miércoles, 18 de abril de 2012


Un año trágico para los elefantes


Colmillos de elefantes
Hay una enorme demanda de colmillos de elefantes en Asia.
El año que está a punto de acabar ha sido "horrible" para los elefantes, según denuncia el grupo internacional de la vida silvestre Traffic.
La organización indica que en 2011 se incautaron 23 toneladas de marfil, lo que significa que al menos 2.500 animales murieron a causa de la caza furtiva.

Pero la actividad prosiguió ilegalmente debido a la gran demanda en Asia, donde solía usarse para fabricar objetos decorativos.
Esa cifra es la más alta desde 1989, cuando se prohibió el comercio de marfil para salvar a los elefantes de la extinción.
"El incremento en la cantidad de marfil incautado en 2011 refleja tanto una creciente demanda en Asia como una mayor sofisticación de las pandillas criminales detrás del tráfico", dice una declaración de la organización que monitorea el comercio de productos de la vida silvestre.
Según Traffic, la mayoría de los embarques ilegales de marfil de elefantes africanos "terminan en China o en Tailandia".

Rutas cambiantes del contrabando

Elefante africano
Si continúa la caza descontrolada de elefantes, estos animales podrían extinguirse, como sus antepasados los mamuts.
El grupo afirma que este año se han hecho por lo menos 13 grandes incautaciones de marfil en comparación con las siete operaciones que se hicieron en 2010 en las que se consiguieron 10 toneladas de marfil.
"En 23 años de recopilación de información de capturas de marfil... este es el peor año de la historia para grandes incautaciones. En verdad, 2011 ha sido un año horrible para los elefantes", manifestó el experto en elefantes de Traffic, Tom Milliken.
Traffic destaca que los traficantes parecen haber cambiado el aire por el mar: a principios de 2011 tres de las inacautaciones de marfil a gran escala ocurrieron en aeropuertos, pero posteriormente la mayoría de los colmillos se encontraron en medios de transporte marítimos.
"El único denominador común en el tráfico es que el marfil parte de África y llega a Asia, pero las rutas cambian constantemente, lo cual presumiblemente refleja los cálculos de riesgo de los contrabandistas de su mejor posibilidad de evadir la detección", agrega.
En seis de las grandes incautaciones de 2011, Malasia fue un país de tránsito en la cadena de abastecimiento, señala Traffic.
En el caso más reciente, el 21 de diciembre, las autoridades malayas incautaron centenares de colmillos de elefantes africanos por valor de US$1,3 millones que fueron embarcados a Camboya.
El marfil estaba oculto en contenedores de artesanías del puerto de Mombasa en Kenia, según Traffic.
Milliken dijo que, a pesar de las incautaciones, en general ha habido pocos arrestos. "Me temo que los criminales están ganando", comentó.
Algunos defensores del medio ambiente afirman que la decisión de permitir que algunos países del sur de África, cuyas poblaciones de elefantes están en auge, vendan sus reservas de marfil, ha estimulado el comercio ilegal.
Sin embargo, esos países -Sudáfrica, Botsuana, Namibia y Zimbabue- lo niegan y argumentan que deberían ser recompensados por cuidar de sus poblaciones de elefantes.

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