Hace 15 años, mientras realizaba un proyecto con los indígenas de la sierra de Oaxaca (suroriente de México), Daniela Camino descubrió que tenía una extraña habilidad: podía comunicarse telepáticamente con los animales.
“Me acerqué a un establo donde había dos cerdos. Uno de ellos me pareció muy afectuoso e inteligente. Tras dialogar con él me enteré de que al día siguiente lo iban a sacrificar”, dice Camino, quien tenía 22 años cuando vivió esa curiosa experiencia.
“En efecto, un día después mataron al cerdo. Fue horrible, lo escuché con terror, dejé de comer carne de cerdo y luego me hice vegetariana”, recuerda.
Intrigada por su increíble facultad, esta antropóloga de 37 años, se internó en la biblioteca e investigó sobre el tema de la comunicación telepática con la fauna y empezó a entrenarse en este terreno.
“El diálogo con los animales -señala Camino que ahora dedica todo su tiempo a “conversar con las mascotas”, un servicio por el que cobra 28 dólares (unos 56 mil pesos)”- tiene muchas técnicas que se perfeccionan. Basta con una fotografía enviada por Internet y datos básicos, para establecer la comunicación.
Desde
Me alegra saber que ni en eso uno es original...
ResponderEliminarLo único que ya no creo es eso de la foto...
Buenos días, Oscar:
ResponderEliminarTe explico, mediante la Física Cuántica, yo misma lo puedo hacer con una foto, previo consentimiento por decirlo de alguna manera, del animal. En realidad es saber si está abierta la comunicación o no, si su sistema permite que indague sobre él o permanece cerrado. No sé qué método utiliza Daniela. Un abrazo, amigo.