Pilar Sordo, a sala llena: “La única opción a envejecer es morirse”
POR SUSANA REINOSO
La escucharon monjas, Florencia de la V y mil personas de todas las edades, a las que sedujo y provocó.
05/05/14
La Sala José Hernández se atiborró de hombres y mujeres que iban de los veintipocos a los setentitantos años esperando ansiosos a Pilar Sordo, la bestseller chilena que presentó ayer su libro No quiero envejecer, sobre los temores que suscita el paso del tiempo. De pronto se abrió la puerta y entró con paso de diva la actriz Florencia de la V. Ataviada con vestido negro monacal de cuello blanco, stilettos y anteojos negros, su ingreso fue seguido por cuatro monjitas vestidas de gris, ubicadas en la segunda fila del ala izquierda. Sordo ya agotó 30.000 ejemplares en la Argentina, según cifras del Grupo Planeta.
Frases como “tiene razón”, “qué cierto” se susurraban mientras Pilar Sordo –que es psicóloga– lanzaba desde el escenario las reflexiones que más de mil personas fueron a escuchar: hay que aprender a sacar fuerza y sabiduría de lo vivido.
Relajadamente, Gerardo Rozín –en diálogo con Sordo– formuló preguntas como ésta: “Después de esta investigación, ¿qué le decís a una señora que se te presenta con un bife de chorizo por boca y dos almejas en los ojos?”. Haciendo gala de un gran sentido del humor, Sordo contestó: “Le diría que le tengo una mala noticia. Puede que se sienta divina, pero no podrá evitar envejecer”.
La escritora empezó dando una definición actualizada de lo que hoy significa ser viejo, luego de investigar durante cuatro años en varios países hispanohablantes acerca del asunto. “El punto de partida del libro fue que uno envejece como ha vivido. Y fueron un argentino de 89 años y un colombiano de 93 quienes me permitieron llegar a la conclusión de que hoy, viejo es aquel a quien lo ganan los recuerdos en vez de los proyectos”.
Luego expresó que, “con excepción de Colombia, Ecuador y Guatemala donde hacerse viejo es ganar en desfachatez y libertad, en los demás países el envejecimiento se vive como una pérdida de cosas”.
Otro punto fue que los occidentales viven el tiempo en forma lineal, mientras que los orientales que lo interpretan como circular. “Por eso tenemos el pasado detrás y el futuro por delante. A los orientales no les asusta la muerte”.
Pilar Sordo planteó para sacudir a quienes se resisten al paso del tiempo que “la única opción al envejecimiento es morirse” y dijo que no le simpatiza que le digan que sus 48 años no se le notan, “porque me quitan lo que he transitado. Si los he vivido, los años se me tienen que notar en la cara, en el culo y en las lolas”. Sobre los abuelos que prefieren que sus nietos los llamen por el nombre se preguntó: “¿Cómo se puede ser tan pelotudo?” En un momento apuntó a los argentinos: “Tienen un quilombo con la flacura. Para los argentinos la necesidad de ser flacos es un dramón tremendo”.
Un mensaje final que conlleva hacerse cargo del paso del tiempo: “aprender a cuidar los afectos y a expresar la vulnerabilidad”. Al fin de cuentas somos de carne y hueso. Los superhéroes que no envejecen son para el cine.
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