viernes, 21 de enero de 2011

Libérese de las tensiones:

http://api.ning.com/files/Ec55v24RQn4qROuKaGV-9thUP0c1lm6qVUvtHD4cChnMs4fz*qiX9R6pGDbqln1jyfPSvUkeh2yiO7gCAu7gmCgVwmAJKZzD/hojas.pngHay muchas razones en nuestras vidas por las cuales sentimos tensión. En algunas personas, la tensión suele ser pasajera, causada por una circunstancia específica; en otros casos, la tensión puede marcar un estado emocional permanente. En cualquiera de las dos situaciones, la tensión hace estragos en el cuerpo humano, los cuales tarde o temprano, comenzarán a manifestarse de distintas maneras. Por lo general, una persona tensionada no es consciente de su estado, ya que lo ha interiorizado y la ha hecho parte de su vida, sin percatarse de los daños que le provoca.
¿Por qué existe la tensión?
Cuando esas situaciones se alargan en el tiempo, llegando a convertirse en crónicas, el cuerpo se queja. La mente acelerada deposita en músculos y huesos ritmos y rigideces para las cuales no llegan descansos adecuados. Hay personas tensas que quieren relajarse pero no pueden, el cuerpo se les resiste. No encuentran una postura que les libere de la carga. Su mente, asimismo, no puede liberarse con facilidad de las presiones que —grandes o pequeñas— se ve obligada a soportar.
¿Cómo relajarse?
No se permita vivir largos periodos con síntomas de tensión excesiva. Dolores en la nuca o molestias en algún punto de la columna vertebral y trastornos del sueño suelen ser los más habituales. Atájelos cuanto antes mejor y visite a un especialista. Ponga descansos en su actividad. Cada dos horas incorpore unos minutos de descanso.
Si está preocupado mentalmente, debe airearse. Salga del lugar donde está y distráigase por un rato.
Relaje hombros, cuello y nuca. Sencillos giros a uno y otro lado, de pie o sentado con la espalda recta le ayudarán.
En momentos tensos respire profunda y lentamente. La respiración es básica. Un buen descanso es liberar cuatro o cinco minutos para respirar bien.
A lo largo del día haga una pausa más larga, de unos diez o quince minutos. Comience con la respiración profunda y luego haga ejercicios sencillos de relajación muscular.
Acuéstese en un sofá. Si no tiene sofá junte dos sillas. Descálcese. Suba las piernas. Suelte los músculos de ambas piernas. Junte y separe las rodillas. Mantenga la columna recta, la espalda bien apoyada.
Si es una persona poco constante, busque compañía para hacer ejercicios de relajación.
Estos ejercicios le producirán numerosos beneficios: reduce las tensiones y el cansancio, incrementa el descanso, previene problemas físicos a medio y largo plazo..

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