Los bebés de un año ya usan razonamiento puro
Lo mejor para saber si un bebé sabe razonar es ponerle a jugar a la lotería. Eso es lo que ha hecho un equipo de investigadores de varios países en un experimento con 60 niños de un año.
Su objetivo es encontrar las claves de la inteligencia humana frente a la de otros animales.
Un gran candidato es el sentido común, y, dentro de este, lo que los autores llaman "razonamiento puro".
Consiste en predecir el resultado más razonable de una situación nueva, de la que no hay experiencia previa.
Según el nuevo trabajo, publicado en Science, el ser humano ya posee ese razonamiento puro a la tierna edad de doce meses.
"Tanto los animales como los humanos tenemos mucha capacidad de aprender basándonos en experiencias pasadas", explica Luca Bonatti, investigador de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y autor principal del estudio.
"Este trabajo nos abre ahora un nuevo universo de razonamiento por intuición que parece ser muy precoz en la mente humana", añade.
Inteligencia artificial
Uno de los objetivos de Bonatti y sus colegas de EEUU, Francia, Italia y Hungría es reconstruir hacia atrás una mente humana.
Estudian a niños de 12, 6 y 3 meses para ver cuándo surge el razonamiento puro e intentan crear modelos informáticos que lo reproduzcan.
"Combinar varias fuentes de información y conocimiento de forma flexible para predecir el resultado de una situación compleja es la raíz de la inteligencia humana y uno de los eslabones que faltan para construir inteligencia artificial con sentido común", reconocen.
Para dilucidar los orígenes de ese preciado don, Bonatti tuvo que encontrar la forma de hacer una pregunta compleja a bebés que aún no sabían hablar y obtener respuestas.
El resultado fue un vídeo parecido a la "bonoloto", tal y como él mismo explica. Dentro de un bombo hay cuatro piezas. Tres son del mismo color y tienen idéntica forma, mientras la cuarta es diferente.
Las cuatro giran dentro del bombo, que tiene una abertura en el fondo. En algún momento del experimento la imagen desaparece, durante fracciones de segundo o durante dos segundos. Después vuelve a aparecer la imagen mostrando que una de las piezas ha salido.
El sentido común dice que, en el caso de la pausa corta, lo normal es que salga del bombo la pieza que estaba más cerca del agujero justo antes de que se interrumpiera el vídeo.
En el largo, lo más probable es que salga una de las tres piezas del mismo color, porque son mayoría.
Cualquier resultado que no siga esta lógica debería sorprender a una mente racional y eso es lo que sucedió con los 60 bebés del estudio. Su grado de sorpresa ante los resultados irracionales se midió en función del tiempo que se quedaban mirando el vídeo tras la pausa.
A más sorpresa, mayor tiempo, según han demostrado estudios "realizados en los últimos 20 años", dice Bonatti. Ahora habrá que ver si esa capacidad es innata o se desarrolla antes del año de vida. También si otros animales la tienen.
"Estos estudios sugieren un proceso de racionalidad, pero no pueden concluir nada", opina Nelly Padilla, pediatra y experta en imagen cerebral de bebés del Hospital Clínic de Barcelona.
"Cuando analizamos niños de 1 año, nos cuesta mucho interpretar qué está sucediendo en su cerebro, porque está en pleno desarrollo. Este trabajo aporta algo de información adicional, pero hacen falta estudios clínicos", concluye.
Un gran candidato es el sentido común, y, dentro de este, lo que los autores llaman "razonamiento puro".
Consiste en predecir el resultado más razonable de una situación nueva, de la que no hay experiencia previa.
Según el nuevo trabajo, publicado en Science, el ser humano ya posee ese razonamiento puro a la tierna edad de doce meses.
"Tanto los animales como los humanos tenemos mucha capacidad de aprender basándonos en experiencias pasadas", explica Luca Bonatti, investigador de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y autor principal del estudio.
"Este trabajo nos abre ahora un nuevo universo de razonamiento por intuición que parece ser muy precoz en la mente humana", añade.
Inteligencia artificial
Uno de los objetivos de Bonatti y sus colegas de EEUU, Francia, Italia y Hungría es reconstruir hacia atrás una mente humana.
Estudian a niños de 12, 6 y 3 meses para ver cuándo surge el razonamiento puro e intentan crear modelos informáticos que lo reproduzcan.
"Combinar varias fuentes de información y conocimiento de forma flexible para predecir el resultado de una situación compleja es la raíz de la inteligencia humana y uno de los eslabones que faltan para construir inteligencia artificial con sentido común", reconocen.
Para dilucidar los orígenes de ese preciado don, Bonatti tuvo que encontrar la forma de hacer una pregunta compleja a bebés que aún no sabían hablar y obtener respuestas.
El resultado fue un vídeo parecido a la "bonoloto", tal y como él mismo explica. Dentro de un bombo hay cuatro piezas. Tres son del mismo color y tienen idéntica forma, mientras la cuarta es diferente.
Las cuatro giran dentro del bombo, que tiene una abertura en el fondo. En algún momento del experimento la imagen desaparece, durante fracciones de segundo o durante dos segundos. Después vuelve a aparecer la imagen mostrando que una de las piezas ha salido.
El sentido común dice que, en el caso de la pausa corta, lo normal es que salga del bombo la pieza que estaba más cerca del agujero justo antes de que se interrumpiera el vídeo.
En el largo, lo más probable es que salga una de las tres piezas del mismo color, porque son mayoría.
Cualquier resultado que no siga esta lógica debería sorprender a una mente racional y eso es lo que sucedió con los 60 bebés del estudio. Su grado de sorpresa ante los resultados irracionales se midió en función del tiempo que se quedaban mirando el vídeo tras la pausa.
A más sorpresa, mayor tiempo, según han demostrado estudios "realizados en los últimos 20 años", dice Bonatti. Ahora habrá que ver si esa capacidad es innata o se desarrolla antes del año de vida. También si otros animales la tienen.
"Estos estudios sugieren un proceso de racionalidad, pero no pueden concluir nada", opina Nelly Padilla, pediatra y experta en imagen cerebral de bebés del Hospital Clínic de Barcelona.
"Cuando analizamos niños de 1 año, nos cuesta mucho interpretar qué está sucediendo en su cerebro, porque está en pleno desarrollo. Este trabajo aporta algo de información adicional, pero hacen falta estudios clínicos", concluye.
Fuente: Publico.es
Los bebés predicen acontecimientos futuros de manera racional y precisa
Fuente: LaFlecha
A los doce meses los humanos ya han desarrollado una capacidad de raciocinio que se fundamenta en el razonamiento puro, al margen de la experiencia previa.
Así se demuestra en un trabajo coordinado por Luca Bonatti, investigador de la Universidad Pompeu Fabra, basado en experimentos con niños en edad preverbal. Ante una serie de objetos en movimiento, los bebés elaboraron expectativas concretas sobre su evolución.
Los seres humanos hacemos predicciones sobre el futuro compilando diferentes fuentes de información, guiados por el conocimiento abstracto, y elaborando posibles expectativas sobre las nuevas situaciones que se nos presentan. Es decir, en los humanos, ante una nueva situación, son primordiales las predicciones racionales más que las basadas en la mera experiencia.
Esta capacidad humana de raciocinio extremadamente rica, poderosa y coherente ya se manifiesta en la infancia, según las conclusiones de un estudio coordinado por Luca Bonatti, investigador ICREA del Grupo de Investigación Reasoning and Infant Cognition (RICO), de la Unidad de Cognición y Cerebro del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Universidad Pompeu Fabra, y que se publicará el 27 de mayo en la portada de Science.
Luca Bonatti ha coordinado un equipo internacional integrado por investigadores del Centro de Desarrollo Cognitivo y de la Academia de Ciencias de Budapest (Hungría), del MIT y de la Universidad de California (EE UU), de la Universidad de Venecia (Italia) y del CNRS de la Universidad de Aix-Marseille (Francia).
Elaboran expectativas aunque no tengan experiencia previa
En su trabajo, los autores han demostrado que ante una variedad de estímulos complejos, los bebés adoptan un comportamiento preciso y racional, una capacidad que han denominado como "razonamiento puro".
El objetivo del estudio ha sido demostrar cuáles son las bases del razonamiento puro identificado en los bebés.
La capacidad racional de los niños se evalúa, generalmente, midiendo el tiempo de respuesta a un determinado estímulo visual que actúa como indicador de sorpresa y novedad.
En el niño, el estímulo visual le despierta una mayor atención cuanto más alejado está de sus expectativas según su experiencia previa, o cuanto más sorprendente es el estímulo concreto para él. Esta respuesta al estímulo es la que se ha analizado en un conjunto de experiencias diseñadas a tal fin.
Los datos obtenidos han constituido la base analítica sobre la que se han extraído los resultados de este relevante estudio.
El estudio se ha llevado a cabo en bebés de doce meses de edad que aún no han desarrollado la capacidad del habla, o sea, en situación preverbal, y ha constatado que cuando a los bebés se les muestran diferentes objetos complejos en movimiento, los niños elaboran expectativas precisas sobre el comportamiento de estos mismos objetos en su futuro inmediato.
En el experimento, a los bebés se les muestran escenas similares a un bombo de la lotería, con diferentes objetos moviéndose en el interior y uno de ellos saliendo después de períodos variables de oclusión.
Las escenas contenían tanto información probabilística sobre qué objeto era probable que saliera a continuación, como información dinámica sobre el movimiento de objetos.
Los bebés lo hacen sin haber tenido ninguna experiencia similar previa en el pasado, integrando diferentes fuentes de información de una manera óptima y aplicándola en el lugar preciso.
El comportamiento racional que desarrollan frente a estímulos variables y múltiples se puede precisar y se ha comprobado que sigue una función estocástica de tipo bayesiano.
Los seres humanos hacemos predicciones sobre el futuro compilando diferentes fuentes de información, guiados por el conocimiento abstracto, y elaborando posibles expectativas sobre las nuevas situaciones que se nos presentan. Es decir, en los humanos, ante una nueva situación, son primordiales las predicciones racionales más que las basadas en la mera experiencia.
Esta capacidad humana de raciocinio extremadamente rica, poderosa y coherente ya se manifiesta en la infancia, según las conclusiones de un estudio coordinado por Luca Bonatti, investigador ICREA del Grupo de Investigación Reasoning and Infant Cognition (RICO), de la Unidad de Cognición y Cerebro del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Universidad Pompeu Fabra, y que se publicará el 27 de mayo en la portada de Science.
Luca Bonatti ha coordinado un equipo internacional integrado por investigadores del Centro de Desarrollo Cognitivo y de la Academia de Ciencias de Budapest (Hungría), del MIT y de la Universidad de California (EE UU), de la Universidad de Venecia (Italia) y del CNRS de la Universidad de Aix-Marseille (Francia).
Elaboran expectativas aunque no tengan experiencia previa
En su trabajo, los autores han demostrado que ante una variedad de estímulos complejos, los bebés adoptan un comportamiento preciso y racional, una capacidad que han denominado como "razonamiento puro".
El objetivo del estudio ha sido demostrar cuáles son las bases del razonamiento puro identificado en los bebés.
La capacidad racional de los niños se evalúa, generalmente, midiendo el tiempo de respuesta a un determinado estímulo visual que actúa como indicador de sorpresa y novedad.
En el niño, el estímulo visual le despierta una mayor atención cuanto más alejado está de sus expectativas según su experiencia previa, o cuanto más sorprendente es el estímulo concreto para él. Esta respuesta al estímulo es la que se ha analizado en un conjunto de experiencias diseñadas a tal fin.
Los datos obtenidos han constituido la base analítica sobre la que se han extraído los resultados de este relevante estudio.
El estudio se ha llevado a cabo en bebés de doce meses de edad que aún no han desarrollado la capacidad del habla, o sea, en situación preverbal, y ha constatado que cuando a los bebés se les muestran diferentes objetos complejos en movimiento, los niños elaboran expectativas precisas sobre el comportamiento de estos mismos objetos en su futuro inmediato.
En el experimento, a los bebés se les muestran escenas similares a un bombo de la lotería, con diferentes objetos moviéndose en el interior y uno de ellos saliendo después de períodos variables de oclusión.
Las escenas contenían tanto información probabilística sobre qué objeto era probable que saliera a continuación, como información dinámica sobre el movimiento de objetos.
Los bebés lo hacen sin haber tenido ninguna experiencia similar previa en el pasado, integrando diferentes fuentes de información de una manera óptima y aplicándola en el lugar preciso.
El comportamiento racional que desarrollan frente a estímulos variables y múltiples se puede precisar y se ha comprobado que sigue una función estocástica de tipo bayesiano.
Fuente: LaFlecha
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