jueves, 29 de julio de 2010

Las distintas maneras de negar...La Energía Femenina de La Diosa:



Amadas hermanas en la Diosa: La Diosa nos pregunta: ¿Qué sucede hijas mías con vuestro Poder Femenino?

¿Por qué, nunca, más que ahora, las mujeres manifiestan enfermedades en sus mamas, o en sus úteros?

¿Por qué hermanas mías, se buscan respuestas de toda índole a estas dolencias? Que si las hormonas, que si es hereditario, que lo antinatural de usar sujetadores, etc, etc.

¿No será tal vez que hay un llamado al despertar en nuestra conciencia, que nos dice a veces sutilmente, y a veces con la terrible fuerza movilizadora de una enfermedad, que ya es “hora de despertar”?

¿Por qué no preguntarnos amorosamente qué sucede con nuestra fuerza femenina?

Esa que hemos relegado durante milenios, ”permitiendo” que nos despojaran de ella?

“La Diosa es sanadora de cuerpos y de Almas”.

¿Qué nos está mostrando todo esto hermanas queridas? ¿Qué nos quieren mostrar las circunstancias de tales enfermedades?

¿Y si revisamos “amorosamente” un poquito, ya que de eso se trata, y tratamos de ver qué se oculta detrás de esto?

¿Qué es lo más notorio en el cuerpo femenino? ¿Qué es lo que se asoma por una puerta antes que nuestra propia cara? Sí hermanas, nuestros pechos, nuestros senos, nuestros úteros, la expresión de nuestra femineidad, de nuestro “Ser Mujer”.

Llevamos milenios negando nuestro Poder, porque es tan Fuerte y se mueve tanto detrás de esta expresión de la femineidad, que está mal visto que “se note demasiado”, ya que la herencia de la cultura patriarcal nos ha dejado a algunas violadas, no sólo nuestros cuerpos, sino, y lo más importante es esto, en nuestras almas, y nos hemos quedado pegadas a ese mal recuerdo, se ha quedado prendido a todos nuestros cuerpos, reviviendo una y otra vez, de distintas formas, las agresiones recibidas por los hombres patriarcales, quizás en un intento de no querer olvidarnos y, quizás alguna vez, poder resarcirnos de ello de alguna manera.

Esto es un llamado a “Despertar nuestro Poder”.

Es un llamado al despertar de la energía femenina de Diosa-Dios, que cada una llevamos dentro.

Se trata de hacernos cargo de esa fuerza y ese poder unificado, no dividido por los distintos arquetipos femeninos, en los que, han pretendido dividirnos hace tanto tiempo, para que al dividirse pierda fuerza, esa fuerza que muchos hombres y mujeres temen, y que, por favor, "que no se notara", que "no les quitara a los pseudo-patriarcas el poder", no se trata de competencia hermanas mías, eso de la competencia, es para los que no comprenden que tenemos la Unidad dentro nuestro.

Y, al no sentirla, creen que carecen de ella, y deben competir para obtenerla. Y creer, que con ello relegan o quitan legitimidad, a algo que no puede delegitimizarse, bajo ningún aspecto.

Y esa fuerza sale ahora disfrazada bajo la forma por ejemplo, de: “la mujer ahora trabaja igual que el hombre”.

Sabemos que es necesario el salir a trabajar sí lo sabemos, pero hemos de encontrar la forma, nuestra forma hermanas, aquella forma de expresión, que sea “nuestra propia forma”, sin disfraces de ningún tipo, esas formas, esos son velos, que aún nos dicen que, todavía tenemos temor de mostrar la energía de la Diosa en este movimiento… Los velos, son tantos hermanas… Tantos…

Volvamos a danzar hermanas, volvamos a sentir!!!

Y, aunque al principio, en ese danzar, y ese sentir surja alguna emoción no tan bella, no tan hermosa como quisiéramos, permitámosle salir, y hagamos primero, nuestro duelo, para que luego de ese duelo, desde allí mismo, donde se encuentran todas las emociones, unidas como en un parentesco entrelazado de buenos y malos sentimientos, se desprenda el aroma de la Diosa, ese aroma de jazmines, que nos recuerda el dulzor del alma, que nos dice que la era de Kali Yuga se ha acabado, y renazca nuestra Diosa, con la sabiduría, con el amor, con la danza, con la nutrición interna, con la emoción femenina, que tanto le hace falta a nuestra Gaia, y… Para aquellas de nosotras… Hermanas… Que, pareciera que… Con una falta de un pecho, se nos ha quitado algo…

Sepamos hermanas que, siempre llevamos, quién más quién menos, algunas cicatrices en el cuerpo, de esta u otras vidas, pero no es eso lo que realmente ahora está en juego, son las cicatrices del alma las que ahora la Diosa, viene a sanarnos.

Y, cuando ella se presenta, hermanas, tengan la plena seguridad que por tener hoy, un pecho de menos, o una violación de nuestras hijas, no nos han quitado ¡¡¡¡“nada”!!!!! tal es hermanas, la Sacralidad del Alma.

Así se siente hermanas mías, así se siente la fuerza de la Diosa, cuando luego de una violación al cuerpo de una de nuestras hijas, la Diosa habla por intermedio de nuestras cuerdas vocales sin titubear siquiera un instante y dice…

“Hija mía llevamos en el cuerpo cicatrices” pero el alma, hija mía, “esa sí que sigue intacta” “nada la ha tocado hija querida”, y en ese decir que la Diosa manifiesta a través de estos labios que tenemos, no les quepa duda alguna hermanas mías, que es la sanación de la Diosa, la que se ha manifestado en tales palabras.

Esa energía sanadora que, aunque en un primer momento, esa mente confundida de nuestra hijas, por el dolor, no entienda, luego se hace presente con el transcurrir del tiempo, y demuestra en lo vivir de lo cotidiano, por la sanación que ha realizado, que sí, que… La Diosa ha hablado.

No es el cuerpo el que ahora está despertando, hermanas mías, sino la “Fuerte, Femenina, Nutritiva, Compasiva, Generosa, Bella y Amorosa energía de la Diosa”.

Démosle la bienvenida a esta energía unificada, y unificadora de las almas.

Que así sea hermanas, por milenios.

En la luz, y la danza de la vida, la Diosa, que todas somos, y que, a través de estas reflexiones ha hablado para ustedes, se despide.

Warmy Kanay Paqarn

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