Perder a un bebé antes de que nazca puede ser muy doloroso. Y en algunas parejas que están esperando un bebé el miedo a tener un aborto natural puede llegar a anular la emoción y la alegría del embarazo.
Lamentablemente, los abortos naturales son bastante frecuentes. Como promedio, uno de cada cinco embarazos acaba en aborto, la mayoría durante el primer trimestre.
En la mayoría de los casos, el aborto no se puede prevenir porque es el resultado de una mutación cromosómica o de un problema en el feto que ocurre durante la concepción o las primeras fases del desarrollo fetal. Dicho esto, ciertos factores —como la edad, fumar, beber alcohol y los antecedentes de aborto natural— aumentan las probabilidades de que una mujer tenga un aborto.
Asimismo, usted puede hacer multitud de cosas para aumentar las probabilidades de que tanto usted como el bebé que está esperando estén sanos durante todo el embarazo
¿Qué es un aborto natural?
Un aborto natural es la muerte espontánea de un embrión o feto antes de que se haya desarrollado lo suficiente para sobrevivir. Esto puede ocurrir incluso antes de que una mujer sepa que está embarazada.
Los abortos suelen ocurrir durante los tres primeros meses de embarazo, antes de la duodécima semana de gestación. Un número reducido de abortos naturales —menos del 1%—son partos de feto muerto o mortinatos, al ocurrir después de la vigésima semana de embarazo.
Síntomas de aborto
Muchas mujeres nunca llegan a saber que han tenido un aborto y lo interpretan como una menstruación especialmente copiosa.
Algunas mujeres tienen espasmos abdominales, pequeñas pérdidas de sangre, sangrados importantes, dolor abdominal y/o pélvico, debilidad o dolor de espalda. Las pequeñas pérdidas de sangre no siempre son un signo de aborto; muchas mujeres las tienen al principio del embarazo. Pero, por si acaso, si tiene pérdidas de sangre o cualquiera de los demás síntomas de aborto en cualquier momento del embarazo, hable con su médico.
Si usted acude al médico porque teme haber tenido un aborto, es posible que su médico utilice alguno de los siguientes términos para explicar lo ocurrido:
Si una mujer embarazada tiene pérdidas de sangre, muy poco dolor o ningún dolor en absoluto, el cuello del útero cerrado y sigue teniendo un feto con latido cardíaco en el útero, lo más probable es que haya tenido una amenaza de aborto. La mayoría de embarazos con sangrado precoz pero latido cardíaco fetal detectable acaban bien.
Si ha abortado, es posible que el médico le explique que ha tenido un embarazo anembriónico, que es un aborto que ocurre tan pronto en el embarazo que todavía no se habían formado tejidos fetales.
Un aborto inevitable es cuando se produce sangrado vaginal junto con espasmos abdominales y dilatación del cuello uterino.
Un aborto incompleto es cuando se produce la muerte del feto pero el cuerpo no expulsa completamente todos los productos del embarazo.
Un aborto retenido es cuando sobreviene la muerte fetal pero el cuerpo retiene el feto, la placenta y los demás productos del embarazo durante varias semanas. Esto puede ocurrir cuando la mujer no presenta ni períodos menstruales ni signos de embarazo.
Un aborto recurrente es cuando una mujer aborta en tres o más embarazos consecutivos.
Mortinatos
Un mortinato, que muchos expertos definen como la muerte de un feto tras la vigésima semana de embarazo, puede ocurrir antes del parto o durante el parto. Es muy poco frecuente y ocurre en menos del 1% de los nacimientos. También se denomina muerte fetal intrauterina o muerte antenatal.
Aunque se conocen algunos factores de riesgo para tener un mortinato (como ser fumadora, la hipertensión arterial y la diabetes), no hay forma de predecir cuándo una mujer va a tener un mortinato y se desconoce la causa de muchas de estas muertes fetales.
El primer signo y el más frecuente de mortinatalidad es la reducción de los movimientos del bebé. Otros posibles signos incluyen los espasmos persistentes o dolores punzantes en la pelvis, la espalda y/o el vientre. Si experimenta cualquiera de estos síntomas, llame a su médico inmediatamente.
Es posible que el médico le haga una ecografía para detectar el latido cardíaco del feto o le practiquen una monitorización fetal electrónica, para lo cual le pedirán que se acueste boca arriba y le colocarán unas correas en el abdomen para registrarle las contracciones uterinas y la frecuencia cardiaca y los movimientos del bebé.
¿Por qué ocurren los abortos naturales y los mortinatos?
La causa más frecuente de interrupción involuntaria del embarazo son las anomalías cromosómicas aleatorias que tienen lugar durante la fecundación. Para que se produzca la fecundación, los cromosomas del núcleo del ovocito y del espermatozoide han de reunirse y recombinarse a fin de formar 23 pares (46 cromosomas en total). A veces el apareamiento no se produce correctamente, lo que impide que el feto se desarrolle con normalidad.
Otros factores que pueden contribuir al aborto incluyen:
niveles hormonales anómalos en la madre, por ejemplo, de hormona tiroidea
diabetes no controlada
exposición a factores de riesgo ambiental o laboral, como radiaciones o agentes tóxicos
ciertas infecciones
anomalías uterinas
incompetencia del cuello uterino, es decir, cuando el cuello del útero (o cérvix) se empieza a abrir (dilatar) y a perder espesor (borramiento) antes de que el embarazo llegue a término
determinados medicamentos, como Accutane, que se utiliza para tratar el acné.
Hay algunos comportamientos que también aumentan el riesgo de aborto natural. Fumar, por ejemplo, introduce nicotina y otras sustancias químicas en el torrente sanguíneo del feto, hace que este reciba menos oxígeno y aumenta las probabilidades de perder al bebé. El alcohol y las drogas ilegales también pueden provocar abortos.
Algunas de las causas de mortinatalidad son:
preeclampsia y eclampsia, trastornos que tienen lugar cuando el embarazo está bastante avanzado y que cursan con hipertensión arterial, retención de líquidos y presencia de proteínas en la orina
diabetes no controlada
enfermedades infecciosas —como la sífilis, la toxoplasmosis, el herpes, la rubéola, la gripe, la malaria o la listeriosis
anomalías congénitas graves (responsables de aproximadamente el 20% de mortinatos), incluyendo algunas formas de espina bífida
posmadurez —hay un pequeño incremento de la cantidad de mortinatos cuando el embarazo supera las 42 semanas de duración
hipertensión arterial crónica, lupus, enfermedades cardíacas o tiroideas
En algunas ocasiones los médicos no saben a qué se debe la mortinatalidad.
Después de un aborto natural o de un mortinato
Si usted tiene un aborto natural, el médico le practicará un examen pélvico y le hará una ecografía para confirmar el aborto. Si no hay rastros de tejido fetal en el útero o el embarazo estaba muy poco avanzado, probablemente no usted requerirá tratamiento médico alguno.
Pero, si el feto o partes de él siguen dentro del útero, deberán extraerle los productos del embarazo restantes. El médico le recetará un medicamento para ayudarle a expulsar esos tejidos o tal vez necesite dilatarle el cuello uterino para realizarle un raspado o bien succionarle el interior del útero a fin de extraer los tejidos fetales y placentarios. Tras estos procedimientos, que se practican con anestesia local o general, por lo que no resultan dolorosos, es posible que tenga pérdidas de sangre y espasmos abdominales leves.
Si su bebé fallece antes de nacer cuando su embarazo esté ya muy avanzado, es posible que tengan que provocarle el parto. Después del parto, le analizarán la placenta y el bebé a fin de determinar la causa del fallecimiento, en caso de que esta se desconozca.
Si ha tenido varios abortos, es posible que quiera que les hagan un estudio a fondo para saber si tiene alguna anomalía anatómica, genética u hormonal que está contribuyendo a los abortos.
¿Se pueden prevenir los abortos naturales o los mortinatos?
Aunque, por lo general, los abortos naturales y los mortinatos no se pueden prevenir, usted puede adoptar algunas precauciones para aumentar las probabilidades de tener un embarazo sano:
Siga una dieta adecuada con abundante aporte de ácido fólico y calcio.
Haga ejercicio si su médico le da el visto bueno.
Mantenga un peso saludable (las mujeres con sobrepeso o demasiado delgadas tienen más probabilidades de abortar).
Evite el consumo drogas y alcohol.
Evite la charcutería y los quesos no curados, como el feta, así como otros alimentos que pueden transmitir la listeriosis.
Limite las bebidas que contengan cafeína a no más de una o dos tazas al día.
Si es fumadora, deje de fumar.
Hable con su médico sobre todos los medicamentos que toma habitualmente. A menos que el médico le diga lo contrario, muchos medicamentos, sean de venta con o sin receta médica, deben evitarse durante el embarazo.
Evite los traumatismos abdominales.
Vacúnese de las enfermedades contagiosas más frecuentes y conozca los antecedentes médicos y genéticos de su familia.
Vaya a todos los controles prenatales y exponga a su médico todas las dudas y cuestiones que le preocupen.
Llame inmediatamente al médico si tiene fiebre, se encuentra mal, nota una reducción de los movimientos fetales, tiene pérdidas de sangre ligeras o copiosas y/o espasmos abdominales.
Volverlo a intentar
Si usted ha tenido un aborto natural o un mortinato, es importante que se dé tiempo para elaborar el duelo. Perder a un bebé durante el embarazo o al poco tiempo de nacer es como perder a cualquier ser querido. Dése tiempo para recuperarse tanto emocional como físicamente. Algunos profesionales de la salud recomiendan a las mujeres esperar por lo menos tres meses (tres ciclos menstruales) antes de volver a intentar quedarse embarazadas para que sus cuerpos y sus mentes tengan tiempo para curarse y reponerse.
Otras de las cosas que le pueden a ayudar a sobrellevar la pérdida y a reponerse de una experiencia tan dura son:
Asista a un grupo de apoyo. Pida información a su médico sobre grupos de apoyo locales para mujeres que quieran volverse a quedar embarazadas después de haber tenido un aborto natural.
Busque historias con final feliz. Puede animar mucho conocer a otras mujeres que, tras un aborto natural, han tenido embarazos normales y bebés sanos. Tal vez su médico pueda facilitarle el teléfono de alguna de esas madres para que puedan conversar.
Solicite controles prenatales frecuentes. Aunque el suyo no sea un embarazo de alto riesgo, cuando se quede embarazada pídale al médico que la visite más frecuentemente para estar tranquila.
Adopte un papel activo. Cuanto más sepa sobre los aspectos médicos de su embarazo, más preparada estará para comentar con su médico las distintas opciones de tratamiento y las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas.
Esté pendiente de los movimientos del bebé. Si su embarazo está lo bastante avanzado —por lo general las "pataditas" del bebé se empiezan a notar entre las 18 y las 22 semanas de gestación —, lleve un registro del grado de actividad del bebé cada mañana y cada noche e informe a su médico sobre cualquier anomalía o falta de movimiento que detecte. Si el bebé no se mueve, coma o beba algo azucarado y estírese sobre un costado. Debería notar por lo menos 10 movimientos en un período de 2 horas. En caso negativo, llame al médico inmediatamente.
Intente no comparar. No hay dos embarazos exactamente iguales, de modo que intente no buscar similitudes entre este embarazo y el que acabó en aborto.
No pierda de vista la meta. Tal vez tenga la sensación de que lleva toda la vida embarazada, pero ayuda tener presente que dentro de poco el embarazo será un recuerdo lejano y que el desenlace merecerá la pena con creces.
Revisado por: Larissa Hirsch, MD
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