Una nueva fase de la "diplomacia panda" china
Melissa Hogenboom
BBC
Desde que el fundador del partido Comunista de China, Mao Zedong, comenzó a valerse de los osos panda para establecer diálogos políticos con otras naciones, los pandas se convirtieron en un tesoro.
Y esa "diplomacia panda", que desde entonces ha ayudado a reforzar lazos diplomáticos con otros países, últimamente entró en una nueva fase, reveló un estudio.
Ese año, un terremoto devastó el principal centro para la conservación de estos animales de la provincia de Sichuan (centro del país), y muchos osos tuvieron que ser trasladados para evitar la extinción de la especie.Los estudiosos cuantificaron todos los préstamos de pandas que ha hecho China durante los últimos 50 años, así como el volumen de comercio desde 2008.
Según el estudio de la universidad de Oxford, publicado en la revista "Environmental Practice", en los últimos cinco años los préstamos de estas adorables criaturas coincidieron con un aumento de acuerdos comerciales en las áreas de tecnología y otros recursos.
Esta nueva etapa en la diplomacia panda se basa en los llamados préstamos "guanxi", un término chino que se usa para describir redes personalizadas de influencias, confianza, lealtad y reciprocidad.
Pandas y lazos comerciales
La "diplomacia panda" de China
1950s: Durante la era de Mao, el partido comunista comienza a regalar pandas para promover el comercio con aliados.
1972 - 1984: Los pandas se regalan a países de Occidente. Esto inició con Richard Nixon, y la apertura a EE.UU.
1984 -1998: Los pandas pasan a ser préstamos vinculados a la política china de "puertas abiertas" a la inversión extranjera.
2008 - presente: Los préstamos pandas se basan en acuerdos mutuos, y se destinan a paises que suplen a China de recusos y tecnología.
Kathleen Buckingham, quien encabezó el estudio, señala que al compartir el cuidado de los pandas con países amigos, China fortalece sus lazos con aliados cercanos.
"De cierta forma, China pone a prueba la capacidad tecnológica de los receptores a través de los préstamos de pandas. Estados Unidos probó su capacidad y su destreza tecnológica con el nacimiento de un cachorro... ¿podrá Edimburgo hacer lo mismo?
China le prestó al zoológico de Edimburgo dos pandas gigantes, Tian Tian y Yang Guang, en 2011. Se acordó que el gobierno chino recibiría una suma anual que se usaría en proyectos de protección del panda gigante en su hábitat natural.
Pero según Henry Nicholls, autor de "El camino del panda: la curiosa historia del animal político de China", el valor para la conservación que traen estos préstamos es "dudoso" pues hay una "falta total de transparencia" respecto al destino del dinero.
"Sabemos a grandes rasgos a dónde va la plata pero el zoológico no tiene ni voz ni voto sobre ello".
Lo que sí parece más claro, tras lo revelado por el estudio, son los beneficios colaterales. Tras el préstamo de la pareja de pandas, Pekín y Edimburgo firmaron acuerdos por valor de US$4.000 millones en las áreas de energía renovable, comercio de salmón y venta de vehículos Land Rover.
Un portavoz del gobierno escocés le dijo a la BBC que las exportaciones escocesas a China casi se han duplicado en los últimos cinco años, hasta alcanzar US$800 millones.
"Fortalecer nuestras relaciones traerá beneficios sustanciales a ambos países. Queremos profundizar estos vínculos y establecer nuevas áreas de cooperación", señaló el portavoz.
El estudio resalta que el acuerdo de Escocia representó una pérdida para Noruega, que por dos décadas había abastecido a China de la mayor parte de su consumo de salmón.
Es probable, no obstante, que los pandas no tienen la culpa. Los investigadores señalan que quizás sea más bien porque Noruega le otorgó el premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo; desde entonces, las relaciones entre ambos países se han agriado.
A cambio de uranio
El estudio indica además que los préstamos de osos pandas a Canadá, Francia y Australia coincidieron con acuerdos para la compra de uranio, que China necesita a fin de cumplir su meta de aumentar su capacidad nuclear para el 2050.
Pekín también le prestó dos pandas a Japón en 2011, y ambos países dijeron que esperan que esto redujera la tensión generada por la disputa en torno a islas del Pacífico.
Según la doctora Buckingham, los pandas no son explícitamente ofrecidos a cambio de recursos. Es más sutil, dice.
"El oso panda se utiliza para sellar simbólicamente el acuerdo y expresar la intención de una larga y próspera relación".
"Si un país recibe un panda, significa que China le confía al país la conservación de un preciado animal en peligro de extinción. Significa un nuevo comienzo de las relaciones", señala la investigadora.
Roderic Wye, experto en temas asiáticos del Real Instituto de Asuntos Internacionales del Reino Unido, conocido como Chatham House, opina sin embargo que Pekín ha ganado suficiente influencia como para no necesitar del préstamo de pandas para asegurar acuerdos comerciales.
"Por supuesto, hay un elemento de politiquería asociado con el uso de estos osos, pero es difícil establecer una correlación directa entre el comercio y el préstamo de pandas. China logra influencia y puntos a su favor, sin costo alguno", señaló el experto.
Diplomacia panda en desarrollo
Dean Cheng, de la organización Heritage Foundation, basada en Washington, destaca que "no es sorprendente que China aproveche este recurso, y si eso lleva a la conservación de los pandas no es mala cosa".
"También le permite a China mostrar responsabilidad ambiental, y dada la conducta de Pekín en otras áreas, no le viene mal mostrar esta cara", agregó.
La llegada de los pandas a Edimburgo en 2011 fue incluso cubierta por los medios, en vivo y con cobertura continuada.
Para Nicholls, esta cobertura positiva es un buen preámbulo para los acuerdos comerciales.
El autor señala que la influencia de China sobre otros países "seguirá fortaleciérndose" a medida que la diplomacia panda alcanza nuevos niveles.
"La expansión de China en el planeta y el uso diplomático de los pandas es ahora más obvio y la motivación para hacer los préstamos cada vez es menos clara. No se trata sólo de su protección sino que están cada vez más vinculados con ambiciones políticas y económicas".
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