NASA confirma la existencia de portales magnéticos que forman canales de interacción entre nuestro planeta y el sol; intercambio alquímico de información a través de conductos que se abren y cierran intermitentemente.
Antes de que termines de leer esta nota habrá ya ocurrido algo que hasta hace poco la mayoría de científicos negaba rotundamente que en realidad sucediera: un portal magnético se abra abierto, conectando a la Tierra con el sol a través de 150 millones de kilómetros que separan a nuestro planeta del astro central de la galaxia.
Toneladas de partículas energéticas de alta frecuencia serán transmitidas entre los dos cuerpos antes de que el portal se cierre de nuevo, lo cual ocurrirá aproximadamente cuando termines de leerla.
Este cuasi mágico fenómeno se conoce como eventos de transferencia de flujo o FTE por sus siglas en inglés (Flux Transfer Event). "Se llama evento de transferencia de flujo.
Hace diez años yo estaba completamente seguro que este fenómeno no existía pero ahora existe evidencia innegable de que es un hecho" afirma el físico espacial David Sibeck del Goddard Space Flight Center.
Pero además de lo sorprendente para algunos que implica la confirmación científica del FTE, también llama la atención que es un fenómeno que se repite varias veces a lo largo de un día, aproximadamente cada ocho minutos.
Desde hace tiempo los científicos sabían que la Tierra y el sol debían estar de algún modo conectados.
La magnetosfera de nuestro planeta (la burbuja magnética que rodea a la Tierra) esta repleta de partículas del sol que llegan hasta ahí por medio de las ráfagas de viento solar, eventualmente penetrando las defensas del campo magnético de nuestro planeta.
Y hoy sabemos que estas partículas son capaces de penetrar ya que viajan a través de campos magnéticos que enlazan directamente el suelo terrestre con la atmósfera del sol.
"Solíamos pensar que la conexión era permanente y que el viento solar podía gradualmente acercarse al ambiente cercano a la Tierra siempre que el viento estuviese activo.
Pero nos equivocábamos. Las conexiones no son estables en lo absoluto. Generalmente son cortas, intermitentes y con un alto dinamismo" afirma Sibeck.
De acuerdo con diversos especialistas en la materia el fenómeno de los eventos de transferencia de flujo se puede explicar, básicamente, de la siguiente manera: en el lado de la Tierra que es de día, es decir la zona más cercana al sol, el campo magnético de nuestro planeta presiona en contra del campo magnético del sol.
Aproximadamente cada ocho minutos los dos campos de funden o reconectan brevemente para formal un portal a través del cual pueden fluir partículas de energía. Este portal magnético, al cual han hecho alusión diversas disciplinas del ocultismo occidental, así como el arte alquímico de Arabia, y muchas otras tradiciones místicas desde fechas ancestrales, adquiere la forma de un cilindro magnético cuyo diámetro es del tamaño de la Tierra.
De hecho ya se han llevado a cabo misiones, tanto por parte de la NASA como por parte de la Agencia Espacial Europea, en los que se envían naves para sobrevolar el perímetro del portal e incluso para medir las dimensiones del mismo con relativa exactitud.
Ahora que se tiene información más detallada sobre el portal magnético y sobre los eventos de transferencia de flujo, los científicos analizan este fenómeno en busca de predecir su comportamiento con mayor detalle.
De acuerdo con otro físico espacial, el Dr Jimmy Raeder de la Universidad de New Hampshire, estos portales magnéticos tienden a formarse por encima de la banda ecuatorial de nuestro planeta y luego desplazarse hacia el polo invernal: en diciembre rolan hacia el Polo Norte y en Julio hacia el Polo Sur.
Una vez digerido el asombro de constatar la existencia de los FTE y superado el ego científico de aceptar que sucede algo que originalmente se negaba de manera rotunda, los investigadores se han volcado en profundizar su entendimiento frente a este fenómeno.
Incluso se han ya catalogado dos tipos diferentes de eventos de transmisión de flujo, los activos y los pasivos. Los primeros se refieren a cilindros magnéticos que permiten el flujo de partículas en forma fácil y estable.
Estos son importantes canales de energía de la magnetosfera de la Tierra. Por otro lado, los pasivos ofrecen mayor resistencia ya que su estructura interna no admite un paso fluido de partículas y campos.
Aún quedan decenas de interrogantes fundamentales para aspirar a un entendimiento pleno ante la existencia confirmada de portales magnéticos que enlazan el suelo firme de la Tierra con el sol.
Pero al parecer se ha dado un paso indispensable para su investigación a fondo: la aceptación, una etapa que en cientos de fenómenos "similares" la ciencia aún no ha sido capaz de transitar, prefiriendo sujetarse ciegamente a creencias tradicionales y a mapas de realidad que legitiman su papel histórico como decisivo juez entre lo falso y lo verdadero.
Por otra parte se confirma una más de las místicas alegorías que la sabiduría de ancestrales tradiciones había advertido y que hasta hora simplemente se habían considerado como meras alegorías. Y como dice la frase conocida como Tercera Ley de Clarke: "Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia".
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