Desafiando a los hombres en Hebrón
Ana Garralda
Jerusalén
A sus 43 años Maysun Qawasmi es madre de cinco hijos, periodista de profesión y política por vocación. Lidera "Participando podemos", la única lista independiente formada exclusivamente que pretende participar en el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina. Luchar por la igualdad de derechos para las mujeres en la ciudad más conservadora de Cisjordania, Hebrón, es su principal objetivo.
"En el mundo árabe los hombres son los que toman las decisiones, es un patriarcado, los derechos de las mujeres no es algo que realmente importe", explica convencida Maysun Qamasmi mientras termina de recoger la cocina de su casa en la ciudad cisjordana de Hebrón.
"Tenemos que cambiar las cosas, sólo tenemos que empezar", le explica a su interlocutor al otro lado del teléfono.Aunque asegura que para ella atender a su familia "es lo primero y después la política", lo cierto es que su teléfono no deja de sonar y la seguridad implícita en sus afirmaciones más recuerda a la retórica propia de una candidata veterana que a la de una primeriza en cuestiones electorales.
Para ella ese "empezar" comienza con equiparar los derechos de las mujeres a los de los hombres, por ejemplo en el poliderportivo de la ciudad.
"Es increíble que a las mujeres sólo se nos permita entrar pasadas las 5 de la tarde", comenta. "¿Cómo vamos a hacer deporte si a esa hora estamos trabajando u ocupándonos de nuestros hijos que han vuelto del colegio?, añade.
Costura, no gobierno
Más recursos para las viudas de los palestinos caídos en la Segunda Intifada, una mayor eficacia y mejor reparto en la gestión del agua o la construcción de más instalaciones deportivas y parques son algunos de los objetivos que Maysun perseguirá en las próximas elecciones al Consejo Legislativo Palestino (Parlamento).
En los últimos comicios locales, celebrados el pasado 20 de octubre, su lista no obtuvo ningún escaño en el ayuntamiento de Hebrón, donde de los 15 asientos, 12 están ocupados por hombres y sólo 3 por mujeres.
"La nueva ley nos otorga una cuota del 20% en la municipalidad pero no es suficiente. ¿Acaso somos el 20% en la sociedad? No, somos la mitad, así que ese porcentaje no es suficiente", asevera.
A los prejuicios de una sociedad conservadora en la que se espera de las mujeres que primero sean madres y esposas, el hecho de que sea una mujer se presentara a alcaldesa no deja, cuanto menos, de sorprender a muchos hebronitas.
"Ellas siempre se han dedicado a las labores domésticas, a la costura, a sus cosas, ¿por qué ahora tienen que estar también en el ayuntamiento", cuestionaba uno de los hombres en el mercado de la ciudad vieja de Hebrón.
A pocos metros se encontraba Qamasmi, quien durante la campaña electoral quiso atraer el voto de los hombres.
"Trabajemos juntos, ustedes se quejan de que el ayuntamiento no hace lo suficiente, de que necesitan a alguien fuerte que los represente. Denos una oportunidad y quizá empiecen a cambiar las cosas", aseguraba ella contundente, convencida.
Los jóvenes, su gran esperanza de futuro, la escuchaban. El gesto de los mayores era una mezcla de sorpresa y escepticismo.
"Lo que dictan los hombres"
Una sociedad conservadora, feudo tradicional del movimiento islamista Hamás que, "nunca me apoyarían, primero porque soy mujer; segundo, porque hablo de derechos sociales y también de los derechos de las mujeres", explica.
En Hebrón, Al Fatah, tiene ahora la mayoría de los escaños del ayuntamiento.
"Al principio me reuní con mujeres de Al Fatah y Hamás para convencerlas de que nos uniéramos y así hacer un frente común", cuenta Qamasmi, "pero lo siento, al final siempre hacen lo que les dictan los hombres".
"Estas mujeres votarán por su lista pero no por las cuestiones que afectan a las mujeres", opina.
Según ella, la cuota dedicada a las mujeres -un quinto de los escaños de acuerdo a la nueva ley- no implica paridad en las decisiones.
"Al final la voz de las mujeres no se escucha y siempre prima la de sus maridos".
Sin embargo, Qamasmi es optimista. Para ella, las mujeres de los territorios palestinos sí quieren cambiar las cosas, "sólo esperan a que alguien empiece" y asegura que son más fuertes que la media del mundo árabe por los años de conflicto contra la ocupación israelí.
"No importa si no han votado por nosotras hasta ahora. Volveremos a presentarnos. Esto no es más que el principio", concluye.
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