sábado, 30 de noviembre de 2013

La insólita historia de los pacientes sirios atendidos en Israel

 Sábado, 30 de noviembre de 2013
Niña siria es atendida en hospital de Israel
En la unidad de maternidad del Hospital Sieff, en la ciudad israelí de Tzfat, la llegada a salvo de cualquier bebé se siente como un pequeño milagro.
Pero en el día que nosotros la visitamos, había un pequeño niño entre los recién nacidos que en el futuro tendrá una increíble historia que contar; eso, si sus padres se la cuentan primero.

La identidad de su madre o sus datos personales tampoco pueden ser revelados. Ella parece cansada pero feliz cuando la encontramos, y rápidamente elogia la amabilidad del personal médico israelí que la trató.
El nombre del niño tiene que ser ocultado, publicar cualquier clase de información que pueda identificarlo podría poner en peligro su vida cuando regrese a su pueblo, que queda en Siria.
Ella ya estaba en proceso de dar a luz cuando fue a la clínica local en su localidad en Siria, pero allí le dijeron que no la podían ayudar.
Su marido, preocupado, sabía que había una posibilidad de que pudieran tratarla en Israel, y fue entonces que la pareja comenzó una peligrosa travesía hacia la frontera, corriendo contra el reloj a través de un país en guerra.
Tenían que llegar un lugar dentro de Siria en donde pudieran ser vistos por los soldados israelíes que patrullan el sector, la barrera que marca la antigua línea del cese al fuego alcanzado por ambos países décadas atrás.
Una ambulancia militar la llevó luego al hospital, justo a tiempo.

Eslabones aceitados

Paciente sirio es atendido en el Ziv Medical Center de Israel
Siria e Israel se consideran enemigos.
Una cadena humanitaria que involucra guías sirios, paramédicos del ejército israelí y doctores y enfermeros en Tzfat, permitió que la mujer pudiera salir de su pueblo bajo un intenso bombardeo, que llegara a la frontera y luego concluyera su viaje en el hospital.
Para esa mujer, cada etapa en el camino funcionó perfectamente bien, quizás porque es una travesía que ya se ha realizado muchas veces.
Ella fue la persona número 177 en recorrer ese sendero hasta el cuarto de emergencias, en lo que se ha convertido en una de las historias más extraordinarias de la terrible guerra civil siria.
Siria e Israel se consideran enemigos y una situación de conflicto permanente ha existido entre ellos por décadas.
Pero a pesar de este contexto, desde que los primeros pacientes comenzaron a llegar nueve meses atrás, un sistema informal de transferencia de pacientes se ha consolidado tan bien que algunos de ellos incluso han llegado con cartas clínicas escritas por médicos sirios para sus contrapartes israelíes.

Israelíes trasladan a herido sirio
Paramédicos trasladan a herido sirio al hospital de Tzfat.

Lo humano y lo político

El doctor Oscar Embon, director del Hospital Sieff, dice simplemente: "Se han establecido algunos hermosos vínculos entre el personal del hospital y la gente que atendemos, la mayoría de ellos expresan su gratitud y su deseo de paz entre ambos países".
Los israelíes dicen que ellos atienden a todos aquellos que necesiten tratamiento. En la mayoría de los casos se trata de mujeres y niños, pero es posible que entre los jóvenes que llegan al hospital haya también combatientes leales al presidente Bashar al Asad o yihadistas insurgentes que, en otras circunstancias, hubiesen atacado objetivos en Israel si hubieran tenido la oportunidad.
Embon dice que la política de no discriminación entre los heridos y enfermos es totalmente consistente con lo que él considera los valores de su país y la ética de su profesión.
"Yo no espero que ellos se vuelvan amantes de Israel o embajadores de lo que hacemos aquí, pero en el interin espero que reflexionen sobre su experiencia en el hospital y que analicen con otro criterio lo que su gobierno les dice sobre la condición de enemigos de Siria e Israel".
La ayuda israelí a pacientes sirios tiene un interés político, por supuesto, al fin y al cabo, esto es el Medio Oriente.
Pero incluso si uno pasa solo unas horas en el hospital de Tzfat, se siente que poderosos dramas humanos se desarrollan en cada consulta.
La mayoría de los pacientes, sin embargo, no hablan de lo que han sufrido, tienen mucho miedo de lo que les puede ocurrir si se sabe que han estado en Israel.

Adiós definitivo

Enfermera atiende a bebés recién nacidos
El personal del hospital se ha vinculado con los pacientes.
En el centro de todo este sistema se encuentra un trabajador social árabe israelí que nos pide que sólo lo identifiquemos por su nombre de pila, Faris.
Él se encarga de calmar los miedos de los pacientes desorientados que todavía están impactados por encontrarse de repente bajo tratamiento en un Estado enemigo.
Faris también organiza recaudaciones de caridad para proveerles de elementos de limpieza personal básicos y cepillos de dientes.
Y además escucha sus historias.
Incluso en los mejores días, el trabajo de Faris es duro. Imaginen tener que explicarle a un niño que quedó ciego en una explosión que nunca volverá a ver.
Pero con los pacientes sirios siente que es aún más difícil, porque ellos regresan a su país apenas termina el tratamiento.
Y una vez cruzan la frontera, de regreso al lado sirio, todo contacto con ellos se desvanece entre las viejas hostilidades del Medio Oriente y el peligroso caos de la guerra civil.
Faris reconoce que las despedidas regulares con hombres, mujeres y niños que él ha ayudado en sus momentos más oscuros son duras tanto para él como para ellos.
"Cuando la gente llega por un par de meses, comienza una relación entre ellos y yo que se vuelve más fuerte con los días. Luego, ellos regresan a su casa y lo triste es que uno no puede seguir en contacto porque sus poblados son poblados "enemigos""
Faris, trabajador social del hospital de Tzfat
Cuando nos encontramos se ve agotado, pero dice que duerme bien sabiendo que se la ha dado una oportunidad de hacer algo bueno por otros.
"Cuando la gente llega por un par de meses, comienza una relación entre ellos y yo, que se vuelve más fuerte con los días. Luego, ellos regresan a su casa y lo triste es que uno no puede seguir en contacto porque sus poblados son 'enemigos'".
Tal es la terrible miseria de la guerra civil siria, que el conflicto -con los crecientes inconvenientes en el sistema de salud del otro lado de la frontera- le trae cada semana al hospital de Tzfat y a Faris nuevos pacientes y nuevos problemas.
Los sirios que regresan no pueden contar sobre la ayuda recibida en Israel, pero de alguna forma la voz se está corriendo.
Si la guerra civil continúa, es probable que la ola de pacientes buscando ayuda no cese.

viernes, 29 de noviembre de 2013

El hombre que vivió 12 años entre lobos

 Miércoles, 27 de noviembre de 2013

Marcos Rodríguez Pantoja
Marcos no tiene animales en su casa porque es muy pequeña pero tiene
un patio lleno de flores y plantas.
La primera vez que Marcos Rodríguez Pantoja se sentó frente a un plato de sopa no supo qué hacer. Lo miró detenidamente, ahuecó la palma de su mano y la introdujo en él. El contacto con el líquido hirviendo le hizo pegar un salto y el plato acabó hecho trizas en el suelo.
Corría el año 1965 y él tenía 19 años, pero hacía más de una década que no se sentaba frente a un ser humano que le ofrecía algo para comer.

"Los animales eran mi familia, mis amigos, todo"
Venía de pasar 12 años solo en medio de la sierra, con lobos, cabras, serpientes y otros animales como única compañía.

Cuando era pequeño –"yo tendría unos 6 o 7 años", recuerda- su padre, que se había vuelto a casar, lo vendió a un cabrero que se lo llevó a Sierra Morena, un lugar agreste y de difícil acceso en el sur de España, para ayudar a un viejo pastor a cuidar su rebaño.
Al poco tiempo el pastor murió y Marcos se quedó solo. Más asustado de la gente -después de años de maltratos y golpizas que le propinaba su madrastra- que de la soledad del monte, Marcos nunca intentó regresar, hasta que lo encontró la Guardia Civil en el 65 y se lo llevó por la fuerza a Fuencaliente, un pequeño pueblo a los pies de Sierra Morena.
Aunque ya han pasado casi 50 años, Marcos todavía recuerda vívidamente su paso por la sierra y el impacto que le produjo el regreso.

En el monte

"Para mí aquello era la gloria porque ya no me pegaban palizas"
Marcos
"Al principio yo lo pasé muy mal. No sabía qué comer, le tenía miedo a los animales y al viejo. Pero después nos hicimos amigos y con los bichos también. Y así fue como empecé a sentirme muy bien. ¡Me sentía estupendamente!, le dice Marcos a BBC Mundo.
"Para mí aquello era la gloria porque ya no me pegaban palizas", añade.
Lo poco que le enseñó el pastor antes de morir fue suficiente para que no pasase hambre. Aprendió a cazar conejos y perdices con trampas hechas de palillos y hojas, y a despellejar a los animales para aprovechar su carne y su piel.
Casa de Marcos
Marcos hizo pintar esta leyenda en la entrada de su casa.
"Para comer me guiaba por los bichos. Lo que comían ellos lo comía yo", cuenta. "Los jabalíes comían unas patatas que estaban enterradas. Las encuentran porque las huelen. Cuando iban a desenterrarlas yo les tiraba una piedra, ellos se escapaban y entonces yo me robaba las patatas".
Librado a su suerte, Marcos estableció un vínculo especial con los animales.
"Un día me metí en una lobera a jugar con unos cachorritos que vivían allí y me quedé dormido. Cuando desperté, la loba estaba cortando carne de ciervo para los cachorros. Yo traté de quitarle un pedazo, porque también tenía hambre y me pegó un zarpazo", dice imitando el gesto de la loba.
"Cuando terminó de alimentar a sus cachorros, me miró y me tiró un trozo de carne. No quería tocarlo porque pensé que me iría a atacar, pero me lo fue acercando con el hocico. Lo cogí, lo comí y ella se me acercó. Pensé que me iba a morder, pero sacó la lengua y me empezó a lamer. Después de eso, ya era uno más de la familia. Íbamos a todos lados juntos", recuerda.
Marcos cuenta además que tenía una serpiente como compañera. "Vivía conmigo en la cueva de una mina abandonada. La crié de pequeñita. Le había puesto unas ramitas para hacerle un nido y le daba leche de las cabras. Me seguía a todos lados y me protegía", asegura Marcos.
"Los jabalíes comían unas patatas que estaban enterradas. Las encuentran porque las huelen. Cuando iban a desenterrarlas yo les tiraba una piedra, ellos se escapaban y entonces yo me robaba las patatas."
Marcos
¿Pero nunca te sentías solo?, le pregunto.
"Nooooo", dice enfático. "Me sentía un hombre feliz porque tenía todo lo que quería, yo no conocía otra cosa. Yo me sentía solo cuando no sentía a los bichos, porque por la noche siempre hay un bicho que canta”, me cuenta y, acto seguido, se pone a imitar el sonido del ciervo, el zorro, el búho y otros animales que le hacían compañía.
Cuando contestaban, "yo me iba a dormir tranquilo porque sabía que no me habían dejado solo".
Así, los sonidos y los gruñidos fueron ganándole espacio a las palabras hasta que dejó de hablar.

La visión de Marcos

OTROS CASOS CONOCIDOS

John Ssabunnya
  • Rochom Pngieng: hallada en 2007 en una localidad remota del noroeste de Camboya. Cuando la encontraron andaba desnuda, con el pelo largo y en cuatro patas. Se cree que pudo haber pasado 18 años en la selva.
  • John Ssabunnya (en la foto): vivió desde los dos años en la selva de Uganda, criado por monos. Fue encontrado en 1991 cuando tenía 14 años. A John le gusta cantar y practicar deportes.
  • Vicente Caucau: hallado en el sur de Chile en1984, cuando tenía unos 10 años. Se cree que vivía entre pumas.
  • Víctor de Averyron: encontrado en Francia en1799. El médico Jean Marc Gaspard Itard intentó enseñarle a hablar y a desarrollar una conducta social sin éxito. Su historia fue llevada al cine por François Truffaut.
  • Pedro de Hamelín: hallado solo y desnudo en un bosque de Alemania en 1725 cuando tenía unos 11 años. No hablaba y se movía en cuatro patas. Los análisis de su retrato indican que posiblemente Peter padecía el síndrome de Pitt-Hopkins. Todos los intentos por civilizarlo concluyeron sin éxito.
Hoy, Marcos habla hasta por los codos. Y quizá sea por su manera de expresarse y porque Marcos es a todas luces un gran contador de cuentos –sabe exactamente cuándo hacer una pausa, cuando un ruido o un golpe seco para aumentar la tensión dramática que de por sí la historia ya tiene- que me pregunto cuán cierta es su historia.
¿Pueden acaso los lobos y los hombres ser "amigos" o las serpientes "fieles protectoras"?
"Lo que ocurre es que Marcos no cuenta lo que sucedió, sino lo que él cree que sucedió”, señala Gabriel Janer Manila, escritor y antropólogo de la Universidad de las Islas Baleares, en España, que hizo su tesis sobre el caso de Marcos y 30 años más tarde publicó una novela juvenil sobre su vida.
"Pero eso es lo que hacemos todos: presentamos nuestra visión de los hechos", acota.
"Cuando Marcos ve una serpiente y le da leche, y luego la serpiente vuelve, él dice que es su amiga. La serpiente no es su 'amiga'. Va porque él le da leche. Él dice 'ella me protege' porque está contando lo que él cree que ha sucedido”.
Y esta forma de interpretar los hechos, su imaginación -y su inteligencia-, fue lo que le permitió sobrevivir en la soledad de la sierra, explica el antropólogo.
No hay que olvidar tampoco que conocía muy bien el entorno, agrega. "Ya llevaba un adiestramiento en las formas de vida de allí. Vivía con sus padres en pleno bosque. Hacían carbón y le obligaban a recoger bellotas todos los días".

Testigos



Fue gracias a Janer Manila que el caso de Marcos se dio a conocer. Después de toparse con la historia por casualidad se entregó a estudiarla de lleno.
Janer Manila escuchó y filmó a Marcos diez años después de que regresara de la sierra. En las grabaciones se ve a un hombre joven describiendo con candidez sus aventuras, aliviado de que por fin alguien quisiera escucharlo.
"Mi primera impresión fue de asombro. Era un joven agradable con ganas de comunicarse con la gente, a pesar de sus limitaciones. Había empezado a decepcionarse de las personas y a descubrir que muchas no eran inocentes", recuerda.
"Pero al principio, cuando la oí, no me la creía. Pensaba: 'no puede ser'. Pero el relato era tan coherente y tan bien contado, y además, cada vez que volvía a contarlo usaba las mismas palabras. Así que yo me dije 'tengo que verificar todo esto'".
Tras finalizar su grabación con Marcos, Janer Manila viajó a los lugares que él le había nombrado y habló con la gente que lo conoció.
Marcos
De joven Marcos tuvo diversos empleos, la mayoría en el sector de la hotelería. Cuando contaba su historia a sus compañeros, nadie le creía.
Muchos –no todos quisieron hablar por temor a que quedara en evidencia la injusticia que se había cometido contra Marcos- ofrecieron un testimonio clave que le permitió al antropólogo corroborar la veracidad de varias partes de la historia.
"Hablé con gente que lo había tratado cuando lo encontraron, con las personas que lo acogieron en su casa, con la empleada que lo bañó por primera vez, con el seminarista que se ocupó de él... Toda esta gente me describía su forma de ser, destacaban su carácter salvaje, su ignorancia del mundo social y su incapacidad para cumplir con ninguna regla en un juego. El relato coincidía con el de Marcos", afirma Janer Manila.
"Y cuando lo he visto contar su historia después", dice en referencia a las entrevistas que Marcos dio hace algunos años después del estreno en 2010 de la película "Entrelobos" de Gerardo Olivares, inspirada en su historia, "él no ha cambiado su relato".

Entre monjas y militares

¿ES POSIBLE RECUPERARSE? LO QUE DICEN LOS EXPERTOS

Gabriel Janer Manila, antropólogo: "Marcos rompió su vínculo con la sociedad en un momento clave. Un niño necesita recibir los estímulos necesarios para crecer en todos los sentidos, en inteligencia, afectividad, imaginación... Marcos no pudo recibirlos y por eso hay aspectos de su personalidad que están bloqueados a consecuencia de la marginación. Podrá tener unas relaciones sociales mas o menos agradables o ser feliz, pero no se va a recuperar nunca".
Héctor Rifá Burrull, psicólogo de la Universidad de Oviedo que trató a la niña salvaje de Camboya: "Depende de cuáles hayan sido las carencias y a qué edad se han producido: no hay un manual de recuperación; en cualquier caso, hace falta promover mucho la comunicación y la mutua empatía, que serán las bases previas de cualquier aprendizaje... y ya solamente este objetivo requiere mucho tiempo y dedicación especializada".
Anneliese Dörr, psicóloga de la Universidad de Chile: una persona que ha vivido una experiencia similar a la de Marcos puede reincorporarse "desde su diversidad, pero no desde las expectativas de las sociedad, encontrando un nicho donde se pueda reinsertar. Es decir, no en el mundo competitivo, individualista occidental, sino en un contexto más comunitario que no le exija las destrezas propias del mundo occidental, para el cual no tiene las herramientas necesarias".
Marcos describe su regreso a la sociedad como el momento en que más miedo tuvo en su vida. "No sabía para donde tirar, sólo quería escaparme al monte".
Cada una de las experiencias que vivió fue traumática: desde su primera visita a la barbería –cuando creyó que el barbero iba a degollarlo con su navaja- hasta las peleas con las monjas de un centro para convalecientes en Madrid donde pasó una temporada, que intentaban hacerlo dormir en una cama, un hábito, que según recuerda Janer Manila, le costó mucho adoptar.
"Una vez alquiló un pequeño departamento y me lo mostró. En la habitación donde dormía no tenía ni cama ni muebles, había mantas por todo el suelo y una cantidad desparramada de hojas de revistas y periódicos arrugados, como si hubiese un animal ahí dentro. Cuando vi aquello y le pregunté si no estaría mejor en una cama, me dijo que no".
Sin embargo, lo que más alteró a Marcos en un principio fue el barullo de la ciudad.
"No podía con tanto ruido. Gente pa' acá, gente pa' allá, ¡como las hormigas! Pero las hormigas siempre van por un carril, y la gente iba de un sitio a otro”.
El encuentro con su padre, sin embargo, no le produjo emoción alguna. Cuando la Guardia Civil lo localizó para reconocer a su hijo, el padre, un hombre ya viejo y casi ciego, volvió a encontrarse cara a cara otra vez con Marcos.
"Cuando lo vi no sentí nada de nada", recuerda con indiferencia.
"Lo único que me preguntó al verme fue: '¿Dónde está tu chaquetilla?', como si todavía pudiese seguir usando la misma ropa que tenía cuando me fui".
Casa de Marcos
Su casa está abarrotada de fotos, adornos y una extensa colección de encendedores
que adquirió y le regalaron a lo largo de los años.
Las monjas de Madrid le enseñaron a desenvolverse, me cuenta.
"Cuando me sacaron de allí lo primero que tendrían que haber hecho es haberme metido en un colegio, enseñarme a hablar, a andar por el mundo. ¿Para qué me hacen hacer la primera comunión y el servicio militar? "
Marcos
"Me enseñaron a comer, me pusieron una tabla en la espalda para caminar derecho porque yo andaba todo torcido de andar por la sierra", explica. Y recuerda también que lo tuvieron que poner en una silla de ruedas porque no podía caminar después de que le cortaron los callos de los pies.
Lo que siguió fue un peregrinar de una ciudad a otra por diversos trabajos, más que nada en el sector de la hotelería, y un breve paso por el servicio militar. Por su ingenuidad y su falta de experiencia, muchas veces se aprovecharon de él y terminó viviendo en condiciones de miseria en Málaga. Hasta que la buena suerte y la generosidad de un policía retirado lo llevaron a Rante, un pequeño pueblo cerca de Orense, en Galicia.
Tarzán
A Marcos le gusta ver televisión. Las películas del Oeste y Tarzán son sus programas favoritos.
Aunque Marcos acepta su realidad sin reproches -a lo largo de nuestra charla repite una y otra vez "lo que hay es lo que hay"- cree que su vida hubiese sido distinta si el Estado hubiese intervenido a tiempo.
"Cuando me sacaron de allí lo primero que tendrían que haber hecho es haberme metido en un colegio, enseñarme a hablar, a andar por el mundo. ¿Para qué me hacen hacer la primera comunión y el servicio militar? ¿Para que supiera pegar tiros y matar gente?", dice, y por primera vez su voz denota rabia.

En la guarida de Rante

En Rante, donde Marcos vive desde hace cerca de 15 años, todos conocen su historia.
Marcos
Su casa es un poco como una guarida. El techo está decorado con huellas de lobos.
Su morada es una casa pequeña de techos bajos -que bien podría ser una cueva- atiborrada de recuerdos: fotos, dibujos, una curiosa colección de encendedores y un patio repleto de flores y plantas.
En la esquina de la sala hay un piano. Marcos aprendió a tocar de oído y no lo hace nada mal.
Cuenta que tuvo alguna que otra novia, pero hoy está solo. Tiene muchos amigos, eso sí, y gente que lo quiere y lo ayuda.
Ya no trabaja -cobra una media pensión por un accidente que tuvo cuando trabajaba en la construcción- pero siempre que puede echa una mano en el bar.
"Marcos es una persona muy buena, un poco infantil pero muy buen chico, se hace querer, siempre está aquí"
Maite, dueña del bar de Rante
"Marcos es una persona muy buena, un poco infantil pero muy buen chico, se hace querer, siempre está aquí", dice Maite, la dueña del bar.
Desde que está en Galicia ya no quiere ir a otra parte, aunque alguna que otra vez en algún momento oscuro se le cruzó por la cabeza regresar al monte.
"Se me ocurrió muchas veces. Pero ya me había metido en esta vida y vi que había muchas cosas que allá no tenía, como la música o las mujeres. La mujer tira mucho", dice con una sonrisa pícara.
"Ahora ya estoy acostumbrado a esto y me quedo acá".
Marcos en el bar
A Marcos siempre se lo puede encontrar en el bar del pueblo, el punto de reunión
obligado de los habitantes de Rante.
La historia de Marcos es el tema del documental "Marcos, el lobo solitario" del director español Gerardo Olivares, aún sin estrenar.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Amazon Watch
Patricia Gualinga, dirigente kichwa valiente
Patricia Gualinga, dirigente kichwa valiente
Queridos amigos,
La semana pasada os presentamos a Patricia Gualinga , un querido amigo y feroz guerrero de la comunidad Kichwa de Sarayaku. Durante el tiempo que puedo recordar que ha estado en la primera línea, sin descanso defender su comunidad y la Amazonía ecuatoriana de desarrollo petrolero. Recientemente ha tomado esta valiente liderazgo a un nivel completamente nuevo.
He trabajado con Patricia, su familia heroica y la comunidad Sarayaku desde 2002 y puedo dar fe de que son algunas de las personas valientes, más inspiradoras que he conocido jamás. Contra todo pronóstico, que siguen luchando ... y ganar! Pero con las nuevas amenazas en el horizonte, la batalla por el Amazonas puede parecer implacable.
Mañana es el último plazo para que las empresas hagan una oferta en la subasta 11 de aceite de la Ronda del gobierno ecuatoriano, que amenaza a más de 6,5 millones de hectáreas de bosque primario y el territorio indígena. Otros 1,5 millones de hectáreas cercanas y gran parte del Parque Nacional Yasuní también están en el tajo. Este ataque a una vasta franja de bosque como ha movilizado a las comunidades indígenas, incluyendo Sarayaku, en defensa de sus derechos, y para toda la vida. Las comunidades se reúnen en Quito esta semana, y mañana Patricia se unirán a cientos de representantes indígenas y sus aliados para protestar por este intento de venta de la Amazonía en el Ministerio de Hidrocarburos.
"A raíz de la histórica movilización amazónica de Mujeres por la Vida (que Patricia ayudó a conducir), estamos viajando a Quito para asegurar que nuestras voces sean escuchadas ", me dijo por teléfono la noche anterior. "No vamos a sentarnos ya que nuestro gobierno trata de vender nuestra tierra-la Amazonía no está en venta. Estoy corriendo para la oficina local y estoy comprometido a construir el movimiento de la mujer indígena en la Amazonía. Vamos a seguir movilizando y necesitamos su apoyo! "
Esta es una mujer dinámica, imponente que irradia la pasión y la integridad que es contagiosa. En Sarayaku, ella es un miembro del tesoro de la comunidad. En Puyo, ella es una líder indígena a las elecciones. En Amazon Watch, ella es Paty, nuestro socio de muchos años y una inspiración constante para nuestro equipo. En todo el mundo, ella es la portavoz de gran alcance para los derechos indígenas, los derechos de las mujeres y toda la vida en el Amazonas y en este planeta que compartimos.
Con profunda gratitud por su apoyo,

Leila Salazar-López
Leila Salazar-López
Director del Programa de

COLABORE

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Por más de quince años, Amazon Watch ha sido una fuerza efectiva en el apoyo a los movimientos ambientalistas indígenas en la primera línea de frenar el desarrollo destructivo.

martes, 26 de noviembre de 2013

Las plantas tienen memoria, se comunican y sienten, sostiene el investigador Daniel Chamovitz

EL INVESTIGADOR DANIEL CHAMOVITZ, QUE LLEVA VARIAS DÉCADAS INVESTIGANDO EL DESARROLLO DE LAS PLANTAS, CONFIRMA QUE SU INMOVILIDAD NO SIGNIFICA QUE SEAN INSENSIBLES, ANTES BIEN HA DESCUBIERTO EN ELLAS LA CAPACIDAD DE OLER, MEMORIZAR Y COMUNICARSE, CASI A LA MANERA DE OTROS ORGANISMOS MÁS COMPLEJOS.

POR: PIJAMASURF - 08/06/2012

Las plantas, lo sabemos de sobra, están vivas, sin embargo, no es así de común que las asociemos con cualidades como el pensamiento o las sensaciones que, de acuerdo con la fisiología canónica, son capacidades exclusivas de los organismos dotados de un sistema nervioso más o menos avanzado.
Con todo, el investigador Daniel Chamovitz, director del Centro Manna para la Biociencia de las Plantas de la Universidad de Tel Aviv, sostiene que las plantas pueden sentir, ver, percibir olores y quizá también pensar y recordar.
Chamovitz, que lleva desde mediados de los 90 interesado en el desarrollo del mecanismo por medio del cual las plantas sienten la luz. Desde entonces el científico ha realizado varios descubrimientos que contribuyen a una mejor comprensión de la sensibilidad en las plantas, siendo uno de los más importantes un grupo de genes gracias a los cuales una planta distingue si se encuentra en la oscuridad o en un ambiente luminoso.
Pero todavía más sorprendente es que el ser humano y otros animales también poseen estos mismos genes que cumplen una función similar de regular la respuesta a la luz (no de la misma manera que las plantas, sino en nuestro reloj biológico y nuestros ritmos circadianos), además de estar involucrados en otros procesos como el crecimiento axonal de neuronas y el funcionamiento correcto del sistema inmune.
“Esto me llevó a darme cuenta de que la diferencia genética entre plantas y animales no era tan significativa como alguna vez había creído ingenuamente”, declaró Chamovitz en entrevista, agregando además que “solo porque veamos que las plantas no se mueven, no significa que no haya un mundo sumamente rico y dinámico en su interior”.
En cuanto a sensaciones específicas comprobadas en las plantas, Chamovitz no duda en hablar de olfato, oído e incluso comunicación. Pero el investigador nos previene contra calcar nuestra manera de percibir dichas sensaciones para la naturaleza de las plantas. Son capacidades análogas, no idénticas.
El olfato, por ejemplo, se presenta en las plantas también como una reacción a sustancias químicas disueltas en el aire, pero con efectos específicos. Chamovitz señala el caso de la maduración: cuando una fruta madura se encuentra cerca de una que aún no lo está tanto, la maduración de esta se acelera por la liberación de una hormona llamada etileno. En un sentido elemental, se trata de un proceso netamente olfativo.
Chamovitz acepta, por otro lado, que la reacción de las plantas a los sonidos todavía no ha sido confirmada del todo y en cierta forma permanece en lo anecdótico, sobre todo en lo que se refiere al supuesto efecto de la música sobre su desarrollo. Para Chamovitz la capacidad auditiva es quizá una de las menos necesarias entre las plantas: al ser organismos sésiles (enraizados, sujetos al suelo) el oído no tiene la importancia vital que sí tiene en los animales, en quienes sirve para percatarse de una posible amenaza. Con todo, el investigador no descarta que, como vibraciones, las plantas sí puedan estar al tanto de los sonidos en su entorno.
La comunicación entre las plantas también tiene sus formas particulares. Chamovitz nos habla de una situación sumamente elocuente que se da cuando un árbol de maple se ve afectado por una plaga de insectos: como respuesta, el árbol libera una feromona que recogen a su vez los árboles vecinos como si se tratara de una señala de alerta, a partir de la cual empiezan a liberar los químicos necesarios para impedir que la infección se propague. “Esto es definitivamente comunicación”, comenta Chamovitz. Y, como en el caso del ser humano, también puede decirse que entre las plantas la comunicación es un mecanismo de supervivencia.
Chamovitz, sin embargo, va más allá y considera que las plantas también tienen memoria, manifestada en diversos tipos que van de la memoria de corto plazo a la memoria inmune e incluso una memoria transgeneracional. Si la memoria se trata de codificar información, almacenar información y recuperar información, entonces las plantas recuerdan y memorizan.
En cuanto a la capacidad de pensar, el investigador es más cauteloso. En este caso sí cree que para pensar es necesario un cerebro desarrollado y consciente de sí, algo de lo cual toda planta carece y cuya falta las hace no solo incapaces de pensar, sino también de dolor subjetivo.
Se trata, en suma, de una investigación notable por su 

lunes, 25 de noviembre de 2013



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21.11.2013 | COMER CON SALUD

10 superalimentos anti-cáncer

Si se consumen con regularidad, algunos nutrientes pueden reducir el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer. Cuáles son y cómo incorporarlos en la dieta.
El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) estima que alrededor del 34% de los cánceres se originan en los hábitos y el estilo de vida, incluyendo la dieta. Pero la buena noticia es que numerosos estudios identificaron varios alimentos que pueden ayudar a combatir la enfermedad. El sitio ivillage.com los agrupó en un listado:

1) Brócoli

Protege de: varios tipos de cáncer, incluidos los de mama, pulmón, colon, próstata y vejiga.

Por qué funciona: se cree que el sabor ligeramente amargo del brócoli, los repollitos de Bruselas y la coliflor está relacionado con ciertos “poderes” anti-cáncer. En estudios de laboratorio, los químicos isotiocianatos y glucosinolatos demostraron interferir con la progresión de la enfermedad.

2) Té verde

Protege de: muchos tipos de cánceres, incluidos los de estómago, vejiga y colon.

Por qué funciona: contiene EGCG, un potente antioxidante que puede detener el daño a nivel genético y que, en estudios con animales, demostró limitar la formación de tumores. El té verde es más bajo en cafeína que el té negro o el café, pero si se toma en grandes cantidades puede causar problemas como náuseas y dificultad para dormir.

3) Ajo

Protege de: varios tipos de cáncer, incluidos los de estómago, colon, boca y garganta.

Por qué funciona: los compuestos que generan el olor característico del ajo son potentes agentes anti-cáncer. Para obtener su máximo rendimiento hay que cortar o aplastar el diente y comerlo crudo o apenas cocido. Todos los alimentos de la familia de la cebolla, incluidos los puerros y los echalotes, brindan beneficios similares.

4) Tofu
Protege de: cánceres de mama y próstata.
Por qué funciona: las isoflavonas contenidas en los granos de soja pueden ayudar a bloquear los efectos de los estrógenos más fuertes, lo que reduciría el riesgo de padecer cánceres relacionados con hormonas. Otros alimentos de soja también ofrecen protección, pero si está muy procesada (como en los suplementos) no ha demostrado ser eficaz.

5) Pescados grasos

Protegen de: cáncer de próstata.

Por qué funcionan: los ácidos grasos omega-3 contenidos en pescados como el salmón, la caballa y el atún pueden ser aliados de la salud masculina. Tienen propiedades anti-inflamatorias que reducirían el riesgo de sufrir cáncer de próstata.

6) Cereales de granos enteros

Protegen de: cáncer de mama y de colon.

Por qué funcionan: los granos enteros son ricos en compuestos que se han relacionado con un menor riesgo de tener cáncer. Estos “poderes” se encuentran en el salvado, la avena y la granola. Lo mejor: elegir versiones bajas en sal y en azúcar.

7) Yogurt
Protege de: cáncer de mama y de colon.

Por qué funciona: los probióticos, bacterias beneficiosas que se encuentran en el yogurt, promueven la salud digestiva y pueden aumentar el rendimiento del sistema inmunológico. En estudios realizados en animales, su ingesta regular demostró aumentar los niveles de componentes anti-cáncer, como el interferón.

8) Naranjas y zanahorias
Protegen de: cáncer de pulmón, entre otros.

Por qué funcionan: las naranjas y las zanahorias son ricas, respectivamente, en vitamina C y antioxidantes betacarotenos. Los antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres, moléculas que causan daños que pueden generar cáncer. Conviene incorporarlos directamente de las frutas o verduras, ya que tomarlos en forma de suplementos no ha demostrado tener efectos protectores.

9) Semillas de lino
Protegen de: cáncer de mama y colon.

Por qué funcionan: contienen lignanos, estrógenos vegetales que pueden alterar el metabolismo de los estrógenos naturales y proteger contra el cáncer de mama. Además, estudios de laboratorio sugieren que algunos de sus componentes (los lignanos, los ácidos grasos omega-3 y la fibra) ayudarían a prevenir el cáncer de colon.

10) Salsa de tomate

Protege de: varios tipos de cáncer, incluido el de próstata.

Por qué funciona: contiene licopeno, un potente limpiador de radicales libres. Por eso, los hombres que consumen muchos productos con tomate tendrían un riesgo menor de sufrir cáncer de próstata. Curiosamente, los efectos son mucho mayores cuando los tomates se han cocinado (y se preparan, por ejemplo, en salsas) que cuando se comen crudos.