabamba, Bolivia, un perro mestizo sigue llorando a su dueño en el lugar en que murió hace cinco años en un accidente de tránsito. En la avenida Papa Paulo de esa ciudad, algunos lo llaman "Hachi", emulando al famoso perro japonés "Hachiko"; otros le dicen "Huachi" o "Huachito", pero lo cierto es que este perro de color café conmueve a vecinos y comerciantes que se encargan de alimentarlo.
"Deben ser unos cinco años desde que falleció su dueño en un accidente de motocicleta. El perro venía por detrás y se quedó aquí desde entonces", dice Román Bilbao Luján, el propietario de una tienda de carnes y fiambres ubicada a unos metros del lugar donde "Hachi" perdió a su amo.
El dueño del perro era un estudiante universitario que todos los días seguía esa ruta en moto con el perro como escolta, hasta que un día el muchacho fue atropellado por un taxi y murió cuando era trasladado al hospital, contó una vendedora al diario Opinión. Desde entonces, "Hachi" convirtió a la avenida Papa Paulo en su hogar y llora en la esquina donde ocurrió el accidente. "Camina de esquina a esquina y vuelve al lugar donde murió su dueño y aulla", detalló la mujer.
El "Hachiko" original fue un perro de raza Akita que pertenecía a Hidesaburo Ueno, un profesor de ingeniería agrónoma de la Universidad de Tokio que murió en 1925 tras sufrir una hemorragia cerebral mientras daba clases. Pese a que su dueño había fallecido, durante nueve años el perro fue todos los días a la estación de Shibuya a la hora en la que llegaba el tren que viajaba Ueno. La lealtad de "Hachiko" fue inmortalizada en una estatua de bronce que se levanta en el lugar donde esperó a su protector, y su historia fue rescatada por Hollywood en la película Hachiko: "A Dog's Story", protagonizada por el actor estadounidense Richard Gere.
Clarín
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