sábado, 10 de marzo de 2012

Fukushima: La energía nuclear segura no existe

Diario La Nación de hoy

CARGADO DE RADIACIÓN

Gracias a un descuido de los guardias, Kazuhiro abre la puerta a LA NACION de lo que parece un refugio posatómico. Entre pabellones, centros médicos y locales, hay un salón con el mapa de Fukushima, delimitando los reactores y las zonas de radiactividad con diferentes colores. Los reactores se ven rodeados de una gran mancha roja, rosada, naranja, amarilla y con pocos espacios para el azul, que indicaría un reposo en el derrame radiactivo. En algunas partes, hay un número marcado claramente: 4000 microsievert por hora. "Al año, puedo acumular máximo 10.000 microsievert. Después de eso, mi trabajo llega al final" aclara.
A pesar de estar cargado de radiación, él tiene una visión sutilmente corporativa: "La central nuclear permitió enriquecer esta zona y les dio empleo a muchos". Pero también critica a Tepco y al gobierno "por haber pensado más en el dinero que en la seguridad".
Kazuhiro se casó un mes después del tsunami y quiere tener un hijo. "La situación es difícil y no sé si podremos regresar a vivir en esta zona. Ahora es imposible." Pero en sus sueño espera que su hijo nazca donde él vivió toda su vida, no en su actual casa prefabricada.

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