lunes, 28 de enero de 2013

Argentina



El Riachuelo y su lenta agonía

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El drama de la contaminación en el Riachuelo sigue su curso. La luz de esperanza que se había encendido con el fallo de la Corte Suprema en 2008 que ordenaba el saneamiento de uno de los ríos más contaminados de la Argentina se va a apagando de a poco.
A la separación del juez que llevaba la causa, Luis Armella, sospechado de favorecer a empresas constructoras de la cuenca, se suma ahora un recorte presupuestario -otro más- por falta de fondos de las jurisdicciones que componen la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar). Pero el tema financiero no es el más grave síntoma de la agonía de un proceso que aparece mal parido o mal instrumentado, no se entiende bien.
Es que empezaron a pasarse las facturas entre la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad por la cuestión de los fondos. Pero lo más increíble, más allá de la pelea política, es que piden la intervención de la Justicia para que ésta sea la que determine cuánto y en qué plazo cada distrito debe aportar los fondos.
Ahora, yo me pregunto ¿para qué se creó un ente tripartito como la Acumar? ¿No es en ese ámbito donde se deberían resolver estos problemas? ¿Si los fondos sólo alcanzan para mantener un nuevo aparato burocrático no es inútil tanto esfuerzo? ¿Cómo no se pueden poner de acuerdo tres jurisdicciones en este país cuando hay decenas de ejemplos de saneamientos que involucran hasta distintas naciones?
Realmente son muchas preguntas sin respuestas, pero que esconden un problema de fondo: la falta de voluntad política real para revertir una situación, si bien centenaria, que podría empezar a encaminarse. Una nueva oportunidad perdida.
Foto: Flickr CC puroticorio

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