Los niños afectados por la crisis necesitan protección
Trece millones de personas -de los cuales la mitad son niños y niñas- corren peligro de morir de hambre en la región de África meridional, debido a la peor hambruna que se registra desde 1992. La sequía y las inundaciones, agravadas por la epidemia del VIH/SIDA, un alto índice de desnutrición y la inestabilidad económica y política que reina en la región, han tenido efectos devastadores sobre los niños, las niñas y las familias que luchan por sobrevivir. La necesidad de protección que tienen estos niños y niñas en esta época de confusión ha alcanzado un nivel crítico.
Los niños y las niñas se encuentran entre los individuos más afectados. La crisis de alimentos pone en peligro las vidas de millones de menores de edad en una zona donde ya muchos de ellos sufren desnutrición crónica. El hambre aumenta también su vulnerabilidad ante enfermedades como sarampión, el cólera y la poliomielitis.
La situación se ha deteriorado para todas las familias. Muchos niños y niñas han abandonado la escuela y realizan trabajos peligrosos para mantener a sus familias. La crisis ha dejado a los niños, las niñas y las mujeres indefensos ante la explotación sexual y muchas mujeres y niñas se han visto obligadas a ejercer la prostitución para resolver sus necesidades básicas.
Según los informes:
- Niños y niñas de corta edad han sido obligados a trabajar en el comercio del oro o en actividades ilegales de búsqueda de oro en los ríos para tratar de mantener a sus familias.
- Un número cada vez mayor de niños y de niñas en Malawi ha comenzado a trabajar en las plantaciones de tabaco.
- Comunidades sacudidas por el hambre en Zimbabwe utilizan el robo, el trabajo infantil y la prostitución para tratar de sobrevivir a los efectos de la escasez de alimentos.
- En Zambia, numerosas jóvenes han sido obligadas a casarse con hombres de mayor edad en buena situación económica, a cambio de alimentos y de una considerable suma de dinero para sus progenitores.
La crisis actual ha sacudido la región en el contexto de una grave epidemia del VIH/SIDA. La zona sufre las tasas más elevadas de infección por el VIH/SIDA en el mundo, desde un 13% en Mozambique a más de un 25% en Swazilandia. Como resultado, los niños y las niñas tienen que abandonar continuamente la escuela para cuidar a sus progenitores enfermos, o trabajar para mantener a sus familias, especialmente para pagar los costos del tratamiento. Muchos niños y niñas se han quedado huérfanos, están a cargo de sus hogares y cuidan a sus hermanos y hermanas, que a menudo se encuentran también afectados por el VIH/SIDA.
Tomar medidas
El UNICEF adoptará un enfoque integral para abordar todos estos problemas. El UNICEF ha comenzado a:
- Facilitar la distribución de una cantidad suficiente de alimentos entre los niños y las niñas.
- Tomar todas las medidas necesarias para evitar la violencia y el abuso sexual por parte de las personas que participan en la respuesta a la inseguridad alimentaria. El UNICEF llevará a cabo sesiones de capacitación en la región para todos los miembros de la organización y sus aliados a fin de que no exista ningún tipo de tolerancia ante cualquier actividad sexual con personas menores de 18 años o a cambio de asistencia a la que tienen derecho todos los afectados.
- Analizar las tendencias en la explotación sexual infantil.
- Asegurar el acceso de todos los niños y las niñas a la educación.
- Establecer normas nutricionales y sugerencias para una actitud positiva ante la vida a fin de ayudar a los niños que viven con el VIH y contribuir a la supervivencia de sus progenitores.
- Colaborar con el Programa Mundial de Alimentos a fin de localizar a los niños vulnerables para realizar una distribución de alimentos seleccionada, especialmente para los huérfanos, los niños y niñas que son cabeza de familia, las mujeres ancianas y las viudas que se ocupan de menores de edad, tanto en las zonas urbanas como rurales.
- Informar a los niños, las niñas y sus progenitores sobre sus derechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario