Cantar hace bien al corazón, pero no de forma metafórica sino lineal. Un equipo de expertos de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, probó que el canto en grupo beneficia directamente al corazón y el cuerpo en su totalidad.
Leticia Costa Delgado
Cuando las personas cantan en simultáneo su corazón late de forma sincronizada, de modo que el pulso de los miembros tiende a aumentar su ritmo o enlentecerlo al unísono. Esta fue la conclusión principal de un estudio realizado por la Universidad de Gotemburgo, en Suecia.
El trabajo fue liderado por investigadores de la Academia Sahlgrenska, nombre que recibe la Facultad de Ciencias de la Salud de la universidad. Allí, los especialistas quisieron evaluar qué efectos concretos tenía la música en el funcionamiento del organismo, en especial en los casos en que varias personas interpretaban una melodía al mismo tiempo.
Como parte de su trabajo, publicado a últimas horas de ayer en la revista especializada Frontiers in Neuroscience,los investigadores reunieron a un grupo de 15 músicos de unos 18 años y les pidieron que realizaran una serie de ejercicios de tipo coral.
En concreto, los participantes fueron invitados a hacer tres ejercicios distintos: generar un zumbido monocorde al exhalar el aire, cantar un himno tradicional de su región y entonar un mantra, tipo de melodía que se canta o escucha para generar un entorno de serenidad y calma mental.
A medida que iban interpretando cada uno de los ejercicios el ritmo cardíaco de los voluntarios era registrado por los autores del trabajo, liderados por Björn Vickhoff, experto en Neurociencias y coordinador del grupo Body Score, dedicado a explorar el vínculo entre la música y el cuerpo.
Los resultados del trabajo mostraron que la estructura de los temas así como su melodía tenían un vínculo directo con la actividad cardíaca de los miembros del grupo.
"Cantar regula la actividad en el nervio vago, que está muy vinculado con la vida emocional y la comunicación con las otras personas", explicó Vickhoff. Los resultados también indicaron que las canciones con frases largas llegaban a tener el mismo efecto que logra el yoga en la respiración. "Comprobamos que por medio de una canción se ejerce un control determinado sobre el estado de la mental", agregó Vickhoff.
Los beneficios que tiene cantar en grupo sobre la salud y el bienestar general han sido experimentados por muchas personas, pero pocos los estudios los han demostrado científicamente, apuntaron los especialistas.
Del análisis del trabajo se desprende que el efecto positivo aparece porque el canto "impone" un patrón calmo y regular sobre la respiración, el cual tiene "un efecto dramático sobre la variación del ritmo cardíaco y, al mismo tiempo, genera un impacto favorable sobre la salud general".
Cuando la respiración es controlada, el pulso desciende su ritmo a medida que el aire es expulsado y luego lo aumentar cuando ingresa. "Eso es porque la exhalación activa el nervio vago, que enlentece el ritmo cardíaco, lo cual calma al corazón", explicó Vickhoff.
Esta fluctuación es conocida en términos médicos como RSA y es más pronunciada entre las personas jóvenes, con buen estado de salud y no sometidas al estrés.
En los próximos meses los científicos analizarán si esa sintonía entre las personas que interpretan una melodía puede generar una perspectiva mental común que pueda ser empleada como método para reforzar las habilidades de colaboración entre pares.
Una de las aplicaciones del trabajo podría ser utilizar la música para controlar la ansiedad de los pacientes o ayudarlos a sobrellevar dificultades. Otra de las líneas de estudio es fortalecer los vínculos entre jóvenes en instituciones educativas, especialmente con aquellos que tengan problemas de relacionamiento.
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