Cómo enseñar a los niños a ser solidarios
Muchos padres nos preguntamos cuál es la mejor forma para enseñar valores importantes como la solidaridad a nuestros hijos. El ejemplo es siempre la mejor escuela, ya que la verdadera educación en valores consiste en latransmisión de las conductas. Los niños aprenden mediante modelos y resulta difícil pedirles a los niños que sean solidarios si no ven, habitualmente en casa, que sus padres lo son.
En general, los niños aprenden más de lo que hacemos como padres que de lo que decimos porque son imitadores están pendientes de todas nuestras actuaciones. Por este motivo, muchos expertos aseguran que los valores son una especie de hábitos que se van adquiriendo de forma inconsciente en el núcleo familiar. Por lo tanto, si queremos fomentar la solidaridad en casa, lo más recomendable es que el niño viva en un hogar donde siempre haya oportunidades para ayudar a los demás y donde se escuchen mensajes como “no vamos a tirar la ropa que se os ha quedado al contenedor, vamos a llevarla a la iglesia para los niños pobres" o "este sábado tenemos que hacerle algo de comer a la tía que está enferma" o "vamos a hacer la compra a los abuelos porque no se encuentran bien". De este modo, no sólo estamos enseñándoles cómo se debe actuar con los demás, sino que también estamos favoreciendo la empatía de los niños, y al ponerse en el lugar del otro entenderán más fácilmente la importancia de su ayuda cuando es realmente necesaria.
La solidaridad y los niños
La solidaridad es uno de los valores que más favorece la creación de vínculos de confianza y de unión entre los niños. Pero los valores no pueden imponerse ni se aprenden cómo una asignatura en el colegio. Los niños no adoptarán un valor si no quieren, por obligación, ya que en cuanto dejes de insistirle hará lo que a él le parezca correcto. Si no quiere actuar de tal manera, no le obligues, ya que no se pueden imponer valores a la fuerza. Inculcar valores a los hijos es una tarea que debe iniciarse desde la más tierna infancia, cuando el niño es pequeño. La principal fuente de valores del niño se encuentra en el hogar, en sus padres y familiares, y su educación y desarrollo personal depende directamente de ellos.
Sin embargo, los padres tenemos que ser conscientes de que no podemos abarcarlo todo y, aunque lo intentemos, es muy difícil ser un ejemplo perfecto en todos. Por esta razón, debemos determinar cuáles son los valores realmente importantes para nosotros: el respeto, la solidaridad, la sinceridad, la lealtad... y convertirnos en un buen modelo de ese pequeño ramillete de valores realmente importantes. Así, como padres, podremos estar más orgullosos del desarrollo como persona de nuestro hijo y podremos verles crecer sirviendo de modelo con nuestras actuaciones. Los padres tenemos que ser conscientes de que no vamos a poder transmitir a nuestros hijos los valores de los que carecemos.
Mis hijos y los tuyos serán los hombres de mañana y una de las maneras de dejarles para el futuro un mundo mejor es inculcales valores tan necesarios para la sociedad como la solidaridad, que consiste en ayudar, colaborary cooperar con los otros para conseguir un objetivo. Constituye uno de los valores humanos por excelencia, uno de los más importantes porque la solidaridad es necesaria para construir un mundo mejor. Ayudar a quienes lo necesitan, sin tener la obligación de hacerlo, sólo por satisfacción personal, es un acontecimiento gratuíto único para la persona. Encontrar el sentido de estas actuaciones para tomar decisiones en consecuencia es una de las mejores enseñanzas que podemos transmitir a los niños durante su infancia.
Mis hijos y los tuyos serán los hombres de mañana y una de las maneras de dejarles para el futuro un mundo mejor es inculcales valores tan necesarios para la sociedad como la solidaridad, que consiste en ayudar, colaborary cooperar con los otros para conseguir un objetivo. Constituye uno de los valores humanos por excelencia, uno de los más importantes porque la solidaridad es necesaria para construir un mundo mejor. Ayudar a quienes lo necesitan, sin tener la obligación de hacerlo, sólo por satisfacción personal, es un acontecimiento gratuíto único para la persona. Encontrar el sentido de estas actuaciones para tomar decisiones en consecuencia es una de las mejores enseñanzas que podemos transmitir a los niños durante su infancia.
Marisol Nuevo.
Guíainfantil.com
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