martes, 25 de septiembre de 2012


El poder de las mujeres

Mujeres en Irán
Las mujeres constituyen cerca de la mitad del electorado.
"Me gustaría vestirme de colores", me dice Golnaz, una joven de 26 años, mientras conversamos sentadas en un espléndido salón de té al estilo del siglo XVII. Su elegante velo naranja se desliza de su pelo hacia sus hombros.
"El presidente Ahmadinejad no nos está molestando con el tema del velo durante las elecciones. Pero si gana un segundo mandato, será terrible" protesta, poniendo énfasis en la última palabra.
Golnaz se queja también de las redadas policiales en las casas y sobre lo que han sufrido las mujeres en relación a su forma de vestir, durante los cuatro años de gobierno de Mahmoud Ahmadinejad.
Esta semana, su tema -al igual que para muchas otras jóvenes iraníes que anhelan vivir en un ambiente de mayor libertad- es el color verde, un tono que ha utilizado el candidato presidencial reformista Mir Hossein Mousavi. La túnica que viste Golnaz es de una tonalidad verde musgo.
Su prima Sara, un año mayor que ella, luce una color verde limón.
Negro
Poco más tarde, en la magnífica plaza de Imam, en Isfahan, me encuentro con un grupo de mujeres jóvenes todas vestidas de negro, portando orgullosas pancartas con el rostro de un sonriente Ahmadinejad. "Votaremos por él", dicen al unísono.
La rica historia de Irán se entremezcla con el fervor electoral en esta ciudad, capital cultural del país.
Iraníes con letreros, bandas en la cabeza y banderas circulan por la gran plaza, adornada por las brillantes cúpulas islámicas y los exquisitos azulejos de color azul de algunos de los ejemplos de arquitectura religiosa más impresionantes del mundo.
Mousavi y Rahnavard
Mousavi y Rahnavard han sorprendido a muchos durante la campaña al aparecer juntos y de la mano.
La elección presidencial en Irán se ha convertido en una ceñida carrera entre el actual presidente Ahmadinejad (un conservador de 52 años de edad) y Mir Hossein Mousavi, el ex primer ministro de 67 años de edad, que además es un artista plástico consumado.
El negro no es el color oficial de la campaña de Ahmadinejad, pero en Irán, la forma en que visten las mujeres dice mucho.
El chador negro y largo es la prenda favorita de las mujeres conservadoras, en un país en el que el velo y la vestimenta modesta para las mujeres es obligatoria.
En muchas ocasiones el presidente Ahmadinejad ha dicho que las mujeres son el corazón de esta sociedad. Él habla de otorgarles más poder y dice tener planes para crear un un seguro para las amas de casa y para compartir la riqueza del petróleo con las familias más pobres.
Pero Mousavi, cuenta con una gran ventaja: su esposa, Zhara Rahnavard. Ella es una académica de primera línea y, al igual que su marido, una pintora respetada. La manera en que ambos se presentaron durante la campaña electoral ha causado conmoción en el público: en las campañas aparecen tomados de la mano.

"Igualdad"

Durante una entrevista con la BBC en Teherán, ella describió la política como un arte, y la elección de su vestiminenta -un chador negro con un velo de flores- como una bella composición.
Las esposas de los políticos no han participado en campañas como ésta desde la Revolución Islámica de 1979. Pero estamos en 2009, y el tema de la mujer está en la agenda como nunca antes.
Mujer en Irán
Las mujeres quieren cambios, aunque saben que es poco lo que se puede lograr.
"Igualdad entre hombres y mujeres" es la respuesta de Rahnavard a la pregunta de por qué luchan las mujeres.
Una organización que acoge a varios grupos de mujeres no está apoyando a ningún candidato en particular, pero está haciendo campaña en favor de cambios, entre los que se incluyen enmiendas a la Constitución para mejorar la situación de la mujer así como un cambio en los derechos dentro de la familia.
Aquellas que respaldan a Mousavi o al otro candidato reformista, Mehdi Karroubi, saben que la igualdad tiene sus límites. El tema son los derechos: el derecho a estudiar lo que quieran, a opinar si su marido quiere una segunda esposa, a trabajar en puestos acorde con sus capacidades.
"Yo me gradué en una de las mejores universidades del país", me dice Sara con un tono que denota frustración. "Pero igual no puedo hacer todo lo que quiero ni decir todo lo que quiero".
Muchos jóvenes iraníes estudian en la universidad. El 65% de ellos son mujeres.
Después de haberse graduado como arquitecta, Sara descubrió que puede diseñar edificios. Sin embargo, supervisar la obra puede llegar a ser complicado y en algunos casos hasta le está prohibido.

Expectativas

Los cuatro candidatos tienen propuestas para las mujeres. Esto tiene sentido: las mujeres conforman más de la mitad del electorado.
No podemos tener grandes expectativas. No es mucho lo que se puede cambiar
Golnaz, joven iraní de 26 años
Ellas jugaron un papel clave en el movimiento popular que llevó al poder al presidente reformista Mohamed Jatamí en 1997 y que resultó reelegido en 2001.
Pero Jatamí no pudo implementar gran parte de su programa debido a los conservadores que aún mantenían puestos clave en un sistema político en el que el líder espiritual, el ayatolá Alí Jamenei, ostenta el poder.
"No podemos tener grandes expectativas", admite Golnaz. "No es mucho lo que se puede cambiar".
Rahnavard dice que el velo no es un tema que figure en su agenda. "En el Islam, las mujeres siempre han llevado velo. La religión dice que las mujeres se deben cubrir", me explica. Ésta es una interpretación del libro sagrado con la que no concuerdan todos los musulmanes.
Durante muchos años, las reglas sobre la vestimenta no eran una prioridad para las mujeres iraníes, que concentraban sus esfuerzos en otros temas. Sin embargo, el 70% de la población de Irán tiene menos de 30 años.
Shahla Lhiji, la primera editora mujer en Irán, viene luchando por los derechos de la mujer desde hace 50 años.
Cuando le pregunto si los políticos dejarán sus promesas de lado una vez finalizada la campaña, ella insiste: "depende de nosotras".
Y pensando en las generaciones futuras agrega: "no son sólo las niñas las que están cambiando, los niños también".

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