sábado, 4 de septiembre de 2010

Hay varios motivos para seguir una dieta vegetariana.

Hay varios motivos para seguir una dieta vegetariana, y evitar el consumo de productos de origen animal.

Casi todos los vegetarianos hemos consumido en el pasado productos derivados de la explotación animal. Fuimos educados así y por eso comprendemos que otros lo hagan actualmente.

Si quieres contribuir a evitar el sufrimiento innecesario de los animales, a reducir la contaminación y combatir el cambio climático, a mejorar tu salud y a mejorar las condiciones de vida en el Tercer Mundo, puedes poner tu grano de arena eligiendo alimentos libres de explotación animal. La próxima vez que vayas a comprar, puedes elegir consumir de una forma más ética.

Hay varios motivos para seguir una dieta vegetariana, y evitar el consumo de los productos de origen animal, como la carne, el pescado, los huevos y la leche.

POR LOS ANIMALES
Millones de animales mueren cada día en los mataderos de nuestro país, en muchos casos sin ser anestesiados previamente. Viven toda su vida encerrados, hasta que son conducidos a un matadero. Su deseo de bienestar es frustrado en las granjas, donde viven de la forma más miserable. Es algo que ocurre tanto en la ganadería intensiva como en las granjas extensivas o “ecológicas”, que no pueden ser consideradas una alternativa ética pese a los intentos de manipulación de la industria. En cuanto a los peces, está demostrado que tienen la capacidad de sufrir y disfrutar, al igual que el resto de animales

POR EL PLANETA
La ganadería es la actividad más contaminante en todo el mundo, incluso más que el sector de los automóviles. Los gases y desechos producidos por los animales contaminan la atmósfera, la tierra y las aguas. La necesidad de obtener cultivos para el ganado supone la deforestación de los bosques tropicales e impide una distribución más racional de los alimentos. La pesca comercial arrasa el fondo marino y contamina los mares y ríos. Todo esto es algo que perjudica tanto a los animales como a las personas de todo el mundo. En un momento en que la preocupación por el cambio climático va en aumento, debemos tener en cuenta que la ganadería no es sostenible en un mundo donde la población continúa creciendo.

POR EL TERCER MUNDO
La disponibilidad de la tierra cultivable es limitada, y por ese motivo es preferible elegir una buena distribución de la misma. El ganado usa para su alimento más de dos tercios de la tierra cultivada, terrenos que podrían ser usados para alimentar directamente a las personas en lugar de servir para elaborar piensos. La obtención de carne, leche y huevos no es eficaz desde un punto de vista energético, y si los terrenos se dedicaran a cultivar vegetales de consumo humano, se obtendría una cantidad de alimento ocho veces mayor que actualmente.

POR TU SALUD
Si tu salud te preocupa, hay muchos motivos para evitar consumir productos de origen animal. Una dieta vegetariana supone que reducimos el consumo de grasas saturadas y el colesterol, además de evitar los anabolizantes y el mercurio presentes en la carne y el pescado. El consumo de leche está relacionado con enfermedades como la diabetes, y los huevos provocan cada año muertes por salmonella. La Asociación Americana de Dietética y la Asociación de Dietistas del Canadá defienden que las dietas vegetarianas son saludables, adecuadas nutricionalmente, y contribuyen a evitar varias enfermedades, como la diabetes, el cáncer, la osteoporosis, la obesidad, la salmonelosis...

¿Y QUÉ COMEMOS?
En cualquier tienda o supermercado hay una variedad enorme de productos con los que alimentarse siendo vegetariano: arroz, cereales, legumbres, frutas, verduras, frutos secos, pasta... Y, aunque su consumo no es necesario en absoluto, existen cada vez más sustitutivos vegetales a los productos de origen animal.

Perros y gatos como alimento

Aunque por una cuestión cultural o por otros motivos tengamos una mayor empatía hacia los perros y los gatos, debemos respetar a todos los animales.

En los mercados de China y Corea es frecuente encontrar a perros y otros animales encerrados en jaulas, sin agua ni comida. Son matados por el dueño del puesto a la vista del comprador. Pero son torturados durante varios minutos con el objetivo de que, a causa del pánico y el dolor, segreguen adrenalina y otras sustancias que provocan que su carne tenga un sabor más intenso. Algunos son quemados vivos con un soplete, tras ser colgados de un alambre. Otros son electrocutados, apaleados, estrangulados... Este es el destino de unos tres millones de perros cada año, y se calcula que el treinta por cierto de los mismos han sido raptados.

También en China y Corea se puede encontrar a gatos a la venta en los mercados. Antes de llegar allí, son criados en naves alejadas de las ciudades, o bien capturados en la calle. En los mercados se les sumerge en tanques de agua hirviendo, provocándoles un sufrimiento inimaginable hasta su muerte. Una vez que han muerto, sus cadáveres prácticamente se disuelven para formar un caldo llamado “Goyangi-tan”, que precisamente significa “gato líquido”. Cientos de miles de gatos mueren así cada año.

Estas prácticas resultan aterradoras, y con razón, para los ciudades occidentales. Sin embargo, debemos tener en cuenta que cada día mueren solamente en España millones de animales que, al igual que los perros y los gatos, son conscientes y sufren. En nuestra sociedad hay cangrejos y otros animales que también son sumergidos vivos en agua hirviendo.

Matar o explotar a un animal es siempre injusto, con independencia de su especie. Aunque por una cuestión cultural o por otros motivos tengamos una mayor empatía hacia los perros y los gatos, debemos respetar a todos los animales. La mejor forma de respetarlos pasa por modificar nuestros hábitos de consumo, siguiendo un estilo de vida vegano, en el que rechacemos el consumo de productos de origen animal.

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